XALAPA, VER. - Enfundada en su pantalón azul marino y su blusa blanca con verde, Adriana Guadalupe está parada, ya con el sol acuestas, sobre la calle Gutiérrez Zamora, frente a la primaria Enrique C. Rébsamen. Es la agente vial que apoya a la hora de la entrada en el centro escolar.
Es de complexión delgada y de estatura baja, pero su silbato y el porte con el que se para frente a los automovilistas hace que, con una sola señal -al levantar la mano-, las unidades se detengan para dejar pasar a los transeúntes, alumnos de la primaria y los padres de familia, que cruzan de una acera a otra, minutos antes de las 8 de la mañana.
La adulta, con 59 años, llega cerca de las 7:30 horas al centro escolar. Su trabajo consiste en apoyar a la hora de la entrada y vigilar que no se congestione el tráfico por espacio de 30 minutos, pues la calle Zamora es una de las principales vialidades que desembocan en el centro de Xalapa.
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Durante su estadía en la calle, además de silbar y hacer ademanes, para acelerar el paso de los vehículos, se da el tiempo de saludar a transeúntes y automovilistas, que -respetuosos de la autoridad- le dan los buenos días. En respuesta, ella les sonríe y les cede el paso.
La agente empieza su jornada laboral a las 6 de la mañana y está de pie, en el primer cuadro de la ciudad, al menos ocho horas -bajo los rayos del sol-, pues su hora de salida es a las 3 de la tarde. Por su trabajo cobra poco más de 3 mil 900 pesos, cada quincena.
Adriana Guadalupe Rivera Delgado, forma parte del grupo de 631 elementos operativos de la dirección de Tránsito del Estado, que apoyan en la vialidad. El grupo está integrado por 560 hombres y sólo 71 mujeres.
Orgullosa de su trabajo, Adriana cuenta que le dieron la oportunidad de apoyar para agilizar la vialidad sobre Lázaro Cárdenas y, después de capacitarse en la Academia de Policía, obtuvo la categoría de agente vial.
“Sin querer se dieron las cosas y me dijeron que había una oportunidad de trabajar, apoyando en la vialidad en Lázaro Cárdenas, cuando fue pavimentada hace 12 años. Entramos primero como apoyo vial y ya luego nos quedamos como oficiales de tránsito”, cuenta a la Silla Rota Veracruz.
Adriana, es madre soltera, y aceptó trabajar para el gobierno, pues le dieron plaza y su horario le permitía regresar a casa para atender a sus dos hijos que hoy tienen 34 y 25 años. Además, ser agente vial le garantiza una pensión, después de 15 años de servicio o al cumplir 65 años. A ella ya solo le faltan tres años para jubilarse, “sí los aguanto”.
Comenta que su día empieza a las 4:30 de la mañana. Se para, se baña, desayuna y espera su transporte para presentarse a trabajar a las 6 de la mañana en la dirección de Tránsito del Estado. Después de reportarse en su centro de trabajo se debe trasladar al punto, que por lo regular son las entradas de escuelas secundarias y primarias, donde dan auxilio vial.
“Aquí estamos de 7 y media a 8.10 de la mañana, de ahí nos vamos a nuestro punto, que es encargarnos de la vialidad, en mi caso, en el primer cuadro de Xalapa. Yo estoy en lo que denominamos recorrido de palacio municipal, pero yo me puedo mover donde esté congestionado”.
El turno vespertino, dice, empieza de la una y media a las 9 de la noche. “Yo vivo en Xalapa 2000, ya tengo mi taxi de confianza, que me hace el favor de traerme y ya a la hora de regresarme, tomo el autobús”.
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La agente reconoce que a diferencia de algunos de sus compañeros a ella todos los ciudadanos la saludan, pues le gusta socializar, “hay que llevarse con todo mundo, porque a lo mejor mañana puedes necesitar de otra persona”.
Pasa ocho horas de pie, soportando calor o lluvia
Adriana cuenta que ha padecido los fuertes calores que han azotado la capital del estado, donde la sensación de calor ha superado los 40 grados. Para aguantar su turno, dice, se prepara al salir de casa, pues se pone una camisa de manga larga, para aminorar el impacto del sol.
Cuenta que nunca falta un automovilista o algún ciudadano que les ofrezca agua o un suero que le permite hidratarse, además, que antes de salir de casa, se aplica filtro solar, “sí hemos resentido el calor”.
Sumado a que procurar pararse del lado de la acera donde hay menos sol, con la idea de evitar el impacto directo de los rayos de sol. Pese a ello, su rostro muestra un bronceado por su trabajo diario.
Para aguantar las ocho o nueve horas que le toca estar de pie, dice, se cuida mucho, “me pongo mis cremas, me pongo mis pomadas, uno se debe cuidar, porque este es mi trabajo, y me gusta hacerlo”.
“Me encanta el contacto con la gente, conoces de todo, gente que puede tener mucho dinero, gente que no tiene nada, gente que viene de malas y con que tu le digas buenos días ya (cambia su actitud). Te vas haciendo de amigos, y aprendes como mediar."
Dice que este viernes 10 de mayo, es posible que le den descanso, pero sino ocurre, se presentará a su jornada de ocho horas, y por la tarde, espera celebrar el día de la Madre.
La agente vial asegura que sus hijos están acostumbrados a que el día de la Madre lo pase trabajando, y están orgullosos de la labor que realiza, pues siempre que van con ella la gente la saluda, lo que su familia asume como un reconocimiento a su labor.
“Ven que todo mundo me saluda, es más cuando voy con ellos, me dicen te vamos a poner una bolsa para que la gente no te reconozca”, bromean por su popularidad en la ciudad.
Cuenta que un día un taxista les faltó al respeto a dos agentes viales, y el automovilista jamás imaginó que los otros trabajadores del volante las respaldarían a ellas, “se unieron todos los taxistas, tus compañeros grabaron, y llamamos a la grúa, y se llevaron la unidad. Los taxistas se unieron y nos defendieron, el chófer se sorprendió”.
Considera que la gente tiene más confianza con las mujeres agentes, pues siempre están dispuestas a auxiliar a los automovilistas y transeúntes. Incluso, dice, cuando las personas se desmayan en la Catedral, sus compañeros de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) les piden pedir los datos generales a los xalapeños, para presentar su informe.
Cómo es su día de manifestaciones
Explica que los días más complicados para los agentes viales son cuando se presentan manifestaciones. Cuando les avisan que va un grupo de ciudadanos deben implementar acciones para cerrar las calles cercanas a Palacio de Gobierno y plaza Lerdo.
La instrucción, dice, es salvaguardar a los manifestantes y mediar con los automovilistas, pues cuando a una persona le impiden el paso se exaltan o se molesta, “tenemos que estar pendientes de que no les pase nada; nunca falta un conductor que se quiera pasar o te dicen, quítenlos.
“Nos ha tocado que les han querido dar pamba a los motociclistas, entonces, nosotros tenemos que salvaguardar la integridad del que se está manifestando y del conductor, porque hay veces que los manifestantes llegan un poco agresivos. Pero si ven que uno les da el apoyo, van entendiendo y le van bajando a su enojo, a su ira”.
mb