El amor tiene la capacidad de construir o de marcar. Puede ser refugio o herida, encuentro o pérdida. Hay quienes lo viven como una promesa luminosa, y otros que lo observan con prudencia, como quien mira un fuego que alguna vez lo quemó.
Algunos signos del zodiaco han aprendido, a través de la experiencia, que amar no siempre significa felicidad inmediata. Por eso avanzan con paso medido, protegiendo su corazón bajo capas de razón, silencio o distancia.
No han renunciado al amor: simplemente aprendieron a no entregarlo a la ligera. Su aparente frialdad es, en realidad, una forma de cuidado; su desconfianza, una lección aprendida. Comprenderlos es acercarse con respeto y paciencia, pues solo cuando sienten que el amor no amenaza su equilibrio, dejan entrever la profundidad que guardan.
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Capricornio (22 de diciembre – 19 de enero)
Capricornio no se deja llevar por promesas ni palabras vacías. Cree en los hechos, en la constancia y en el compromiso. Detrás de su serenidad se esconde un corazón sensible, pero reservado. Para él, amar no debe significar perder el rumbo ni la estabilidad que tanto esfuerzo le ha costado construir. Solo cuando percibe seriedad y madurez en la otra persona, baja las defensas y permite que el afecto se convierta en parte de su vida.
Acuario (20 de enero – 18 de febrero)
Acuario protege su libertad como un tesoro. Ama con la mente antes que, con el corazón, y teme que las emociones intensas lo arranquen de su independencia. No es indiferente, solo se resguarda tras una capa de lógica que a veces confunde. Quien desee ganarse su confianza debe comprender su necesidad de espacio y demostrar que el amor también puede ser sinónimo de libertad compartida.
Escorpión (23 de octubre – 21 de noviembre)
En Escorpión, la pasión y el miedo van de la mano. Ha amado con profundidad y, probablemente, ha sido herido con la misma intensidad. Por eso observa antes de confiar, y confía solo cuando la lealtad es evidente. Su silencio no es desinterés, sino protección. Pero cuando siente seguridad, ama con una entrega total, capaz de transformar la vida de quien lo acompaña.
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Virgo (23 de agosto – 22 de septiembre)
Virgo analiza incluso aquello que no puede explicarse. Antes de entregarse, necesita entender, medir y asegurarse. No teme amar, teme equivocarse. Su corazón busca claridad, no dramatismo; coherencia, no idealización. Quien logre mostrarle que el amor puede tener orden, ritmo y sinceridad hallará en Virgo un compañero fiel, constante y profundamente confiable.
Sagitario (22 de noviembre – 21 de diciembre)
El espíritu libre de Sagitario lo lleva a desconfiar de los amores que exigen quietud. Ama intensamente, pero necesita espacio para seguir descubriendo el mundo. No soporta el amor que encadena ni las relaciones que detienen su vuelo. Cuando encuentra a alguien que lo acompaña sin intentar poseerlo, entrega su corazón con entusiasmo y autenticidad, convirtiendo el amor en una aventura compartida.
Géminis (21 de mayo – 20 de junio)
Géminis ama desde la curiosidad, la palabra y el pensamiento. Su mente inquieta lo hace dudar de la permanencia de los sentimientos, pues teme que el amor se vuelva rutina. No rehúye al afecto, pero le teme al aburrimiento y a la pérdida de sí mismo. Para conquistarlo, hay que mantener viva la conversación, sorprenderlo y hacerlo sentir libre. Entonces, su entrega puede ser tan brillante como fugaz, o tan profunda como inesperada.
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LCM
