Los mexicanos nos caracterizamos por tener una forma muy peculiar de referirnos a las cosas, y es por eso que a lo largo de la historia hemos inventado numerosas frases populares que rápidamente se vuelven parte del lenguaje que los mexicanos usamos cotidianamente, sin embargo y a pesar de esta situación muy poco sabemos sobre el origen de muchas de estas frases, como es el caso del dicho “se le botó la canica”.
Vale la pena destacar que esta frase se aplica, por lo general a una persona que perdió la razón o como se dice en lenguaje coloquial se enloqueció.
A pesar de que la situación no es la mejor para referirse a algo tan delicado como perder la razón, lo cierto es que la frase sirve como una forma eufemística de referirnos a alguien que tiene padecimientos mentales.
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¿Cuál es el origen de “se le botó la canica”?
Esta famosa y legendaria frase tuvo origen en el año de 1892 cuando una persona de origen irlandés llevaba a cabo sus primeros intentos para que los entonces fabricantes de las novedosas gaseosas y cervezas optaran por colocar en las botellas de estas bebidas una unas tapas metálicas las cuales habían sido inventadas por el mismo irlandés.
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Sin embargo el intento de esta persona tardó algunas décadas en verse en las botellas de refresco y cerveza, a lo que años después estas tapas recibieron el nombre de corcholatas.
A pesar de este nuevo invento algunos industriales optaban por tapar sus bebidas con canicas embadurnadas de una especie de pasta para sellar lo que aseguraban que el líquido no se saldría del recipiente.
Lo que no esperaban estos refresqueros es que debido a la falta de infraestructura en los caminos en México durante los largos trayectos para distribuir sus refrescos en diferentes partes del país, y con muchas calles sin pavimentar, las bebidas se agitaran y consecuentemente el gas hiciera efecto para botar las canicas de la parte superior del envase.
Debido a la presión que el gas ejerce dentro de las botellas de refresco, al quedar liberadas de la canica que contenía el líquido estos parecían enloquecer, derramando su azucarado líquido a los demás envases.
Es por esta razón que la gente relacionó a alguien con un padecimiento mental con estos refrescos que al safársele la canica se comportaban como locos; y aunado a esto la comparación de la canica ubicada en la parte superior de la botella fue comparada con la cabeza humana; y la comparación entre el líquido expulsado a todos lados sin control con los actos desquiciados de alguna persona no cuerda
Fue así como esta frase comenzó a ser utilizada por los mexicanos y fue tanta su popularidad que su uso se mantiene hasta nuestros días a pesar de que su origen fue en los años 1800.
AJA