ESPECIALES LSR

Perfumería La Mariposa: negocio de 145 años en Veracruz que sobrevive al olvido 

El emprendimiento que surgió de un migrante chino hace más de 100 años, se ha mantenido pese a la adversidad. Sin embargo, los días de "La Mariposa" parecen están cerca de terminar

Es el negocio más antiguo que aún está activo en la ciudad de Veracruz
Perfumería con casi 150 años de existir.Es el negocio más antiguo que aún está activo en la ciudad de VeracruzCréditos: Mara López
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- En La Mariposa hay un aroma similar al de las flores que invade las vitrinas donde hay perfumes, cremas y adornos chinos. Ese olor dulce y discreto, que te haría pensar en una adulta mayor que durante su juventud se dedicó al cuidado personal, inunda la perfumería que hoy pertenece a Susana Cuan Moreno y que se encuentra en la avenida 20 de Noviembre en la ciudad de Veracruz.

Dueña y encargada de La Mariposa desde la muerte de su padre, Carlos Cuan, Susana es quien mantiene el negocio familiar con la misma reputación desde que abrió. Perfumes europeos y franceses originales aún se encuentran en las vitrinas que, dice con melancolía, apenas y reflejan lo grande que llegó a ser el negocio. 

Trabajar en La Mariposa toda su vida, la hizo amar y comprender el valor del cuidado personal. Sus cejas maquilladas, sus delgados labios rojos y la base que empareja su tono de piel, demuestran que a sus 88 años aún mantiene lo que bien aprendió de Cristina, fiel trabajadora del negocio quien, a los 7 años de Susana, le enseñó todo sobre las ventas. 

El trato cálido y la importancia de identificar los oficios y negocios de quienes compraban en La Mariposa lo aprendió en 1948, cuando sus ojos rasgados, heredados de su padre chino, se toparon para siempre con el puerto de Veracruz. Entonces, el negocio ya estaba en la avenida Independencia, el recién nombrado corazón comercial de la ciudad. 

La razón de que pasara su infancia en medio de perfumes, de lociones y del comercio de importaciones, fue que su padre quedó al frente de la miscelánea que vendía jarrones, juegos de té, cuadros, abanicos, perfumes y otros artículos desde 1882. 

Aunque esta perfumería pasó a la familia Cuan como parte de una herencia matrimonial, en un inicio perteneció a su fundador Benjamín Mak, un hombre de alcurnia del Imperio Chino que emigró por la guerra con Japón. Su riqueza, explica Susana, le permitió llegar cómodamente a la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, de donde partió hacia La Habana, en Cuba, para establecer la primera Mariposa.

Pasaporte de Benjamín Mak, 1921

Sin embargo, las tensiones políticas de Cuba lo obligaron a emigrar nuevamente, pero esta vez a Mérida, Yucatán, para residir finalmente en el puerto de Veracruz; una ciudad que comenzaba a desarrollarse por su puerto marítimo. 

La primera ubicación de La Mariposa en Veracruz fue en la calle Aquiles Serdán, en el número 40 ubicado entre las avenidas 5 de Mayo e Independencia. Esto, explica Susana, ya que era la avenida principal por donde toda la tripulación que llegaba de los barcos caminaba. 

Benjamín Mak, el primer dueño de la mariposa

Alrededor de 1940, su ubicación cambió a la avenida Independencia, cuando esta adquirió importancia comercial. Ahí se mantuvo hasta principios de los años 2000, cuando Susana ya no pudo competir contra las tiendas departamentales como Liverpool. 

La Mariposa: de Benjamín Mak a Susana Cuan 

Susana Mak, única hija de Benjamín, se casó con Antonio Cuan –tío de Susana Cuan– en algún momento de 1800. Su unión, explica, fue pensada para mantener la descendencia china; sin embargo, debido a que nunca lograron tener hijos, ella adquirió el nombre de su tía y su padre el negocio.

Antonio Cuan, primer dueño de La Mariposa de la familia Cuan

Cuando su padre Carlos falleció en 1963, Susana se quedó con La Mariposa porque su hermano mayor se había hecho médico. Por lo tanto, con 27 años, Susana asociada de sus 5 hermanos que sí pudieron hacer carreras universitarias, logró darle uno de los momentos más brillantes a la perfumería con hasta 12 embajadoras de perfumes que marcas como Chanel mandaban a La Mariposa. 

