El emoji del pulgar hacia arriba ha adquirido un nuevo estatus en el ámbito legal. Un juez canadiense ha dictaminado que este popular emoji no solo puede ser utilizado como una forma de acuerdo contractual, sino que es igualmente válido que una firma física.
El juez con sede en Saskatchewan emitió esta sentencia basándose en la necesidad de que los tribunales se adapten a la "nueva realidad" de cómo las personas se comunican, según informó originalmente el periódico The Guardian.
El caso en el centro de la polémica involucró al granjero Chris Achter y un acuerdo de venta de 87 toneladas métricas de lino al comprador de granos Kent Mickleborough en 2021.
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Mickleborough firmó el contrato y le envió un mensaje de texto a Achter con una foto del mismo, junto con el mensaje "Por favor, confirme el contrato de lino", según consta en los documentos judiciales. La respuesta de Achter fue un emoji de pulgar hacia arriba.
Sin embargo, cuando Achter no cumplió con el envío del lino, el comprador presentó una demanda argumentando que interpretó el emoji de pulgar hacia arriba como una aceptación del contrato.
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El juez TJ Keene del Tribunal del Rey en Swift Current estuvo de acuerdo y dictaminó el 8 de junio que el emoji de pulgar hacia arriba enviado por Achter servía como una aceptación del contrato. Además, ordenó a Achter pagar a Mickleborough 82.200 dólares canadienses como indemnización.
Por su parte, Achter declaró que no tenía la intención de que el emoji fuera considerado una firma o un acuerdo contractual. Afirmó que el emoji simplemente confirmaba la recepción del contrato y que esperaba recibir los términos y condiciones para su revisión y firma.
El abogado de Achter también argumentó que permitir que el emoji de pulgar hacia arriba sea considerado como una "identidad y aceptación" abriría la puerta a todo tipo de casos que soliciten interpretaciones sobre el significado de diferentes emojis.
Sin embargo, el juez no fue persuadido por este argumento y afirmó que "un emoji con pulgar hacia arriba es un medio no tradicional para 'firmar' un documento pero, sin embargo, en estas circunstancias, era una forma válida... de transmitir la aceptación del contrato de lino por parte de Achter".
Este fallo judicial establece un precedente interesante en el uso de emojis en el ámbito legal y resalta la importancia de adaptarse a los nuevos medios de comunicación en el contexto de la sociedad moderna. A medida que la tecnología avanza y los medios de comunicación evolucionan, es fundamental que el sistema legal se adapte a estos cambios para garantizar una justicia efectiva y equitativa.
Este caso demuestra que incluso los elementos aparentemente informales de la comunicación digital, como los emojis, pueden tener implicaciones legales significativas. En un mundo cada vez más digitalizado, es esencial que las leyes se mantengan actualizadas y reflejen la forma en que las personas se comunican y realizan transacciones en línea.
El uso de emojis como el pulgar hacia arriba como medio de aceptación contractual marca un hito en la integración de la tecnología y la comunicación en el sistema legal, allanando el camino para futuros casos en los que los emojis puedan tener un papel relevante.