Las palabras tienen un impacto profundo en la formación emocional y psicológica de los niños, y algunas frases, aunque dichas sin intención de dañar, pueden ser sumamente perjudiciales según la psicología.
Frases como “Nunca haces nada bien”, “Ojalá fueras más como tu hermano” o “Eres un problema” pueden sembrar inseguridad, baja autoestima y sentimientos de insuficiencia en los hijos. Además, expresiones como “Porque yo lo digo” o “No llores, no es para tanto” invalidan sus emociones y les enseñan a reprimir lo que sienten. Los expertos en psicología infantil resaltan la importancia de un lenguaje que fomente el respeto, el entendimiento y la construcción de una autoestima saludable, evitando comentarios que refuercen mensajes negativos o limitantes sobre la identidad y valor del niño.
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Estas son las frases más dañinas que los padres dicen a sus hijos
Una de las frases más dañinas es “No vales nada”, ya que puede minar gravemente la autoestima de un niño, haciéndolo sentir que carece de valor. En lugar de esto, los padres deben resaltar las cualidades únicas de sus hijos con afirmaciones como: “Tienes tantas cualidades únicas que te hacen especial”.
Este tipo de lenguaje positivo contribuye a desarrollar una autoimagen sana y a fortalecer la confianza en sí mismos. Asimismo, comparar a un niño con sus hermanos o amigos, diciendo “Desearía que fueras más como tu hermano”, puede generar rivalidades y sentimientos de insuficiencia. Es más constructivo valorar las fortalezas individuales de cada niño con frases como: “¡Cada uno de ustedes tiene fortalezas y talentos que valoro muchísimo!”. Este enfoque no solo fomenta la autoaceptación, sino que también favorece un ambiente positivo de aprendizaje.
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Frases como “Nunca llegarás a nada” pueden destruir las aspiraciones de un niño y desmotivarlo. En su lugar, los padres deben transmitir confianza en el potencial de sus hijos, diciendo: “Creo en tu capacidad para lograr grandes cosas”. Este tipo de apoyo verbal actúa como un estímulo poderoso que refuerza la confianza y la resiliencia.
Igualmente, es importante evitar etiquetas negativas como “Eres tan estúpido”. En lugar de criticar, los padres deberían aprovechar los errores como oportunidades para aprender, diciendo: “Los errores son oportunidades de crecimiento, y sé que puedes aprender de ellos”. Este enfoque promueve una mentalidad de aprendizaje y prepara a los niños para enfrentar futuros retos.
Finalmente, expresiones como “Ya no te amo” pueden causar heridas emocionales profundas. Los niños necesitan sentir que son amados incondicionalmente, independientemente de las circunstancias. Decir “Mi amor por ti es incondicional, pase lo que pase” les brinda la seguridad emocional necesaria para un desarrollo saludable.