¿Sigmund Freud pudo terminar su vida en México? Una biografía sobre los últimos años de vida del pensador alemán da pistas sobre el drama que fue su vida luego del empoderamiento nazi en Alemania. Este 2024 se cumplen 85 años de la muerte de Freud, recordado sobre todo por ser el padre del sicoanálisis pero que también dedicó gran parte de su trabajo académico a la antropología y la filosofía.
En su trato cotidiano, lo que más se recupera en esta biografía llamada "Salvar a Freud", es su capacidad para sobreponerse a las adversidades a través del sentido del humor. Cuando el nazismo alentó a la gente a quemar sus libros, Sigmund Freud escribió un relato al periodista estadounidense Andrew Nagorski en el que le dice:
"En la Edad Media me hubieran quemado a mí, pero hoy se conforman con quemar mis libros ¡eso es un gran progreso!".
El libro "Salvar a Freud" fue escrito a partir precismante de la interacción que tuvieron Freud y Nagoski. En él se narran los últimos años de vida del pensador judío que vivió la mayor parte de su vida en Viena, lo cual se convirtió en un riesgo muy alto con la entrada de los nazis.
De hecho, Sigmund Freud se negó constantemente a irse de esa ciudad por considerar que no había un peligro para él. La situación cambió cuando su hija Anna fue arrestada por la Gestapop. Para entonces, el acoso era cada vez más rudo con él y con su familia: entraron a su casa, le confiscaron documentos de identidad y pasaportes.
¿Cómo huyó Freud del nazismo?
Fue entonces que Freud, en medio de una cruenta batalla contra el cáncer de boca, aceptó que tenía que huir del regimén nazi. La BBC, en un documental especial publicado con motivo del 85 aniversario de la muerte del pensador, entrevista a Plotkin, uno de sus biógrafos más reconocidos actualmente.
"Si hubiera querido podría haber terminado en Chile, en México o en Argentina, de donde recibió invitaciones no oficiales, pero si de intelectuales y académicos oara que fuera. Unas ofertas incluían las promesas de que sus gastos serían costeados".
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La decisión fue difícil porque la opciones de refugio en países latnoamericanos eran tentadoras: Sigmund leía muy bien el español.
Pero finalmente Sigmund Freud terminó en Londres, ciudad en la que ya había estado antes. Su casa se convirtió en un lugar de encuentro para intelectuales y académicos que aprovecharon la estancia del padre del sicoanálisis para hablar con él, cuestionarlo o incluso ofrecerle su ayudo.
En Londres, Freud padeció los estragos del cáncer, que se aceleró desde su llegada a esa ciudad. Todavía alcanzó a terminar el libro "Mosiés y el monoteísmo" y compró una última casa, en la que vivió hasta el día de su muerte y que ahora es un museo.
A Freud, además, se le recuerda por haber sido pionero de la muerte digna. El reportaje de la BBC narra que desde años antes había llegado a un acuerdo con su médico para evitar la agonía por el cáncer.
"Así en el 22 de septiembre su médico Max Schur le suministró 400 miligramos de morfina, una dosis que le provocó la muerte al día siguiente".
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