El actor estadounidense Gene Hackman, dos veces ganador del premio Oscar y una de las figuras más versátiles y respetadas de Hollywood, fue encontrado sin vida a los 95 años junto a su esposa, la pianista Betsy Arakawa, de 63 años, en su hogar en Santa Fe, Nuevo México.
Las autoridades confirmaron el deceso de la pareja, así como el de su mascota, aunque aún no se han dado a conocer detalles sobre las circunstancias de su muerte. Hackman, cuyo nombre completo era Eugene Allen Hackman, celebró su 95.º cumpleaños el pasado 30 de enero.
"No creemos que haya habido un crimen. La causa exacta de la muerte no ha sido determinada en este momento", informó Adan Mendoza, sheriff del condado de Santa Fe.
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Hallan muerto a Gene Hackman, leyenda de Hollywood
Originario de San Bernardino, California, y criado en Danville, Illinois, vivió una infancia difícil durante la Gran Depresión. A los 13 años, su padre abandonó a la familia, y tiempo después, su madre falleció en un incendio, antes de que él alcanzara la fama. A los 16 años, alteró su edad para enlistarse en la Marina de los Estados Unidos, una experiencia que describió como desafiante pero enriquecedora.
El reconocimiento llegó con su interpretación del detective Jimmy “Popeye” Doyle en The French Connection (1971), papel que le valió su primer Oscar como Mejor Actor. La cinta, dirigida por William Friedkin, es célebre por una persecución en automóvil icónica en las calles de Nueva York. Dos décadas más tarde, recibió su segundo premio de la Academia, esta vez como Mejor Actor de Reparto, por encarnar al implacable sheriff “Little Bill” Daggett en Unforgiven (1992), dirigida por Clint Eastwood.
A lo largo de cinco décadas de trayectoria, Hackman actuó en más de 80 películas y recibió cuatro nominaciones adicionales al Oscar. Directores como Alan Parker lo consideraban un actor con el que cualquiera soñaría trabajar. Entre sus interpretaciones más recordadas se encuentran el experto en vigilancia Harry Caul en The Conversation (1974), el exsheriff en Mississippi Burning (1988) y el excéntrico Royal Tenenbaum en The Royal Tenenbaums (2001), papel que le otorgó un Globo de Oro.
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Tras su paso por la Marina, Hackman exploró distintos trabajos antes de encontrar su vocación en la actuación. Se formó en la Pasadena Playhouse, en California, donde junto a su amigo Dustin Hoffman fue considerado como un talento sin futuro. Sin embargo, su perseverancia lo llevó a Broadway, donde debutó en Any Wednesday, lo que le permitió ingresar a la industria cinematográfica.
Su primer papel relevante fue en Bonnie and Clyde (1967), donde interpretó a Buck Barrow, hermano del personaje de Warren Beatty, obteniendo su primera nominación al Oscar. Más adelante, recibiría otra por I Never Sang for My Father (1970).
Gene Hackman siempre evitó el estrellato
Hackman siempre evitó los reflectores del estrellato de Hollywood, priorizando la calidad de sus interpretaciones sobre la fama.
“Me formé para ser actor, no una estrella”, dijo en una ocasión. Su estilo natural y su capacidad para dotar de profundidad a personajes comunes lo convirtieron en un referente del cine estadounidense.
En los últimos años de su carrera, trabajó en cintas como Mississippi Burning, The Firm, The Heist y The Royal Tenenbaums, esta última le otorgó su tercer Globo de Oro.
Pese a su éxito, prefería no ver sus propias películas.
“Me resulta difícil emocionalmente verme en pantalla”, confesó en una entrevista.
En 2008, anunció su retiro de la actuación para dedicarse a la escritura y la pintura, instalándose en Santa Fe, lejos de la vida pública. Publicó varias novelas, entre ellas Wake of the Perdido Star (1999) y Payback at Morning Peak (2010), y disfrutó de una existencia tranquila junto a su esposa Betsy Arakawa, con quien contrajo matrimonio en 1991.
Hackman estuvo casado previamente con Faye Maltese, con quien tuvo tres hijos: Christopher, Elizabeth y Leslie. El matrimonio terminó en divorcio en 1986, tras 30 años juntos. En una entrevista en el 2000, el actor reconoció que su carrera afectó la crianza de sus hijos.
“No podía estar con ellos tanto como hubiera querido, y mi éxito siempre fue una presencia en sus vidas”, admitió.
Junto a Betsy Arakawa encontró estabilidad y un vínculo sólido. La pareja compartía intereses como la música, el arte y la tranquilidad de su hogar en Santa Fe. Arakawa, pianista clásica, fue un pilar en su vida, apoyándolo en su transición a la escritura y participando en el diseño de su residencia, destacada en Architectural Digest en 1990.