VERACRUZ, VER.- El aroma que surge desde un puesto ambulante de tamales y bollitos de elote es lo primero que atrapa la atención de las personas que caminan en las noches sobre el bulevar Rafael Cuervo al llegar al acceso al fraccionamiento Villa Rica, en la zona norte de la ciudad de Veracruz.
Pero aquello es apenas la antesala de la combinación de olores, sabores, colores y hasta sonidos que encuentran los que se adentran a la avenida Amparo de la Torre, en donde el ambiente parece un mercado sobre ruedas que ofrece marquesitas, hot dogs, tacos, garnachas y postres para todos los gustos.
Esta zona comercial sustenta al menos a 13 familias que instalan sus puestos ambulantes o mesitas de madera en el sitio, algunas cobijadas por el estacionamiento de la Farmacia Guadalajara a partir de las 6 de la tarde y hasta las 11 de la noche.
El camino inicia en el puesto de garnachas de Soledad de Doblado, sigue una mesita en la que venden gelatinas, arroz con leche y un puesto de variedades que ofrece joyería y pijamas para parejas.
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Al otro extremo del estacionamiento, en la esquina de la calle Marina Fernández de Álvarez, se encuentra “Taquería Toche”, puesto que inauguró hace casi 13 años la zona comercial del fraccionamiento Villa Rica.
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En aquel momento Esteban Reinoso, dueño de la taquería, recuerda que él y “La Señora del Maíz” eran los únicos en la zona.
Ella, que no se colocó esta noche, trabaja aquí desde hace 20 años. Su negocio, al igual que el de Esteban, están pineados en Google Maps, aplicación donde son descritos como los mejores de la zona.
Hace 13 años, cuando los esquites y los tacos de pibil llegaron, la afluencia de personas que hoy exige la presencia de un “viene viene”, no existía. Pasaron al menos cinco años para que Taquería Toche ocupara alrededor de 30 sillas para sus comensales y algunos años más para que nuevos negocios se sumaran a la avenida Amparo de la Torre Pazos.
Una mezcla de sabores inaugurada por Taquería Toche
El negocio que inició Esteban acompañado de un amigo que también es taquero, aromatiza la esquina de la Farmacia Guadalajara. Los tacos que presumen de un sabor casero y que a más de uno recuerda al sabor de mamá, armonizan la zona con canciones de Nelson Kanzela.
El ambiente se disfruta tanto, que algunos bailan al ritmo de “La Secretaria”, mientras que otros la tararean con un taco y cebolla morada en la boca.
Las mesas son banquitos de plástico grises, y las sillas color rojo con el logo de Coca Cola. Algunas están rotas, pero a nadie le preocupa, ya que el sabor de las órdenes de diez tacos por 45 pesos cautiva a niños y adultos.
La determinación de Esteban de colocar un puesto de comida en el lugar y hacerlo exitoso contagió a demás emprendedores, quienes se colocaron a su costado a vender tacos de longaniza, de asada, de carne roja y de otros cinco tipos de carne.
Sus sillas son rosas y los comensales se encuentran detrás de la farmacia, quienes disfrutan de los tacos surtidos de carne y de las cumbias ofertadas por Taquería Toche.
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En conjunto, ellos y los demás puestos que venden fresas con crema, hamburguesas, pasteles caseros y tortas, enfrentan el horario con mayor afluencia: de 6:30 hasta las 8:00 de la noche, momento en que el “viene viene” debe acomodar hasta 20 vehículos en el estacionamiento.
Después de esa hora, de 9:30 a 10:30 de la noche es el otro horario intenso, cuando llega la última oleada de vehículos en busca de una cena con postre que en el mejor de los casos cuesta 100 pesos por persona.
Aunque Esteban Reinoso coloca su puesto entre las 7:30 y 8:30 de la noche y lo retira hasta las 12:00 o 1:00 de la mañana, cuando el último taco ha sido vendido, la preparación de estos comienza desde las 3 de la mañana.
Durante la venta hay entre 8 y 9 empleados que se dedican a la preparación, a la cobranza y a la limpieza de las sillas, de los bancos que funcionan como mesas y de los platos, los cuales son lavados en una camioneta de batea por una mujer adulta. Quien supervisa el puesto mientras Esteban descansa algunas horas, es su esposa.
Esteban Reinoso, con una sonrisa carismática y una velocidad que demuestra su emoción, explica que toda la vida ha sido comerciante de comida. “Los zapatos pueden esperar, las pulseras pueden esperar, pero no el hambre”, dice con una sonrisa el hombre que trabaja de lunes a domingo.
En grupos de Facebook del fraccionamiento, Taquería Toche es utilizada como un lugar de referencia. Por ejemplo, Mara Delgado, que vende pasteles caseros, suele publicar en redes sociales: “Ya estamos en el estacionamiento de la Farmacia Guadalajara del Fraccionamiento Villa Rica, juntitos de los taquitos pibitoche”, como se encuentran pineados en Google Maps.
Las garnachas que viajan desde Soledad de Doblado de lunes a sábados, así como las marquesitas y fresas con cremas Pitufina, llevan poco más del año sobre la avenida Amparo y en la Farmacia Guadalajara. La razón, dicen, es la afluencia de personas que llegan en busca de una cena barata en un lugar familiar.
Taquería Toche, a través de sus letras leds que dicen: “podrán robarnos las ideas, pero el sabor jamás”, exponen su número telefónico (229 137 5849) para agendar eventos sociales y enviar tortas y órdenes de tacos a domicilio con un costo adicional, aunque sin la experiencia que es recorrer la cuadra de acceso al fraccionamiento Villa Rica, que reúne a familias de diversas colonias y fraccionamientos de zona norte de la ciudad de Veracruz.
mb