Las redes sociales, cada vez más, se han convertido en escaparates de relatos que resaltan la conexión entre animales, incluso cuando pertenecen a especies distintas. Tal es el caso de River y Oakley, un gato de pelaje gris y un perro de 12 años, cuya amistad ha cautivado a millones de usuarios en TikTok. Los videos publicados por Amber, su dueña, en la cuenta @whiskeytoller, muestran a River “amasando” suavemente a Oakley, quien padece artritis y recientemente inició un proceso de rehabilitación física.
Amber relató que notó un cambio en el comportamiento del felino desde que el perro comenzó su tratamiento por una lesión en la espalda.
“Noté que mi gato empezó a actuar diferente cuando Oakley comenzó su tratamiento”, explicó Amber en uno de los videos. “Venía cada vez que yo le daba sus masajes. Observaba en silencio, y parecía querer ayudar”.
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Con el paso de los días, esa curiosidad se transformó en algo más profundo. River empezó a imitar los movimientos de su dueña, presionando suavemente el lomo de Oakley con sus patas delanteras, en un gesto que parecía tan instintivo como compasivo. El resultado fue un acto de ternura inesperada: el perro, acostumbrado al dolor, se relajaba visiblemente bajo las caricias del gato, que parecía comprender, sin palabras, que estaba brindando alivio.
El video que capturó esta escena superó los 27 millones de reproducciones y generó miles de comentarios llenos de asombro y emoción. Algunos usuarios interpretaron el gesto de River como una forma de “sanación energética”, mientras otros se limitaron a celebrar la pureza del vínculo entre ambos animales.
Amber, entre risas, tuvo que desmentir incluso las sospechas de quienes creían que las imágenes eran producto de la inteligencia artificial.
“Piensan que no es posible que un gato sea tan dulce por sí mismo. Pero esto es River: auténtico, sensible y atento”.
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A través de los múltiples videos que Amber comparte, se ha podido ver que la relación entre River y Oakley va mucho más allá de la simple convivencia. Durante las noches, el gato elige dormir junto al anciano perro, acompañándolo incluso cuando podría jugar con otros felinos del hogar.
“Siempre han tenido un lazo especial —confiesa su dueña—, pero cuanto más envejece Oakley, más cerca permanece River”.
Detrás de este comportamiento existe también una explicación etológica. Según expertos de Purina, el acto de “amasar” es un vestigio del comportamiento que los gatos desarrollan desde cachorros, cuando presionan el vientre materno para estimular el flujo de leche. En la adultez, el gesto conserva su carga emocional: representa bienestar, confianza y un sentido de pertenencia.
LCM
