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Reestructuración de crédito Infonavit: un alivio ante el abandono en Colinas de Santa Fe

Lo que inició como un sueño de tener casa propia, se fue convirtiendo en un martirio y un dolor de cabeza para Mayra, y cientos de familias que se mudaron a Colinas de Santa Fe

Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER. — Mayra García Cortés, presidenta de la asociación Residentes Unidos por Colinas de Santa Fe desde el 2022, aún recuerda con emoción cómo fue conseguir su casa a través de un crédito de Infonavit. Era el 2010 y vivía cerca de la Comercial Mexicana, supermercado entonces ubicado en la calle Alcocer de la colonia centro de Veracruz.

Todo le quedaba cerca y no gastaba más de cincuenta pesos en taxis. Sin embargo, el gasto fuerte estaba en los 4 mil pesos mensuales que pagaba de renta y en los mil 300 pesos bimestrales de luz. “Ya no quiero pagar rentas —pensaba Mayra—, siento que mi dinero se va a la basura”.

Por esto, comenzó con la búsqueda de una vivienda propia: tres cuartos, una sala, un comedor, una cocina donde cupieran al menos dos personas y espacio donde los 4 adultos y 3 niños con los que vivía Mayra pudieran estar libremente, era lo que necesitaba. La zona —decía—no era relevante. 

Al obtener su vivienda el 15 junio del 2010 en el fraccionamiento Colinas de Santa Fe, ubicado en la zona norte y a las afueras de la ciudad de Veracruz, Mayra estaba feliz y, al mismo tiempo, preocupada.

“La mudanza me cobró 3 mil 800. Ahí empecé a ver que iba a ser caro ocupar servicios hasta acá, porque me decían ‘señora, es que es carretera’”. 

Los 100 pesos que cobraban los taxistas al centro y lo complicado que era llegar hasta la escuela de sus hijos, se sumó a ese inconveniente. Sin embargo, pensó: ya ni modos, ya estamos hasta acá. Tres meses después, en septiembre del 2010, recuerda con claridad que una ola de violencia e inseguridad se desató en el fraccionamiento. 

Patrullas y sirenas ahuyentaron a los pájaros, pero no a los zopilotes que rondaban los cuerpos abandonados en las calles y a las viviendas que se usaron como casas de seguridad. “Ya vivíamos en la incertidumbre. Yo decía ¿a dónde vine a comprar? Ya no podías salir a la tienda (...) En septiembre del 2010 esto ya era un campo de guerra”. 

A todo esto, explica, se sumó el primer desperfecto en el fraccionamiento en el 2012, cuando una de las válvulas del pozo de agua se quemó y la constructora de Homex los abandonó. Se sintieron estafados.

Al lugar donde llegaron con ilusiones y en familia, se había convertido no solo en un campo de guerra alejado de Veracruz, sino también en un fraccionamiento abandonado por las autoridades al no estar municipalizado. 

Mayra admite -14 años después- que está arrepentida de comprar su patrimonio familiar en Colinas de Santa Fe. “Sí he pensado en vender, pero ¿quién me va a comprar con todas estas problemáticas? No voy a recuperar ni lo que ya pagué ni lo que ya le invertí”. 

Hasta el momento Mayra desconoce la cantidad exacta que ha pagado del crédito Infonavit de 180 mil pesos que sacó en el 2010 para obtener su casa.  

Sin embargo, a raíz del convenio que realizó por el programa de Responsabilidad Compartida 2.0, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en noviembre de este año, donde le reajustaron la cantidad y el tiempo de su deuda, sabe que todavía debe pagar 204 mil pesos a un plazo de 11 años. 

“Es de mucha tristeza, mucho enojo, es de mucho sentimiento pagar una casa inservible. Fuimos notificados con una carta invitación por parte de Infonavit con los beneficios que nos dio la presidenta Claudia Sheinbaum (...) sí es apoyo económico, pero no me llena de felicidad por todos los problemas que tenemos en el fraccionamiento y en la vivienda. Seguir pagando no se nos hace justo”. 

Un trato maravilloso convertido en pesadilla

Mayra recuerda que se encontró con un agente de ventas de la constructora Homex mientras caminaba en el centro de la ciudad, quien la enlazó con otro agente, dos días después se encontraba en una camioneta tipo van rumbo a Colinas de Santa Fe, con sus 2 hijos, su hermana, su sobrino y su papá.

“Yo veía el recorrido muy muy lejos, pero pues dije: ‘bueno, a ver qué pasa’”. En aquel momento, su casa de dos pisos y tres recámaras pertenecía a la penúltima calle construida de la segunda etapa de Colinas de Santa Fe, mitad ubicada al costado del carril Veracruz - Cardel, que costaba 540 mil pesos.

De ese total, 180 mil pesos los sacó en un crédito Infonavit a 30 años y el resto lo pagó de contado. “En un mes me hicieron el trámite, a las dos semanas yo fui, firmamos, pagamos en el banco, ellos se encargaron de hacer todo el trámite con el Infonavit; firmé, autorizó mi patrón y de ahí, a los dos o tres días me marcaron para darme las llaves de mi casa”. 

En aquel momento, Mayra trabajaba en el área administrativa de Farmacias Las Torres, donde a los empleados se les pagaba bien y se les cotizaba correctamente en el seguro social, lo que le permitió comprar su casa. 

Debido a que Mayra García Cortés tramitó su crédito en el 2010, este quedó a Veces Salarios Mínimos, lo que hacía aumentar su deuda y pago año con año. “En ese momento pagaba yo 800 pesos mensuales, pero cada año subía 100 pesos. Estaba ya pagando 2 mil pesos, y en enero (2025) iba a comenzar a pagar 2,100 pesos”. 

