La edición 2025 de la Leagues Cup representa una oportunidad económica para los clubes mexicanos, con una bolsa de premios que supera los 40 millones de dólares distribuidos entre los 36 equipos participantes, cuyos integrantes están aleccionados por los organizadores: o le atoran sin chistar o habrá castigos.
Antonio ‘Turco’ Mohamed, director técnico del Toluca se puso en el patíbulo del reglamento de sanciones del torneo que enfrenta a clubes de la Liga BBVA MX con los de la Major League Soccer (MLS) tras aplaudirle al árbitro central del partido una decisión durante el juego que acabó 2-2 ante Columbus Crew, y que en series de definición desde el punto penal ganó el cuadro mexiquense 4-2.
Diferentes medios de Columbus, Ohio, alertaron que el estratega violó el Reglamento de la Leagues Cup en su segmento de Sanciones, apartado 4, inciso C (página 55), en cuanto a la prohibición de quejarse del torneo, de su formato y las decisiones arbitrales. La multa es de 50 mil dólares, que al cierre de edición de esta columna eran 942 mil 115 pesos mexicanos.
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Más valor en juego
En la antesala del Mundial de Norteamérica 2026, el torneo de ligas se revaloriza porque el propósito es hacer rentable un modelo de negocio binacional que ha marcado un ‘boom’ en ingresos por televisión, patrocinios y derrama económica en ciudades estadounidenses.
Durará un mes el campeonato que, en un principio, integraba a los 30 equipos de la MLS. El resultado acostumbrado era de paliza hacia los huéspedes en una contienda a todas luces desigual.
Ahora, se trata de que todo sea un poco más equitativo, con idéntico número de competidores entre cada organización, aunque como sede siga continúe la tierra del Tío Sam, simplemente para asegurar los mejores ingresos por la asistencia del público hispano.
Participan ya los 18 clubes de la Liga BBVA MX y el mismo número de representantes de la MLS, y cada equipo se enfrenta exclusivamente a rivales del bando opuesto en la primera ronda.
El atractivo económico es indiscutible. Solo en cuestión de derechos televisivos, la Leagues Cup generó ingresos estimados por $70 millones de dólares en 2024; cifra que incrementará entre un 10 a 15 por ciento en 2025 con el nuevo formato y el mayor involucramiento de marcas globales.
Para los equipos mexicanos, cada partido representa ingresos extra por taquilla (hasta $1.2 millones de dólares por partido en sedes como Los Angeles o Houston), exposición de marca en el mercado latino en ese país y venta de merchandising.
El mejor estímulo deportivo es que el campeón, subcampeón y tercer lugar clasificarán automáticamente a la Concacaf Champions Cup 2026, con posibilidad de llegar al Mundial de Clubes 2029 –aunque se estudia que pueda ser cada dos años y próximo sería en 2027–.
El costo de la persecución
El entorno político y social en Estados Unidos ha provocado que lo que podría ser una fiesta absoluta tenga matices menos positivos para la afición mexicana migrante. Las políticas migratorias restrictivas, el endurecimiento de operativos y los discursos de exclusión generan un contexto de miedo, con impacto directo en la asistencia y la atmósfera de los juegos.
En los recientes eventos futbolísticos realizados también en Estados Unidos, el Mundial de Clubes y la Copa Oro de este año, reportes periodísticos indican un descenso relevante en la afluencia de público de origen latino, atribuido a temores por redadas (según recabó The New York Times), y controles de inmigración incluso en las inmediaciones de estadios.
Sports Business Journal reportó un cálculo de entre 15 y 20 por ciento de los compradores habituales de boletos que prefirieron no asistir de la comunidad inmigrante como parte del fenómeno de “boicot invisible” por miedo al hostigamiento..
Además, asociaciones como Human Rights Watch han advertido que este clima constituye un riesgo reputacional y económico, con ramificaciones para el Mundial de 2026 si no hay giros en la política pública.
El costo social del desaliento al fan migrante es doble: las comunidades ven deteriorado su derecho cultural a vibrar con el futbol y la industria deportiva pierde a uno de sus segmentos más apasionados y con mayor disposición al gasto.
Desaire de Messi reforzó la exigencia
Este columnista pudo investigar que hay una petición expresa de la Liga BBVA MX a todos los clubes que disputen la Leagues Cup de tomarla en serio, luego de las múltiples derrotas en sus ediciones anteriores. La exigencia se reforzó luego del sabotaje hecho por algunos jugadores al no asistir al All-Star Game 2025.
El partido de estrellas jugado el 23 de julio en Austin, Texas, perdió a sus figuras mediáticas: Lionel Messi, Jordi Alba y Luis Suárez, del Inter de Miami, fueron bajas por decisiones tácticas, cansancio o falta de compromiso según versiones físicas y periodísticas; James Rodríguez tampoco ayudó por decisión conjunta con el cuerpo técnico del León.
Sanciones y especulaciones rodearon estos casos, evidenciando tensiones internas y la sobreexposición de los cracks, que a menudo priorizan calendario personal y clubes sobre espectáculos promocionales. La MLS notificó que por ausencia injustificada Messi fue suspendido un partido.
Para el fan, estas ausencias son una decepción y restan valor al evento, lo que también impacta en la venta de boletos, audiencias y patrocinadores que pagan millones por tener a sus íconos en el campo.
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En cuanto a los espectadores por streaming: Apple TV mantiene la exclusividad total de la transmisión a través de MLS Season Pass, con un costo de 99 pesos mensuales o 199 pesos por temporada completa en México. Para suscriptores existentes de Apple TV+, el precio se reduce a 79 pesos mensuales o 149 pesos por temporada. #Uf