VERACRUZ, VER.- En Veracruz, Semana Santa significa descanso, turismo y ventas. Visitantes provenientes de la Ciudad de México, Puebla o Reynosa llegan para disfrutar de un mar tranquilo, una ciudad segura y un ambiente familiar. Se encuentran con playas y atracciones listas para ser visitadas, siempre y cuando haya condiciones de seguridad.
Ante la afluencia de turistas que el Gobierno del Estado espera durante esta época vacacional —del 11 al 27 de abril— en Veracruz se implementó el “Operativo Semana Santa”, con el objetivo de proteger la integridad física de turistas y locales.
Son mil 520 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) los desplegados, con apoyo de Tránsito del Estado, Policía Estatal y personal del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4). Estos se coordinarán con la Marina, la Secretaría de la Defensa Nacional, Guardia Nacional, Protección Civil, Salud y Turismo para llevar a cabo este operativo especial.
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El operativo cubre ocho puntos turísticos clave: Tamiahua, Tuxpan, Casitas, Vega de Alatorre, Chachalacas, Veracruz, Boca del Río y Coatzacoalcos.
En La Silla Rota Veracruz buscamos la opinión de turistas que arribaron esta temporada vacacional de Semana Santa, para que nos compartieran su percepción sobre la zona conurbados Veracruz - Boca del Río y esto fue lo que nos comentaron:
Más seguridad, cambio evidente
Víctor Arano, originario de Cosamaloapan, visita Villa del Mar con siete miembros de su familia y afirma que percibe un cambio positivo en la seguridad este 2025.
Están bajo una sombrilla rentada por 200 pesos —costo promedio si no se consume en la palapa propietaria de los muebles—. Mientras sus hijas corren con una rebanada de pizza en la mano, a cinco metros se encuentra la estación de salvavidas, operada por elementos de la Marina.
Llegaron desde las 10 de la mañana, cuando la playa tenía entre un 20 y 30 por ciento de ocupación, según meseros. Pasadas las 13:00 horas, policías se acercaron para informarles que el cierre de playa es a las 6 de la tarde, horario que debían tomar en cuenta si pensaban quedarse más tiempo.
Ese gesto les agradó. Desde hace tres años visitan Veracruz y la seguridad familiar es su principal prioridad. Alberto Jorge Rocha, otro visitante pero originario de León, Guanajuato, también afirma sentirse más seguro esta Semana Santa.
Es la tercera vez que visita Villa del Mar y Veracruz. Hace dos años, cuenta, su concuño casi fue asaltado en el bulevar Ávila Camacho a medianoche. Sintieron que personas salidas de los pasillos hacia la playa los seguían, aunque lograron entrar a su hotel, ubicado enfrente.
Pese a esa experiencia, aprendieron a estar más atentos y han regresado dos veces más. “Estamos más tranquilos ahora, porque sí hemos visto que las patrullas pasan más seguido”, comenta.
Actualmente, de 10 de la mañana a 6 de la tarde, el operativo en Villa del Mar se mantiene fijo. Dos patrullas —de la Policía Municipal o Estatal— y una ambulancia de la Marina vigilan la zona. Aunque viaja con más de 40 familiares en un autobús con destino final en Chiapas, el puerto de Veracruz y El Salto de Eyipantla son su lugar de descanso.
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Calidez veracruzana, razón de retorno
Entre quienes llegan cada Semana Santa por los precios accesibles, la cercanía o porque Veracruz es un punto de paso, está José Alberto Iturbide, quien viene cada año desde hace dos décadas con sus padres, esposa y dos perros, desde la Ciudad de México.
“Si yo pudiera, me quedaría a vivir en Veracruz”, dice entre risas. Por trabajo, tuvo que mudarse a cinco horas del mar. Regresa por tres razones: tranquilidad, seguridad y familiaridad.
Les gusta el mar —que, asegura, está limpio de sargazo—. “Las playas siempre han sido tranquilas. Se disfruta el centro, lo tradicional. Aunque están cambiando cosas en el Malecón, ya lo modificaron. Pero la base es disfrutar el puerto: el clima, el ambiente, la gente”.
Prefiere Veracruz sobre Acapulco. “En Acapulco ya no hay tanta familia como antes; ahora hay más jóvenes. Eso me gusta de Veracruz, que la zona de antros esté alejada, hacia Boca del Río”.
Desde la pandemia, dice, las cosas han cambiado: los hoteles son más baratos, hay menos gente y ahora aceptan mascotas, lo que les permite hospedarse en el puerto y no en Alvarado, como antes. Reconoce que la playa Villa del Mar está más limpia que las de Alvarado o Boca del Río.
Mejores carreteras y el Carnaval en febrero, puntos a mejorar
Con música de Don Omar de fondo, mientras un familiar anima a otro a bailar en la playa, Mónica Fabiola Trinidad —veracruzana de nacimiento, residente de Reynosa desde hace 30 años— opina que hay dos cosas que deben mejorar: el estado de las carreteras y el regreso del Carnaval a febrero.
Está bajo una carpa donde le hacen un tatuaje de henna a una pariente. Sonríe con orgullo y dice que ama Veracruz, y que siempre invita a sus amigos de Reynosa a conocer “la ciudad más alegre del mundo”.
Aunque su destino final es Roca Partida, hace una parada en Villa del Mar y comenta que el trayecto desde Reynosa es seguro, pero nunca viaja de noche. “Por si acaso. Nunca nos ha pasado nada, pero ya ves lo que dicen en las noticias: los asaltos y los poncha llantas”.
El problema, dice, es el bacheo que impide un viaje fluido. “La ruta más maltratada es de Tampico a Poza Rica”.
Sobre el Carnaval, admite que ha escuchado malos comentarios de turistas. “Para que Veracruz sea un centro turístico, el Carnaval debe volver a ser lo que era: en febrero, original, con tradición. Ese Carnaval que nosotros conocimos, donde los empresarios invertían”.
“Ahora vemos un carnaval escueto en todos los sentidos. Carros alegóricos pobres, no muy vistosos. A veces uno no va con orgullo. Ese es el comentario que se llevan muchos: ‘Está feo el Carnaval’. Y uno tratando de invitar gente...”.
También critica los conciertos masivos y el costo de las gradas. Considera que, si el dinero de los conciertos se destinara a los carros alegóricos, el Carnaval —y la experiencia turística— mejorarían.
LM
