ZONGOLICA, VER.- Sobre una banqueta de la calle Morelos —frente al hospital del IMSS Bienestar de Zongolica—, tres mujeres indígenas se abrigan del frío con sus rebozos y esperan a que la noche pase y amanezca. La más joven está a días de dar a luz y se frota las manos angustiada. Los médicos le dijeron que es muy pronto para ingresarla al quirófano; que ella y su esposo pueden esperar en un albergue del pueblo pero que sus tías ahí ya no caben. Así que tienen dos opciones: pernoctar en la calle o regresar a su comunidad, en el municipio de Mixtla de Altamirano, a una hora de distancia en carro y a tres si recorren a pie la montaña.
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A solo 500 metros de esta escena, cientos de pobladores y representantes de la clase política montan una guardia de honor a los restos del diputado federal, Benito Aguas Atlahua, acribillado en su casa, en la comunidad de Tepenacaxtla, el pasado lunes 9 diciembre. La noche del ataque, el también exalcalde de Zongolica fue trasladado en ambulancia hasta el IMSS Bienestar de su pueblo. Adentro sus familiares se toparon con la misma carencia que padecen casi 200 mil indígenas de esta región montañosa de Veracruz: no había equipo médico ni especialistas que pudieran reanimarlo.
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Ante esa situación, por instrucción de la gobernadora Rocío Nahle García, a Benito lo trasladaron al hospital del IMSS de Orizaba, ubicado a 40 kilómetros. La ambulancia descendió las cumbres a toda velocidad, escoltado con patrullas y torretas encendidas, pero no dio tiempo. Entre el ataque al diputado del Partido Verde y su ingreso al hospital de Orizaba pasaron al menos tres horas. Se infartó dos veces en el camino; agonizó tanto pudo. Fue declarado muerto a las 11:30 de la noche.
Casos como el del diputado federal Benito Aguas Atlahua, y el de las tres mujeres que durmieron sobre la acera, generan indignación entre los habitantes zongoliqueños, quienes ahora recuerdan con enojo la visita del expresidente Andrés Manuel López Obrador —del 28 de julio de 2019— cuando supervisó la remodelación del IMSS Bienestar y prometió la llegada de seis médicas y médicos especialistas de Cuba, así como el abastecimiento de medicamentos y equipo de primera tecnología para atender a personas de 14 municipios de la Sierra de Zongolica y alrededores.
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Pero la realidad actual dista de las promesas del expresidente de la República. Por ejemplo, si bien, seis especialistas cubanos llegaron a Zongolica en el año de 2022 —entre ellos un internista, un cirujano y un anestesiólogo— cinco dejaron de presentarse al pasar de los meses y solo uno de ellos se quedó en el pueblo pero dejó de atender en el IMSS y, en cambio, montó un consultorio particular enfrente de dicha institución.
Trabajadores del IMSS Zongolica —que pidieron el anonimato— reconocen que cuentan con una encargada de laboratorio y otro a cargo de realizar rayos equis. Sin embargo critican: “¿De qué sirve que estén con nosotros si desde hace meses no sirve el ultrasonido?, si no hay medicinas. Ellos al final no tienen la culpa, porque vienen para que no los corran, pero aquí la gente apenas se puede tratar una fiebre con un paracetamol y solo atienden a las embarazadas que no están en riesgo; a las de riesgo las mandan a Orizaba”, cuentan a LA SILLA ROTA.
Sobre las declaraciones de los trabajadores se buscó una postura de la médica Romana Gutiérrez Polo, coordinadora federal del IMSS Bienestar de Veracruz, pero no hubo respuesta. Quien sí reconoció la falta de médicos especialistas e insumos en Zongolica fue Manuel Huerta Ladrón de Guevara, senador de Morena por Veracruz y exdelegado de la Secretaría de Bienestar en la entidad.
“Yo ayer hablé con el secretario de gobierno, estuve hablando con el IMSS nacional porque sabemos que hay insuficiencia para la atención. Para Benito (Aguas) y cualquier mexicano en las comunidades todavía por desgracia es mucho lo que hay que hacer. Tal vez (Benito) llegó muy lastimado, pero siempre uno hubiera querido una atención más rápida (…) faltan muchas cosas que tenemos que aprontar”, dijo el senador que acudió al homenaje de cuerpo presente del legislador asesinado.
El 28 de julio de 2019, el entonces presiente, Andrés Manuel López Obrador; el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo; y el exgobernador, Cuitláhuac García Jiménez, supervisaron la remodelación del hospital de Zongolica. En dicho acto, Robledo señaló que las carencias en el sector salud del país se debían a las malas decisiones del pasado.
