Durante mucho tiempo, el cantante venezolano, Carlos Baute evitó hacer declaraciones públicas sobre José Daniel Arellán, su hijo mayor, que nació cuando el cantante apenas tenía 15 años y su pareja, Nallera Zerimar Arellán Castillo, tan solo 13. El nacimiento ocurrió en Caracas, pero la existencia del joven se mantuvo fuera del ojo público.
No fue sino hasta 2012, cuando José Daniel, con 23 años, acudió a la justicia española para ser reconocido legalmente como hijo del cantante. Un año después, en 2013, una sentencia confirmó la paternidad y obligó a Baute a reconocerlo oficialmente. A pesar de este dictamen, la relación entre ambos fue fría y distante durante un tiempo. José Daniel buscó acercarse a su padre en varias oportunidades, incluso pidiendo ayuda económica para continuar con sus estudios, pero sin éxito inmediato.
¿Qué fue del hijo de Carlos Baute que no quería reconocer?
El vínculo comenzó a transformarse en junio de 2021, cuando Carlos Baute sorprendió a sus seguidores al compartir una imagen con José Daniel en Instagram por el Día del Padre. Acompañó la fotografía con un mensaje sincero, en el que reconocía errores del pasado y se comprometía a reconstruir la relación que no habían tenido.
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“Te pido perdón y vamos a recuperar el tiempo perdido. Te quiero, hijo”, escribió Carlos Baute.
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Este gesto fue clave en el restablecimiento del lazo entre ambos. Baute también agradeció el respaldo constante de su esposa, Astrid Klisans, quien fue fundamental durante todo el proceso. Hoy en día, José Daniel ha sido plenamente integrado a la familia del artista, que ya cuenta con tres hijos más, y es común verlos compartir momentos juntos en redes sociales.
José Daniel, el hijo mayor de Carlos Baute, tiene actualmente 35 años. Migró a España con la esperanza de encontrar un mejor porvenir y fue en 2009 cuando finalmente conoció a su padre. Cuatro años después, en 2013, el cantante lo reconoció legalmente como su hijo.
“Mi abogado me llamó para informarme que Carlos Baute había enviado una carta al Juzgado reconociendo su paternidad. Al principio quedé en shock, pero luego me embargó la emoción”, recordó Arellán al enterarse.
Aunque Baute ha mantenido discreción sobre el tema, alrededor de cinco años atrás José Daniel le solicitó una pensión mensual de 900 euros por un período de cinco años, además de una compensación de 90,000 euros por daños emocionales. Sin embargo, en 2016 perdió el juicio, ya que la jueza consideró que, con 26 años, ya tenía la edad suficiente para mantenerse por sí mismo. En 2020 volvió a solicitar ayuda económica, esta vez pidiendo una pensión mensual de 1,400 euros. Argumentó que atravesaba un momento difícil.
“No quiero que me mantenga de por vida, pero en este momento necesito su apoyo. Es un gesto de humanidad. Quiero que entienda lo mal que lo estoy pasando”.
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La historia entre padre e hijo, marcada por dificultades y reconciliación, ha evolucionado hacia una relación sólida y afectuosa, en la que ambos trabajan por fortalecer su vínculo.
LCM
