VERACRUZ, VER.- El punto más álgido de Semana Santa terminó. A comparación del jueves, viernes santo, sábado de gloria y domingo de resurrección, los comerciantes ya no llegaron desde temprano a las playas veracruzanas este lunes 21 de abril, que marca el fin de los mejores días de la primera época vacacional del 2025.
Es la una de la tarde y los comerciantes, ubicados al costado del Aquarium del Puerto de Veracruz, apenas llegan a instalar sus puestos. Glorias, raspados, lentes de sol y trajes de baño son artículos que adornan los pasillos que ahora lucen vacíos ante la falta de turistas.
Con firmeza, Aracely González explica que estar al costado del Acuario y no enfrente como desde hace años, los perjudicó gravemente en las ventas. Del repunte esperado, que rondaba entre un 80 y 90 por ciento, los comerciantes apenas alcanzaron un 40 o 50 por ciento.
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“Aquí como estamos un poco escondidos, pues fue baja la venta. Baja porque aquí no entra mucha gente que digamos. Piensan que está cerrado o que no se puede pasar por la malla, que tuvimos suerte que abrieran el sábado”, dice la comerciante.
15 años de vender glorias y raspados sobre el bulevar Manuel Ávila Camacho respaldan las expectativas que Aracely, madre de tres hijos, tuvo sobre esta Semana Santa. Porque la afluencia de turistas suele ser tanta, que ella y su esposo –que también es comerciante– tienen que vender juntos durante esta época vacacional.
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Contexto: turistas y las no vacaciones para los comerciantes
De acuerdo con cifras oficiales, más de dos millones de turistas visitaron el estado de Veracruz durante la primera semana del periodo vacacional de Semana Santa, llevada a cabo del domingo 13 al domingo 20 de abril.
Del lunes 21 al lunes 28 de abril, los estudiantes del nivel básico continuarán en vacaciones. Por lo que, hijos de quienes son comerciantes en playas veracruzanas, pasaron sus días de Semana Santa junto a sus padres.
Los hijos de Aracely, explica, tenían muchas ganas de irse de vacaciones y de disfrutar de la playa, así como miles de turistas. Sin embargo, sus salidas vacacionales tuvieron lugar dos semanas antes, a modo de que sus padres no perdieran el ingreso que les permite mantenerse a flote hasta las vacaciones de julio, cuando el turismo regresa.
Por cuidar de un familiar enfermo el año pasado, Aracely explica que su familia tuvo que cancelar la venta de alimentos durante la Semana Santa, lo que representó un fuerte impacto en su economía.
“Sí, nos dio un golpe a la economía. Lo vendido en Semana Santa lo guardamos para ir sobrellevando la comida, para los días que luego no hay venta porque después de la Semana Santa queda un poco tranquilo”, explica.
Por ello, dice, las vacaciones de su familia son durante la semana y no durante la época vacacional; así como la de los restauranteros, meseros, comerciantes y prestadores de servicios públicos.
Ventas de Semana Santa aún afectadas por el COVID-19
Domingo Chagala Cupete vende volovanes en el bulevar Manuel Ávila Camacho, frente a la playa Villa del Mar, desde hace 40 años. Ocasionalmente está debajo de una palmera, o debajo de una sombrilla de playa cuando el sol es muy abrumador.
En Semana Santa, de 9 de la mañana hasta que el último volován de 25 pesos se venda, Domingo carga con 60 piezas diarias; una cifra distinta a las 150 que cargaba en el 2018, antes de que la pandemia del Covid-19 entrara a México.
Después de la primera semana, Domingo explica que disminuye gradualmente las piezas de volovanes que lleva para vender hasta que llega a sus 40 usuales: número que siempre termina aunque sean las 3 de la tarde.
Él, como dice, no vive en el pasado ni “se le cierra el mundo”. Comenzó a vender volovanes luego de que perdiera su mano derecha en un accidente al recolectar piña, y desde entonces, se mantiene con la venta de volovanes en el bulevar de Veracruz.
Sin embargo, ya no vende la misma cantidad de antes. Desde la pandemia, sus volovanes pasaron de costar 12 pesos a costar 25, precio que han sufrido los turistas y locales. Ha sobrevivido, dice, por la Pensión Bienestar: apoyo que le llega bimestralmente por tener 61 años.
Con ese dinero, más lo juntado de vender volovanes, cada dos meses viaja de regreso a su municipio de origen: Ángel R. de Cabada. Esas son sus vacaciones, afirma. Regresar a casa de su mamá, donde tiene a sus hermanos y sobrinos, ir al río y disfrutar del dinero que juntó con esfuerzo de la temporada vacacional, es lo que espera con alegría esta Semana Santa. Por eso, explica, no disfrutar de la Semana Santa como los dos millones de turistas que llegaron a Veracruz no le pesa.
En su caso, el viernes, sábado y domingo fueron los días más importantes de ventas. Él, así como los demás comerciantes, coinciden en que después del domingo 20 de abril, las ventas, así como los turistas que caminan por la ciudad, disminuirán paulatinamente.
Artesanos, meseros y prestadores de paseos a la Isla de Sacrificios, le confirmaron a La Silla Rota que la cantidad de turistas no fue el problema; sino, el presupuesto que estos traían para gastar. Comida preparada en su alojamiento temporal, no consumir en restaurantes y permanecer al lado del Aquarium del Puerto de Veracruz, representaron los mayores retos en esta Semana Santa para los comerciantes que, durante vacaciones, encuentran desahogo económico, ahorro e inversión para las siguientes temporadas del año.
lm