La llegada de “Batman Azteca” a los cines marca un momento histórico en la animación mexicana. La producción de Ánima Studios en colaboración con DC Comics reimagina al ‘Caballero Oscuro’ en el contexto de la caída de México-Tenochtitlan, uniendo la fantasía del cómic con uno de los episodios más dolorosos de la historia nacional.
En entrevista con La Silla Rota, el director Juan José Meza-León y el actor Horacio García-Rojas explicaron que la polémica que rodea a la cinta no fue buscada, sino una consecuencia natural de su propuesta.
“De entrada, la polémica no la buscamos, ¿sabes? La polémica fue parte del proceso”, señalaron. Para ellos, el proyecto no solo reinterpreta al héroe, sino que también abre un espacio de reflexión: “Si la polémica viene a aportar un diálogo para poder generar puentes y buscar las respuestas de las cosas que nos aquejan, bienvenida sea”.
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Un Batman con raíces mexicas
La idea nació cuando el estudio buscaba dar voz a la animación mexicana con un enfoque fresco. “Combinar Batman con la cultura mexica, yo siendo fan de Batman desde chiquito y fascinado con la cultura azteca desde joven, fue algo único”, compartió el cineasta.
Más allá del espectáculo visual, los realizadores encontraron inspiración en deidades prehispánicas como Camazotz y Chaac, vinculadas al murciélago en la cosmovisión mesoamericana. “Pareciera que todo estaba destinado: existieron guerreros jaguar, guerreros águila… ¿Por qué no un guerrero murciélago, un guerrero de la noche?”, explicó el actor.
Este vínculo permitió que la historia se sintiera orgánica y natural dentro del universo mexica. La tragedia personal, motor clásico del mito de Batman, se entrelaza aquí con la invasión española y la resistencia indígena, ofreciendo un relato épico y profundamente simbólico.
El mensaje detrás de la ficción
Lejos de limitarse a la venganza, el nuevo Batman adopta una visión de justicia y sacrificio. “Este Batman sí está dispuesto a darlo todo desde el segundo uno… incluso su propia vida por el bien de su pueblo”, detallaron. Con ello, el héroe se convierte en metáfora de resiliencia frente a las tragedias históricas y sociales que han marcado a México.
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Uno de los momentos más poderosos de la cinta ocurre cuando Hernán Cortés se enfrenta al protagonista. “Hay una parte en la película donde Hernán Cortés le dice a Batman: ‘Inclínate ante mí’. Y Batman responde: ‘oblígame’”, relataron los creadores. Para ellos, esta escena simboliza la resistencia cultural y la exigencia de respeto mutuo: “Jamás nos vamos a inclinar ante nadie más. Eso no significa odiar, solo significa yo te respeto y tú me respetas también”.
Tanto Horacio como Juan José destacaron que la película no pretende dar lecciones históricas cerradas, sino provocar preguntas en nuevas generaciones. Una anécdota personal de la voz del protagonista lo ejemplifica: “Mi hija me hizo muchas preguntas sobre el pasado histórico de este país. Eso es lo bonito, que otras madres y padres van a vivir experiencias similares, hablarán con sus hijos de México y su complejidad”.
Más que entretenimiento
La película, aseguran, es una obra hecha con dedicación y amor por parte de artistas mexicanos para el mundo entero. “Definitivamente fue una obra de amor y dedicación de todos nosotros para los fans de Batman en todo el planeta”, señalaron.
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Aunque "Batman Azteca" forma parte de la industria del entretenimiento, sus responsables enfatizan que también es arte y una herramienta de reflexión. “Sí, queremos entretener a la gente, pero no solo entretener, queremos también hacer arte al mismo tiempo”, expresó Juan José.
En un contexto donde las heridas de la conquista siguen presentes en forma de racismo y clasismo, "Batman Azteca" se levanta no solo como un ejercicio creativo, sino como un recordatorio del valor de la resistencia y la identidad cultural. Con el poder de un ícono global, la cinta busca que las nuevas generaciones se reconcilien con sus raíces y encuentren orgullo en ellas.
EONM
