“La Casa de los Famosos” perdió varios patrocinadores importantes, incluyendo marcas como Rexona, Knorr, Nescafé, Nutrioli y Unilever, dejando al programa sin muchos de los productos y logotipos que solían estar presentes en la casa. Esta decisión se tomó a raíz de una serie de incidentes en el reality show, que incluyeron comentarios violentos y agresivos de algunos participantes, generando un rechazo significativo tanto del público como de las marcas.
La controversia más reciente se centró en el creador de contenido Adrián Marcelo, quien abandonó el programa después de ser severamente criticado por sus declaraciones despectivas, en las que afirmó que, con la salida de Gomita, “quedaba una mujer menos para maltratar”.
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Este comentario desató una fuerte confrontación con la actriz Gala Montes, quien no solo lo acusó de ser un “potencial feminicida”, sino también de hacer comentarios crueles sobre su madre y su salud mental.
La situación escaló rápidamente, y aunque Adrián Marcelo finalmente se retiró del reality, las marcas decidieron distanciarse del programa en defensa de sus valores. Esta reacción no es común en la televisión mexicana, lo que ha encendido un debate sobre el rol de los patrocinadores en la regulación del contenido que respaldan.
Carlos Valadez, CEO de la agencia de marketing Sound Louder, cree que la decisión de las marcas fue acertada.
"Es incoherente y riesgoso para una marca asociarse con acciones que van en contra de su filosofía, especialmente cuando se trata de comportamientos que pueden perjudicar su relación con el público objetivo".
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Las marcas involucradas, al promover valores como el respeto y la inclusión, sabían que no podían seguir asociadas a un contenido que se percibió como dañino y contrario a estos principios. Valadez subraya que la producción falló al no controlar las agresiones desde el inicio.
"Desde los primeros comportamientos inapropiados, debieron intervenir. El rechazo fue tan intenso que comenzó a afectar a las marcas, que no son disruptivas ni polémicas, por lo que el contenido no era adecuado para ellas".
Los comentarios no solo alteraron las relaciones entre los participantes, sino que también provocaron una avalancha de críticas en redes sociales, donde los usuarios etiquetaban a los patrocinadores, exigiendo su desvinculación del programa. Esta presión social fue clave para que Rexona, Knorr, Unilever decidieran cortar sus lazos con el reality, por lo que ahora “La Casa de los Famosos” luce con las paredes vacías.
Efecto dominó
Para las marcas, desvincularse del programa fue una acción necesaria para salvaguardar su reputación y mantener la confianza del público. Roberto Báez, experto en comunicación estratégica, explicó que esta decisión se basa en un análisis detallado.
"Las marcas evaluaron el alcance publicitario frente al valor del contenido y su reputación. Participar en un reality show siempre conlleva riesgos, pero cuando estos comprometen los valores de la empresa, la mejor opción es retirarse".
A pesar de la pérdida de visibilidad que implica abandonar un programa con alta audiencia como "La Casa de los Famosos", las marcas consideran que el valor de proteger su imagen supera los costos de desvinculación.
"Es una cuestión de coherencia con los valores que defienden. En este caso, el impacto en la percepción será positivo porque el consumidor verá que las marcas actuaron con responsabilidad", agregó Valadez.
Para la producción de "La Casa de los Famosos", esta situación representa un desafío significativo. La manera en que respondan a la pérdida de estos patrocinadores será determinante para su futuro y para la relación con posibles nuevos socios comerciales.