“Fueron ideas que poco aportaron, en donde siempre estaba por encima la rentabilidad, la corrupción y una lejanía completa de la política que se decidía desde el centro”. Además aseguró que los recorridos en hospitales rurales como el de Zongolica permitirían conocer las problemáticas y actuar en consecuencia para transformar la realidad “para que haya salud social en todos los pueblos, acceso a medicamentos gratuitos, ampliar la plantilla de personal médico y mejorar la infraestructura hospitalaria”.
A ese discurso se sumó el entonces director del Hospital Rural de Zongolica, José Manuel Grajales Polito, quien aseguró que en ese lugar, desde su fundación en 1980, atendían en promedio 148 consultas diarias, 4 partos, 7 egresos, 32 consultas de urgencias, 4 intervenciones quirúrgicas y casi 400 estudios de laboratorio. Y dijo que gracias al apoyo de 19 parteras en los últimos 5 años solo habían tenido una muerte materna ocurrida en el 2017, sus palabras le valieron la rechifla de los asistentes.
Zongolica pide justicia por Benito Aguas y un hospital que evite muertes
En el palacio municipal de Zongolica, personas de municipios del distrito 18 asistieron a homenajear al diputado Benito Aguas Atlahua, a quien le reconocen gestiones para pavimentar caminos rurales y obras, una de ellas una Universidad del Bienestar que ya no terminó de solicitar al gobierno federal. Entre el sonido de mariachis y lamentos de los familiares de la víctima, la gente murmura que al legislador le tocó vivir lo que muchos de ellos, carecer de un hospital que salve vidas y no solo cure fiebres.
Entre los asistentes está Mauricio Ramírez, quien hace 15 años se jubiló como trabajador de lo que ahora es el IMSS Bienestar de Zongolica. Su testimonio es opuesto al de Zoé Robledo, director general del IMSS, quien culpó a gobiernos pasados de tomar malas decisiones. “Yo trabajé 29 años. Cuando nosotros estábamos no faltaba nada, llegaban las camionetas del seguro social llenas de medicamento de gasas, pruebas de laboratorio, equipos de rayos equis”.
El hombre lamenta que la gente de su pueblo, al igual que en el homenaje póstumo de Benito Aguas, no se asista a manifestaciones por la falta de insumos y materiales en el IMSS de Zongolica. “Desgraciadamente en Zongolica usted la convocan a una manifestación o un paro o toma del hospital, al momento dicen que sí y a la mera hora ya no van. Hay mujeres embarazadas que han llegado (al hospital) y dan a luz en la sala de espera, porque no las pasan. De unos años para acá los servicios han bajado su atención, muchas veces los pacientes compran sus gasas, sus medicamentos, sus placas de rayos equis”.
Al reclamo de Mauricio se suma Alma Martínez, quien atiende un despacho frente al hospital de Zongolica y recrimina a las autoridades por el abandono del edificio. “Los políticos vienen, se toman la foto, pero nada más queda en promesas de que van a traer cosas; muchas personas se han muerto aquí, ya no llegan al traslado porque no hay nada”, dice con molestia.
La mujer, de oficio comerciante, no asistió al homenaje de Benito Aguas. Desde su negocio, habla con sus vecinos y les expone el caso de las tres mujeres de Mixtla de Altamirano que no tienen donde dormir y que acompañan a la mujer embarazada. Ella recrimina que políticos como Manuel Huerta Ladrón de Guevara; Carlos Marcelo Ruiz Sánchez, líder de la bancada del PVEM en el congreso local; Dulce María Hernández Tepole, diputada del Partido del Trabajo (PT) por Zongolica y otros alcaldes se sumen a los reclamos de justicia por el crimen del legislador y no así a la falta de un hospital con personal e insumos suficientes.
“Se supone que es un hospital muy grande pero a veces no hay ni siquiera agua. Es mucha tristeza sinceramente. Las personas embarazadas pues no tienen para operarlas, medicamentos, todo se tiene que comprar. El ultrasonido no existe, el laboratorio nunca ha existido, siempre los mandan a laboratorios particulares. Realmente no hay nada de medicamento. Aquí solamente hay paracetamol”, dice Alma quien, asegura, no permitirá que las tres mujeres duerman en la banqueta; con ayuda o sin ayuda de las autoridades, municipales, estatales y federales que se han dado cita a Zongolica por la muerte de un representante popular que, con suerte, habría librado la muerte
vtr