Tener un perro no solo implica alimentarlo y sacarlo a pasear; significa asumir la responsabilidad de velar por su bienestar integral. Estos animales no son meros compañeros: se convierten en miembros entrañables de la familia gracias a su lealtad, afecto y capacidad de adaptarse a distintos entornos.
Al igual que las personas, los perros pueden experimentar altibajos emocionales. Factores como cambios en la rutina, estrés prolongado, fobias o alteraciones en su entorno pueden afectar su estado de ánimo y modificar su comportamiento.
Por ello, es fundamental que los dueños permanezcan atentos a cualquier señal que indique malestar o depresión en sus mascotas. Consultar a un veterinario o etólogo ante la presencia de síntomas puede marcar la diferencia en la calidad de vida del animal.
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¿Cómo saber si tu perro sufre depresión? | 5 SEÑALES
Según especialistas en comportamiento canino, existen varias señales que pueden sugerir que un perro atraviesa un momento emocional difícil:
1. Desinterés por actividades habituales: el perro puede perder entusiasmo por paseos, juegos o interacciones que antes disfrutaba.
2. Baja energía o somnolencia excesiva: dormir más de lo habitual puede ser un indicador de tristeza o apatía.
3. Alteraciones en el apetito: una pérdida de interés en la comida o cambios en sus hábitos alimenticios merecen atención.
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4. Inquietud o alteraciones del sueño: dificultades para descansar o comportamientos nerviosos pueden reflejar estrés.
5. Cambios en la conducta: comportamientos inesperados como masticación excesiva, evasión, agresividad o problemas con el control de esfínteres pueden ser señales de malestar emocional.
Detectar estas señales a tiempo es crucial. Si tu perro presenta alguno de estos comportamientos sin una causa evidente, lo más recomendable es acudir a un profesional para un diagnóstico certero y un plan de intervención adecuado. La salud emocional de nuestras mascotas es tan importante como su salud física, y atenderla demuestra un compromiso profundo con su bienestar.
LCM
