A punto de celebrar su vigésimo aniversario, el matrimonio entre el Rey Felipe VI y Letizia Ortiz sigue siendo un referente romántico en la historia de España. A lo largo de estas dos décadas, han experimentado momentos inolvidables y han dejado huellas imborrables, siendo uno de los frutos más destacados de su unión la llegada de la princesa Leonor de Asturias, la futura heredera al trono.
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Antes de consolidarse como la pareja real ideal, Felipe y Letizia protagonizaron una historia de amor poco convencional y llena de escándalo para la monarquía española. Letizia, una periodista que había estado casada previamente, no pertenecía al selecto grupo de royals e influyentes del país. A pesar de las críticas y controversias, decidieron seguir su corazón y contrajeron matrimonio el 22 de mayo de 2004.
La boda de Felipe VI y Letizia Ortiz marcó un hito al ser la primera celebrada en la catedral de Madrid en 98 años. Con mil 200 invitados, incluyendo representantes de casas reales, jefes de estado, familiares y celebridades, el evento se llevó a cabo en la cripta de Almudena. Esta elección de escenario añadió un toque de singularidad a la ceremonia, destacando la relevancia histórica de su unión.
Lluvia y enfermedad: desafíos en el gran día
El destino también jugó sus cartas el día de la boda. A pesar de ser primavera, la lluvia sorprendió a los novios, alterando los planes originales de un paseo bajo una alfombra roja desde el Palacio Real hasta el altar. Además, Letizia, afectada por una fiebre previa, tuvo que llegar a la iglesia en automóvil. Estos desafíos no hicieron más que fortalecer la historia de amor, enfrentando juntos las inclemencias del tiempo y la salud.
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Sin beso y votos personalizados
Contrario a las expectativas de las bodas reales, Felipe y Letizia decidieron romper con algunas tradiciones. No pronunciaron el clásico "sí acepto" frente al altar, optando por expresar sus propios votos, sellando así su compromiso con fidelidad y prosperidad. Además, el tan esperado beso quedó ausente, siendo reemplazado por un discreto beso en la mejilla, posiblemente debido a la resaca de la enfermedad que afectó a Letizia en ese día tan especial.
La boda de Felipe y Letizia Ortiz no solo fue un enlace real, sino un capítulo significativo en la historia española. Veinte años después, su amor sigue siendo un ejemplo de superación de obstáculos y autenticidad en medio de las tradiciones reales. A medida que se acerca el aniversario, España recuerda con cariño aquel día en que un periodista y una futura reina escribieron juntos el comienzo de su cuento de hadas real.