"Se va a casar con Mariano", le advierte Horacio Gómez Fernández a su hermano Roberto Gómez Bolaños "Chespirito". El diálogo corresponde al primer episodio de la bioserie "Sin querer queriendo", en la que Max cuenta la historia del súpercomediante mexicano.
Mariano es un nombre ficticio que en la realidad corresponde a Enrique Segoviano, director, productor y, en muchos sentidos, co creador del éxito que fue El Chavo del 8.
El triángulo amoroso que se revela en la serie ha puesto otra vez el nombre de Enrique Segoviano en el centro de la discusión en redes sociales donde se ha hecho viral su nombre junto con las preguntas de quién es, qué hacía en Televisa y qué pasó ente él y Chespirito.
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¿Cómo fue el triángulo amoroso entre Enrique Segoviano, Chespírito y Florinda Meza?
Efectivamente, en 1977, la situación amorosa de algunos los integrantes del Chavo del 8 era especialmene caótica: Chespirito estaba casado pero atravesaba por una crisis matrimonial derivada del poco tiempo que le podía dedicar a la vida familiar.
Florinda Meza estaba comprometida con Enrique Segoviano pero se sentía atraída por Chespirito, al mismo tiempo que era cortejada por Carlos Villagrán.
Enrique Segoviano era, en esa época, un novel director de cámaras egresado de la UNAM. Nacido en República Dominicana, comenzó su trabajo en la televisión mexicana en el canal 8. Ahí conoció a Chespirito, con quien saltó a Televisa cuando Emilio Azcárraga logra fusionarlo para fundar Telesistema Mexicano.
Su nombre entonces comenzó a ser cada vez más conocido por ser el cerebro detrás del impacto visual de El Chavo del 8: su dirección de cámaras fue novedoso por permitía que el espectador entrara a los cuartos de vecindad al mismo tiempo que conservaba la cotinuidad de la acción de los personajes.
¿Cuál es la aportación de Enrique Segoviano a la televisión mexicana?
Enrique Segoviano, después del final de El Chavo del 8, se convirtió en el productor-director consentido de Televisa para el formato de comedias de situación. Su experiencia en el manejo de diferentes sets de manera sencilla y narrativamente impecable, se replicaron con éxito en programas como:
- Anabel!
- TVO
- ¡Llévatelo! (1993)
- Atínale al precio (1997, 2010)
- 100 mexicanos dijeron
En una entrevista con el Dicciones de Directores Mexicanos, Segoviano habló de lo que consideró un fracaso: El Chanfle. Lo hizo, obviamente, desde una perspectiva artística y cinematográfica porque la película fue un éxito en taquilla.
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Sin emabrgo, Segoviano consideró que el filme, en su confección, quedó como si fuera un programa de televisión y por tanto, una mala película.
"Cometí el error de pensar que la televisión era como el cine. Muy tardeme di cuenta que eran lenguajes totalmente diferentes", se lamentaba Segoviano.
De cualquier forma, las aportaciones de Enrique a la televisión mexicana se pueden rastrear en el enorme ingenio con el que, junto con Roberto Gómez Bolaños, le dio vida a los efectos especiales y la solución esénica de sus programas: desde la pastilla de chiquitolina hasta las adaptaciones de obras clásicas convertidas en comedias absurdas.
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