En el grupo de Facebook “Veracruz a través del tiempo”, aún hay personas que recuerdan esta perfumería como un lugar deslumbrante. Mujeres siempre maquilladas, entaconadas, con ropa, peinado y aliento impecable, es como personas de ahora 50 o 70 años recuerdan a las vendedoras de La Mariposa

Susana Mak, hija de Benjamín Mak, casada con Antonio Cuan

Para los años de 1970, la perfumería ya se había convertido más en un salón de belleza que en una miscelánea. Productos para cabello, para el cuidado de la piel, maquillaje, perfumes, lociones y fragancias eran la especialidad del negocio chino que, con la presentación de sus vendedoras, el trato al cliente y con sus productos originales, se ganaron el cariño de los veracruzanos. 

La decadencia de La Mariposa 

La Mariposa de hace 61 años –tiempo que Susana lleva al frente– apenas y se le parece al negocio que hoy enfrenta no sólo el olvido de los veracruzanos, sino la derrota contra las tiendas departamentales como Liverpool y El Palacio de Hierro. 

Hace más de una década, Susana decidió cerrar la tienda de la avenida Independencia porque era insostenible. La llegada de Liverpool a la ciudad no sólo la dejó sin las 12 embajadoras, las cuales se fueron una a una, sino que la dejó vulnerable al no poder competir con los meses sin intereses que una tienda internacional como esta ofrece. 

Sin embargo, motivada a dejarle La Mariposa a su sobrina Teresita García Cuan, a quien ella quería como hija propia, decidió reabrir la tienda, pero ahora en la avenida 20 de Noviembre. Con amor de madre y orgullosa del negocio, comenzó a surtir la tienda que ahora se encuentra rodeada de ángeles. 

Perfumes como Lancome, Chanel y Bvlgari ingresaron nuevamente a las vitrinas para, ahora, ser propiedad de Teresita y continuar con el legado de la familia Cuan ya que Susana no tuvo hijos. Pero, sin razón, Teresita falleció y La Mariposa se quedó ahí, surtida y, nuevamente, al cargo de Susana. 

Son ya 12 años desde que La Mariposa reabrió sus puertas; sin embargo, por la edad avanzada de Susana, esta aún conserva decenas de perfumes que tienen doble rebaja de un precio que no ha cambiado desde entonces. 

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP Y RECIBE LA INFORMACIÓN MÁS IMPORTANTE DE VERACRUZ

Las vitrinas amarillentas y semi vacías con perfumes que han esperado años en venderse, son observados con nostalgia por Susana Cuan, única dueña y empleada de La Mariposa. “¿Una foto a la perfumería? Ya qué tiene la pobrecita, después de aquella que era tan grande...”, dice con cierta tristeza. 

Lo que ahora ve Susana con tristeza, dice, no es nada parecido a lo que fue hace 20 años. Por ello, por sus enfermedades, por casi tener 90 años y por no haber ningún otro familiar que pueda encargarse de La Mariposa, Susana considera venderla. Ahora, desde hace días, está en la etapa de inventariar cada perfume que le queda. 

Las piernas le pesan, el cuerpo le duele y aunque, como dice, mantenga la mente sana, ya se encuentra cansada. La Mariposa, en este momento, representa más una carga para ella que un negocio del que aún puede sacar provecho. 

Cuando Susana amanece sin dolor y pesar, acude a La Mariposa para abrir, observar a sus ángeles y vender uno que otro perfume a quienes aún recuerdan a este negocio con 145 años de historia que viajan, incluso horas, para ser atendidos y asesorados por Susana

“A ver si con esto se quedan o se terminan de espantar”, dice entre risas mientras, a mano, anota el nombre de cada perfume que está en las vitrinas. La única condición que Susana pone para vender, pero que todavía no ha verbalizado a los interesados, es que La Mariposa continúe como una perfumería de calidad. Y en caso de no ser así, dice, prefiere no venderla y quedársela hasta el último momento para cuidar del trabajo de su vida.

mb