Desde su lanzamiento, la serie “Chespirito: sin querer queriendo” ha generado diversas reacciones entre la audiencia. Este retrato de la vida de Roberto Gómez Bolaños no ha pasado desapercibido, en parte por los rumores sobre posibles relaciones sentimentales entre los personajes del icónico vecindario televisivo, y en parte por los comentarios dirigidos hacia Florinda Meza, quien ha sido blanco de múltiples críticas al ser señalada por internautas como la supuesta “amante” del comediante.
Contexto: Recientemente, el personaje de doña Florinda ha resurgido en redes sociales, no por su participación en la serie, sino como símbolo de un fenómeno psicológico denominado el “síndrome de doña Florinda”. Esta expresión fue acuñada por el sociólogo y autor argentino Rafael Ton en 2012 y analizada con mayor profundidad en su obra publicada en 2015. Se refiere a una actitud típica de ciertos sectores de la clase media que, tras mejorar mínimamente su estatus económico o social, adoptan una postura arrogante hacia quienes consideran por debajo de ellos.
“Síndrome de doña Florinda” se vuelve viral: ¿de qué se trata?
El personaje en cuestión —una madre viuda que vive con su hijo Quico en la serie creada por Gómez Bolaños— se caracteriza por su aire de superioridad y su forma altiva de relacionarse con los demás. Aunque ocasionalmente muestra sensibilidad, su tendencia a despreciar a sus vecinos y remarcar diferencias de clase es un rasgo dominante.
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Según Ton, esta conducta no se manifiesta a través de acciones extremas, sino mediante pequeños gestos continuos como el aislamiento, la crítica constante o la intolerancia hacia contextos diferentes. En esencia, es una defensa frente a inseguridades internas, disfrazada de una falsa sensación de superioridad.
“Estas personas no son ricas ni influyentes, pero esa pequeña ventaja que tienen sobre su entorno les basta para sentirse especiales”, explicó Ton en una entrevista para el pódcast Hudson... Tenemos un problema.
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Rafael Ton sostiene que este tipo de comportamiento es más común en ambientes urbanos, donde existen notables contrastes dentro de la clase media. Estas diferencias pueden generar tensiones sociales, prejuicios y actitudes de exclusión, incluso entre personas con condiciones económicas similares.
Al igual que la versión televisiva de doña Florinda, hay quienes, sin pertenecer a una clase privilegiada, imitan patrones elitistas para distinguirse de los demás. Psicólogos explican que esta conducta suele tener raíces en problemas emocionales como:
Frustraciones acumuladas
Metas personales o profesionales no alcanzadas
Carencias en el desarrollo de habilidades emocionales
Falta de plenitud en su vida cotidiana
La necesidad de sobresalir y marcar distancia se convierte entonces en una forma de reafirmar la autoestima.
Aunque Rafael Ton nunca ha hecho referencia directa a Florinda Meza como portadora de este comportamiento, varios usuarios en redes han comenzado a establecer paralelismos entre la actriz y su famoso personaje.
Entre los comentarios más recurrentes se mencionan:
Su tendencia a invalidar o minimizar opiniones ajenas.
Reacciones impulsivas tanto en entrevistas como en sus publicaciones.
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Una aparente actitud de superioridad frente a las críticas, lo cual ha sido interpretado por algunos como exceso de confianza.
LCM
