El pasado sábado 22 de noviembre, la Ciudad de México fue testigo de una de las celebraciones musicales más importantes del año: el concierto por los 100 años del Salón Tenampa, un homenaje al recinto que se ha convertido en símbolo de la música vernácula mexicana y punto de encuentro obligado en Plaza Garibaldi.
El evento tuvo lugar en el Lienzo Charro Constituyentes, donde miles de asistentes se reunieron para vivir una velada dedicada al mariachi, a la bohemia y a la tradición que el Tenampa ha defendido desde 1925. Desde temprano, los alrededores del recinto vibraban con familias, parejas y grupos de amigos que llegaban vestidos de gala casual mexicana, listos para cantar a todo pulmón.
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La celebración reunió un cartel que honró la esencia del género. Natalia Jiménez, una de las voces internacionales más queridas del mariachi contemporáneo, abrió la noche con interpretaciones llenas de fuerza, demostrando por qué se ha ganado un lugar en el corazón del público mexicano. Después, Julio Preciado llevó la velada a un tono más festivo con los clásicos del regional sinaloense y arreglos de mariachi que pusieron a todos de pie.
El escenario también recibió a El Bebeto, quien aportó un toque juvenil y romántico con versiones de éxitos como “Seremos” y “Cuando tú me besas”, adaptados especialmente para la ocasión. Karina Catalán, una de las voces femeninas emergentes más potentes del género, sorprendió con su interpretación impecable y presencia escénica.
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La gran madrina de la noche fue Aída Cuevas, máxima exponente del canto ranchero, quien recibió una ovación monumental. Su participación se sintió como un puente entre las generaciones que han hecho del mariachi un estandarte cultural. Sus interpretaciones de “El Pastor” y “Te Doy las Gracias” fueron de los momentos más emotivos del evento.
Además de la música, la producción rindió homenaje visual a la historia del Tenampa. En pantallas se proyectaron imágenes del salón a lo largo de las décadas, desde sus primeras fotografías en blanco y negro hasta los retratos de grandes figuras como Chavela Vargas, José Alfredo Jiménez y Lucha Villa, quienes dejaron huella en el recinto.
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El concierto cerró con un final que encapsuló el espíritu de un lugar que, después de 100 años, sigue siendo un altar vivo de la música mexicana.
EONM
