ORIZABA, VER.- Al menos 40 personajes ilustres yacen en el cementerio municipal Juan de la Luz Enríquez de Orizaba, el más reconocido de ellos es el general Ignacio de la Llave y Segura, quien fue gobernador del estado, pero también hay otros militares, escritores, poetas, religiosos, médicos, periodistas, hombres y mujeres que aportaron a su población y a la historia de la región y el país.
Ignacio de la Llave nació en Orizaba el 26 de agosto de 1818 y participó en la guerra contra Estado Unidos, en la Revolución de Ayutla, en la Guerra de Reforma y contra los franceses.
Además de militar, fue revolucionario, abogado, juez en Orizaba, diputado local, diputado federal, juez de letra, ministro de Gobernación del país, magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gobernador provisional de Veracruz y gobernador constitucional. Murió a los 45 años a consecuencia de una herida que recibió cuando intentaba alcanzar a Benito Juárez en San Luis Potosí.
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Sus méritos han sido reconocidos al agregar su nombre al estado que lo vio nacer y que así quedó como Veracruz de Ignacio de la Llave. Su legado y obra son conmemorados en su natalicio y aniversario luctuoso.
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Si bien es el más reconocido, en el camposanto orizabeño hay más personajes cuyos nombres y acciones pueden ser conocidas por quienes visitan el pequeño museo que se ubica en la entrada del lugar.
En una reducida sala, sobre una pared, cuelgan unos recuadros en donde se leen los nombres del Coronel José Antonio Soler, el abuelo de Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, y quien es mencionado en la canción El Ropero; el pintor José Justo Montiel, de quien se pueden apreciar alguna obras en el Museo de Arte del Estado.
Otros hombres ilustres que se encuentran en el museo y el cementerio, son el profesor, escritor y periodista José Lama Hernández; el capitán de Fragata Blas Godínez Brito, quien dirigió la batalla de San Juan de Ulúa.
En esta tierra no solo yacen orizabeños, también extranjeros, como el español Valentín González Suárez, conocido como el padre de la seguridad social, ya que él sentó las bases de lo que es el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El ingeniero James Shirley, originario de Irlanda, llegó a México para supervisar los puentes del ferrocarril mexicano en 1866, también diseñó y construyó los puentes de Metlac y los de Cumbres de Maltrata. A su muerte, en 1904, su ataúd fue trasladado en el ferrocarril a la estación de Orizaba y desde ahí la máquina hizo el camino hasta el cementerio sonando el silbato.
De acuerdo con el administrador del cementerio, algunos personajes ilustres que se encontraban aquí, como Camerino Z Mendoza, fueron exhumados en algún momento y, en su caso, trasladado al municipio que lleva su nombre.
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