XALAPA, VER. – Con flores, playeras y fotografías, alpinistas de diversas partes de México, acudieron a las faldas del Pico de Orizaba para visitar la tumba de Citla, un perrito guía que falleció hace 7 años y acompañó a los amantes de la naturaleza durante sus caminatas por el frío sendero.
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A través de redes sociales, alpinistas y agencias de viajes compartieron fotografías de Citla en vida, posando junto a la nieve y en los diversos paisajes del volcán Citlaltépetl, así como anécdotas que vivieron junto a él durante sus ascensos al Pico de Orizaba. Así, homenajearon al perrito en su séptimo aniversario luctuoso, que se cumplió este 29 de septiembre.
Para esto, desde días antes se comenzaron a organizar los viajes con motivo del homenaje a Citla, a lo que, alpinistas y viajeros no dudaron en asistir, pues año con año, visitan la tumba de quien llamaban “El Guardián de la Montaña”, pues el “lomito” se ganó el corazón de las personas que llegaban al Pico de Orizaba.
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En la página de Facebook de nombre Citla, viajeros han compartido sus mejores anécdotas junto al Guardián de la Montaña, a quien incluso agradecieron de aparecer en momentos difíciles durante el ascenso a la montaña.
“Hoy me levanté temprano, y al abrir mi perfil del Facebook, me salieron muchos recuerdos publicados hace siete años. Miles de comentarios, mensajes de amor, de ese amor natural sin condiciones, todos para El Ángel Guardián de la Montaña ¡CITLA! No pude evitar que salieran algunas lágrimas y un nudo en la garganta, como cada año que pasa”, compartió Layo Aguilar en su perfil de Facebook, uno de los cuidadores de Citla.
También, compartió cómo fue que acompañó a Citla en sus últimos momentos de vida, despidiéndolo de la mejor forma y en compañía. Posterior a su deceso, le dieron el último adiós rodeado de personas que lo conocieron, por lo que, en una caminata lo llevaron a una zona de la montaña en donde lo enterraron e hicieron una tumba.
“Al rato le dije que si ya quería irse, y con su mirada de ángel me dijo que si... duérmete mi Citlalito le dije, ya estas muy cansado luego te alcanzo. Me esperas (…) Se fue quedando dormidito con nuestra plática y abrazándolo se durmió para siempre (...) Me fui a comprar un ataúd blanco muy bonito y acomodamos a Citla, con todo respeto y cariño que se merece un Ángel”, compartió Layo Aguilar en memoria de Citla.