A la par que el pago a su casa aumentaba, la inseguridad y el apoyo comunitario también. “Era un tema de federales, del Ejército, la gente mala... ya no podíamos ir a la tienda. Ya solo por las tardes y noches te encerrabas, porque te dejaban camionetas abandonas afuera de nuestras casas, bolsas negras con ya sabes qué, balaceras en el puente”.

Con la deuda del crédito hipotecario encima, Mayra tuvo que enfrentarse a la resignación. “Eran muchas situaciones las que se empezaron a venir y dije: ’bueno, pues ya compramos, utilizamos todo el dinero en esta casa, ya no puedo decir que me voy y otra vez comenzar a pagar 4 mil pesos de renta’”. 

Precisamente por la seguridad, explica, es que ella y su familia modificaron su casa. La expandieron, pusieron protecciones, luces y cámaras de seguridad para protegerse. Dos años después, en el 2012 –un año antes de que al Colectivo de Búsqueda Solecito se le entregara un mapa que señalaba la existencia de fosas clandestinas en Colinas de Santa Fe–, sucedió el primer desperfecto en la segunda etapa del fraccionamiento. 

“Se quema la primera bomba y nos quedamos sin agua un mes (...), una líder que estaba anteriormente comenzó a gestionar con las autoridades el tema de las problemáticas que había dentro de Colinas, porque allá (en la primera etapa) comenzaron a tener los primeros problemas de infraestructura”. 

Drenaje brotado por no estar conectados a un riachuelo, construcciones de mala calidad y la falta de medidores fueron algunos de los primeros problemas. Respecto a las autoridades, explica: “autoridades pasan y vienen y lo primerito que te dicen es que tienen que hacer una inversión millonaria y que ellos no tienen el capital para restaurar toda la infraestructura hidráulica ni de saneamiento”. 

“Y a veces luego nos dicen pues que mejor pongamos en venta nuestra vivienda, pero pues si ponemos en venta, ¿aquí quién nos va a comprar con toda esta problemática que tenemos?”. 

Meses después de que la bomba se quemó, explica Mayra, Homex desapareció y dejó en el abandono a 5 mil 600 familias, por lo que los vecinos tuvieron que organizarse y aprender a ser auto sostenibles, una palabra que explica la resistencia que mantienen como comunidad. 

En el 2019, la segunda bomba de agua de Colinas de Santa Fe se quemó. “La constructora no se hizo responsable y ahí tuvimos que entrarle al quite, tuvimos que trabajar para (componer) la bomba. Nos iba a tocar casi de a mil pesos por vivienda”.

Un crédito congelado: el sueño de Colinas de Santa Fe

Desde entonces, explica, Residentes Unidos por Colinas de Santa Fe se hace responsable del uso de las bombas, las cuales funcionan desde las 22:00 horas hasta las 6:00 de la mañana; tiempo suficiente para que los tinacos se llenen y puedan abastecer de agua a las viviendas durante el día. 

La organización civil, conformada por 5 integrantes y liderada por Mayra, consiguió en el 2022 una mesa de trabajo con el entonces apoderado de Homex y con Erick Porres Blesa, delegado en Veracruz del Infonavit, para pedir una sola cosa: el congelamiento de los créditos. 

“No soy la persona para autorizar en este momento lo que están pidiendo, el único que puede autorizar eso es el presidente”, les dijeron. El problema de Colinas de Santa Fe, tal como lo intenta explicar Mayra, es extenso.  

Aunque desde hace años dejaron de buscar culpables, ella explica que la frustración que sienten al escuchar que el estado de las viviendas no es culpa de Infonavit, sino de la constructora o del ayuntamiento, quienes no atienden las peticiones de los vecinos, es grande.

Alegría a medias 

Si bien, explica Mayra, su deuda se convirtió de Veces Salarios Mínimos a pesos y pasó de 15 a 11 años y de 250 mil a 204 mil 446.33 pesos, esto no sabe a victoria a pesar de representar un alivio económico.

“Esos 500 pesos los podré ocupar para pagar servicios en mi casa, como el internet, o incluso para la despensa”, dice. 

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De acuerdo con la carta invitación que recibió Mayra en su domicilio el 22 de noviembre para participar en el programa de Responsabilidad Compartida 2.0, este ofrece los siguientes beneficios: 

- La mensualidad se mantendrá en pesos y fija para toda la vida del crédito y, en algunos casos, se tendrá una disminución en el importe y pago mensual.

- La deuda total del crédito ya no tendrá aumentos anuales.

- Se asignará una tasa de interés menor a la que tiene el crédito solicitado.

- En caso de estar contratado, la aportación que da tu empleador va al capital de la deuda.

- Eliminación de los pagos pendientes debido a que se suman al capital, lo que permitirá iniciar el crédito en pesos sin atrasos.

“Estamos cansados, estamos chocados, estamos desesperados porque tenemos a parte gastos con la familia (...), siento que no va, que no es justo como ciudadano (que se continúe pagando el crédito Infonavit), pero pues a ver qué pasa en la administración de la gobernadora Rocío Nahle”. 

De la primera gobernadora de Veracruz, afirma, esperan apoyo no solo para Colinas de Santa Fe, sino para los demás fraccionamientos de Veracruz que no están municipalizados, como lo son Costa Dorada, Campanario, Oasis -también de zona norte- y la Hacienda Sotavento, ubicado cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Veracruz.

mb