VERACRUZ, VER.- Jony Yepez cabalga a pleno rayo del sol en una vereda polvosa que de un lado a otro es un terreno negro, con vestigios de matorrales carbonizados. Detrás suyo, a unos cuatro kilómetros, se levanta una nube espesa de humo, que proviene de uno de los incendios de pastizales que desde hace 4 días consume varias hectáreas de terreno dedicado a la agricultura y ganadería en comunidades de los municipios de Alvarado y Tlalixcoyan, en el estado de Veracruz.
El jinete detiene su paso por unos segundos para señalar al horizonte, donde lo único que se puede ver es tierra quemada y un grupo de caballos que camina entre las cenizas. Jonny lleva a sus animales a terrenos donde puedan tener pastura, después de dos días en los que caminaron a la deriva, huyendo del fuego.
En Salinas, una comunidad rural del municipio de Alvarado a 50 minutos del puerto de Veracruz, las parcelas comenzaron a quemarse la noche del jueves 17 de mayo, se desconoce si fue por un incendio provocado que se salió de control o por las condiciones del calor extremo que en la llanura del estado de Veracruz deja sensaciones térmicas por arriba de los 40 °C. De lo que se tiene certeza, es que las llamas fueron avivadas por el viento del sur y que fue así como se expandió a localidades cercanas.
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Jonny cuenta que el sábado 19 de mayo en la madrugada el fuego cedió, después de un intenso trabajo de pobladores que se sumaron a las brigadas de Bomberos de Alvarado, Tlalixcoyan, Medellín y los Conurbados de Boca del Río, así como personal de Protección Civil y de Seguridad Pública, que combatían el incendio.
El jinete estuvo 18 horas sin descanso arrojando agua que llegaba en pipas o en bidones de parcelas cercanas o apagando el fuego con palas y un azadón. Sin mascarilla el humo era sofocante, cuenta que el fuego calentaba la tierra y el viento del sur no hacía más que avivar las llamas. La sed era interminable con el calor del sol y del incendio.
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A pesar de que diversas corporaciones municipales y estatales apoyaron a sofocar el incendio de pastizales, la magnitud era tal que por momentos eran rebasados por la situación y el fuego alcanzaba otras zonas. "Estuvimos dos días con el fuego, llegó hasta la carretera, nos mandaron apoyo de todos lados, pero la gente no era suficiente, por momentos creíamos que alcanzaría algunas casas, lo que lamentamos mucho es que nos dejó sin nada en el campo", relata.
Las parcelas cubiertas con hileras de matas de piña y los cañaverales que hace unos días pintaban de verde el campo y formaban parte de un paisaje que distingue esta región del estado de Veracruz, fueron consumidas completamente en el incendio.
Jonny dice que perdió el forraje para su ganado y ahora le preocupa saber de dónde alimentará a sus caballos y reses. Pero otros ejidatarios que trabajan en una extensión de 200 hectáreas quemadas hasta ahora perdieron piñas, caña y maíz que esperaban cosechar para mantenerse la segunda mitad del año. En sus 28 años, no recuerda un incendio de pastizales similar.
En Alvarado la mitad de las comunidades incendiadas
El cuatro días consecutivos con el fuego activo en pastizales, las autoridades municipales de Alvarado reportaban 19 de 40 comunidades afectadas. La presidenta municipal, Lizette Álvarez Vera, dijo que no se tenía una cuantificación de las afectaciones, pero aseguraba que se trabajaba sin descanso para apagar los incendios con apoyo de autoridades municipales, estatales y federales.
A las acciones se sumaron voluntarios de diversas comunidades afectadas, que, con camionetas, motocicletas, tractores y caballos acarrearon agua, mientras otros llevaban alimento y comida a los brigadistas. A pesar de que la autoridad local afirmó que la atención era oportuna y suficiente, su desempeño fue cuestionado por algunos pobladores y campesinos afectados.
Javier Martínez López, campesino y poblador de La Tuna, una comunidad del municipio de Tlalixcoyan vecina a Salinas, relató las 12 horas consecutivas que combatió el incendio junto a uno de sus hijos y otros campesinos, ya que ninguna autoridad atedió el llamado para apoyar en esta zona.
A la 1:00 de la madrugada de este sábado 18 de mayo lograron juntos apagar el fuego, pero no evitó que perdiera 40 hectáreas de pastura para su ganado. Lo único que lo consuela es que evitó que el incendio alcanzara las casas cercanas, pero la impotencia lo lleva a pensar qué hará con su ganado en los próximos meses, ya que el forraje que tiene almacenado, no le será suficiente.
Una vez que salió el sol, la mañana de este mismo sábado, salió a recorrer en su tractor la zona afectada por los incendios, para tratar de ver los daños, ya sin el humo espeso se encontró con el terreno calcinado, los sembradíos dañados y hasta puentes y caminos quemados.
Javier se pregunta por qué hasta ahora nadie le ha dado la importancia que merecen los incendios de pastizales en los municipios de Alvarado y Tlalixcoyan, como ocurrió con los incendios forestales en la región del Pico de Orizaba, pues el fuego en el llano de Veracruz ha dejado a cientos de campesinos sin su sustento para la segunda mitad del año.
vtr