Algunos están muy jóvenes para saberlo para hubo una época en la que la Marcha por el Orgullo no entraba al Zócalo de la Ciudad de México. Los contingentes solo llegaban hasta el Hemiciclo a Juárez, monumento en mármol en honor del Benemérito de las Américas ubicado en la Alameda Central.
El historiador Alonso Hernández no solo lo recuerda sino que ha convertido ese lugar en la última parada del “Jotitour”, un recorrido de tres horas a pie para conocer los lugares más emblemáticos de la lucha por la diversidad sexual en la Ciudad de México.
“Escogí plazas, parques y monumentos sobre los cuales, desde que yo empecé a vivir mi sexualidad, muchas personas me contaban historias de esta lucha por la diversidad. Yo atesoré esas historias y es curioso que ahora que las comparto en el Jotitour, me encuentro a gente que se ve reflejada en esas mismas historias”.
El Jotitour se organiza cuatro veces al año y tiene siete paradas que abarcan unos cuatro siglos de historia, ya que incluye una visita a la Plaza de Santo Domingo para narrar la historia del Antiguo Palacio de la Santa Inquisición.
“Son siete espacios donde podemos ver la Historia por los cuatro puntos cardinales. En el caso de la Plaza de Santo Domingo, nos remite a algo muy importante que es la época novohispana: los juicios de inquisición a nuestra querida Cotita de la Encarnación y sus 14 amigos que fueron juzgados y quemados en la plazoleta de San Lázaro, a las afueras de la ciudad”.
El delito por el que se condenó a la hoguera a Cotita fue defando, es decir, tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Y más que delito, se le consideraba un pecado. Cotita de la Encarnación se llamaba Juan Galindo de la Vega, un mulato famoso por las fiestas que organizaba y a las que acudían personas de todos los estratos sociales, incluyendo los ricos de la ciudad.
Pero antes de la Plaza de Santo Domingo, el Jotitour comienza siempre en el Centro Cultural José Martí, donde está la Placa de los 41.
“Es un espacio que yo rescato mucho en su importancia porque es el único monumento en desagravio que la Ciudad de México le ha dado a la población LGBT: la placa de los 41 que está en el Centro Cultural José Martí. Sabemos que esa placa debería estar por el rumbo del monumento a la Revolución, pero nosotros hemos aceptado que no se cambie de lugar porque el Centro Cultural la ha cuidado como nadie; inclusive en esa época en la que hubo robo de placas de metales en la ciudad”.
¿Cómo nació el Jotitour?
El historiador Alonso Hernández recuerda que desde su época de estudiante tuvo un especial interés por recuperar la historia de la lucha LGBTIQ+, por lo que muchas de sus tareas y proyectos escolares tuvieron ese enfoque.
“Y los maestros me decían: eso no es historia, eso es sociología o sicología. Pero yo insisto en la importancia de recuperar esto que yo considero que es nuestra Historia, mucha de ella a través de la tradición oral”.
El Jotitour nació como un acto de amor: Alonso Hernández quiso narrar a su pareja las anécdotas de estos espacios en la Ciudad de México. El ejercicio cundió y muy pronto se integró como parte del activismo de colectivos como La Madriguera y actualmente es un recorrido organizado por el colectivo Archivos y Memorias Diversas. Aunque oficialmente solo se organiza cuatro veces al año, es posible agendar un tour extra si se reúnen grupos de 7 a 20 personas.
La experiencia no es solamente turística ni educativa, también es emocional. “Las personas se sienten más parte de esta ciudad; algunos me han dicho que después del Jotitour ya no han podido ver la ciudad con otros ojos porque ahora saben cosas que han pasado en Catedral o en Palacio Nacional. Y además les hacer ver que ellos forman parte de una cadena que los remite a esos personajes”.
Sucede así con la última parada del tour, al que cariñosamente Alonso Hernández le ha cambiado una letra para resignificar el monumento: "Decimos que es el Homociclo a Juárez, por todo lo que representa en la historia de la Marcha por el Orgullo”.