VERACRUZ, VER. - “Bienvenidxs a Casa Ver”, se lee al entrar en un departamento ubicado en un edificio de la colonia Centro de la ciudad de Veracruz. El lugar fue acondicionado por integrantes de la comunidad LGBT+ para arropar a personas de la diversidad sexual y de género que viven o fueron detectadas con VIH-SIDA.
El sitio, ubicado en la calle Aquiles Serdán, abrió sus puertas a mediados de julio de este año. Eduardo Lugo Maldonado, director de Casa Veracruz, da un pequeño recorrido al interior del lugar y menciona que apenas se instalaron, pero desde que llegaron a ocupar este piso atendieron a 6 personas que acudieron a la asociación a pedir ayuda o informes.
“Apenas nos estamos instalando, aún faltan muchas cosas, instalar los climas, algunos muebles. Aquí va a haber una pequeña sala para las personas que vengan, un consultorio, la cocina donde venderemos algunas papitas, queremos hacerlo un lugar acogedor que se sienta como si estuvieras en tu casa o la casa de un amigo”, dice emocionado Eduardo.
Un proyecto que nació para ayudar a amigos con VIH
Casa Veracruz fue una iniciativa que comenzó en el 2020, durante la época crítica de la pandemia por covid-19, cuando las personas con esta enfermedad se vieron afectadas por la escasez de antirretrovirales y la falta de seguimiento de las autoridades de salud para tratar y diagnosticar esta enfermedad que padecen 34 mil 628 veracruzanos, según el Sistema de vigilancia epidemiológica de VIH, con datos actualizados hasta el 21 de mayo del 2024.
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Eduardo e Irving Hernández, este último conocido como Noah Prieto, una Drag Queen reconocida en el ambiente LGBT+ de Veracruz y quien falleció el 24 marzo del 2024, fueron los precursores de Casa Veracruz, primero como una iniciativa para ayudar y orientar a sus amigos con el padecimiento.
“Empezamos a conseguir, con otros amigos, antirretrovirales para donar, esto se empezó a popularizar aquí en Veracruz. Después de esto empezamos a hacer campañitas de 'te acompaño a hacerte la prueba de detención a Capasits' o 'si necesitas platicar con alguien, aquí estamos' y empezamos nosotros sin ningún conocimiento de causa de lo que era VIH y toda esta causa”, narra Eduardo.
Todo comenzó en el departamento de Noah Prieto, primero atendían por redes sociales y llamadas con ayuda de otras asociaciones de la comunidad y con dinero propio, después obtuvieron un pequeño espacio en el lugar que alquilaba otro colectivo, pero hasta julio fue que adquirieron su propio lugar. Actualmente son 16 personas de base que se unieron al proyecto y más de 100 personas como voluntariados.
Sus cuentas de Instagram, Facebook o X (@Casavermx) eran los principales medios por donde las personas los contactaban, pero meses después de haber iniciado el proyecto fueron llamados por la asociación Inspira Cambio de la Ciudad de México, quienes les brindaron capacitaciones con respecto al VIH, no solo en la parte clínica, sino que en la de acuerdos internacionales, donde buscan que todas las personas tengan una correcta atención.
Gracias a la asociación Inspira Cambio y a una farmacéutica ganaron una convocatoria con la que lograron obtener fondos para pagar la renta del lugar donde están, los climas, teléfono y pruebas rápidas para detectar el VIH, sífilis, hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual, algo que antes obtenían con sus propios ingresos o donaciones.
“Me hace sentir muy contento decir que, si en cuatro años hemos ayudado a cerca de 170 personas sin medios y con insumos prestados y regalados, pues ahorita ya con insumos, pues creo que vamos a ayudar muchísimo. Tenemos una meta de tocar, es decir, no que todos salgan reactivos, sino de hacerles 600 pruebas a personas, los que salgan reactivos los vinculamos y los que no, les damos consejerías para que se puedan cuidar”, comenta.
Una comunidad de apoyo, salud y amor
Eduardo Lugo insiste que cuando una persona es diagnosticada con este padecimiento no solo es importante que lleve una correcta medicación, sino que influyen muchos factores como el emocional, psicológico y una correcta alimentación, por lo que Casa Veracruz apoya no solo en detectar el virus, también con un médico, psicólogo y nutricionista para que los pacientes conozcan los pasos a seguir para cuidar de su salud, todo con una pequeña cuota de recuperación para los profesionistas.
De acuerdo con Eduardo Lugo, en el estado se requiere mayor concientización en estos temas y una correcta atención para las personas que lo padecen, uno de los casos constantes que encontraron en los pacientes que se acercan a la asociación es el miedo al trato de las instituciones públicas y la vergüenza que les hacen sentir por padecer esta enfermedad.
“Las personas que se acercan a las instituciones públicas a pedir información sobre estos temas o pruebas, los tratan feo, como si fueran ciudadanos de segunda o los hacen sentir mal o les echan miradas lascivas y llegan acá y se sienten en un espacio seguro. En el momento en que los detectas que no tienen una enfermedad de transmisión sexual y los ves sonreír, les ves la calma, entiendes por qué estás haciendo lo que haces”.
El activista señala que son la primera asociación civil en el estado que brinda la PrEP (Profilaxis Pre Exposición) que es una estrategia de prevención del VIH, la cual consiste en la ingesta diaria y programada de una pastilla (Emtricitabina/Tenofovir) que genera una protección en el organismo de la persona para disminuir las probabilidades de adquirir el VIH en caso de que se exponga al virus.
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“Nos han estado capacitando constantemente, gracias otra vez a Inspira entramos a una convocatoria para hacer un trabajo en colaboración, en el cual, pues buscamos reducir la brecha de la justicia social, en cuanto al acceso a la medicina y en específico a la salud sexual. La salud sexual ahorita la que existe es: eres mujer, te tienes que embarazar, tener hijos y tus hijos tienen que tener hijos y tú, hombre, tu examen de la próstata y ya, entonces no hay estos abanicos a la comunidad gay o trans”, agrega.
Una de las metas de la asociación es llegar al sector vulnerable de los veracruzanos, donde puedan ayudar a personas en situación de calle, población indígena, trabajadoras, trabajadores sexuales y mujeres trans a tener un correcto tratamiento no solo del virus de VIH, sino de otras enfermedades de transmisión sexual.
Debido a la protección de las personas que colaboran en Casa Veracruz, Eduardo Lugo reitera que no es una clínica abierta, si alguien se encuentra interesado en acudir a las instalaciones se debe de agendar una cita por medio de redes sociales y llenar un formulario, identificarse debidamente y se da prioridad a las personas con una situación socioeconómica baja.
“No todos los servicios son gratuitos, por ejemplo, los martes todos los servicios son gratuitos en cuanto a lo que es detección, los servicios complementarios como lo son médicos, la nutrióloga y psicólogos no son gratuitos, porque son servicios aparte”, explica.
El activista enfatizó que la detección y tratamiento de las enfermedades sexuales son de mucha importancia para que las personas que lo padezcan no mueran por estos casos y tengan una vida sexual con cuidados, sin limitarse ni avergonzarse.
MB