VERACRUZ, VER.- Yanet “N”, quien hace alrededor de 15 años -según recuerda Antonio Abrego, presidente del Colegio Veracruzano de Psiquiatras- estudiaba la carrera de medicina en la Universidad Veracruzana, se viralizó en redes sociales el pasado 22 de noviembre tras una rueda de prensa donde, con papeles en mano, varios psiquiatras afirmaron que sus títulos como médico general y como especialista en psiquiatría son falsos.
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Expedidos supuestamente por la Universidad Veracruzana (UV) el 2 de junio del 2021 y por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) el 7 de diciembre del mismo año, estos documentos junto al hecho de que el Registro Nacional de Profesionistas no tiene una cédula profesional a su nombre, atrajo la vista de miles de veracruzanos.
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El secretario académico de la Universidad Veracruzana, Juan Ortiz Escamilla, confirmó a La Silla Rota que el título de la UV que ostenta Yanet es falso. Si bien estuvo inscrita en la Facultad de Medenficina en la región Veracruz en el 2015, fue dada de baja por la institución porque abandonó la carrera, con calificaciones irregulares.
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No sólo porque expacientes comentaron en el hilo de X sus experiencias, sino por su parecido con el caso de Marilyn "N", mujer vinculada a proceso por la Fiscalía de Puebla el 21 de noviembre por usurpación de profesión como psiquiatra. De acuerdo con uno de sus trabajadores, tras la viralización del caso Yanet dejó de acudir a su Clínica Integral de Salud Mental, ubicada en la ciudad de Boca del Río, a partir del lunes 25 de noviembre.
Desde entonces, contó, ni Yanet ni su personal de enfermería acuden a la clínica para atender a los pacientes internados. Incluso, agregó desconcertado, lleva días sin responder mensajes y llamadas telefónicas.
¿Quién es Yanet, la supuesta psiquiatra veracruzana?
Conocida como “la Marilyn veracruzana”, Yanet es descrita por el psiquiatra Antonio Abrego Ruiz, presidente del Colegio Veracruzano de Psiquiatras, como alguien que tiene el trastorno de pseudología fantástica, coloquialmente conocido como mitomanía.
“Hay 12 tipos de personalidades, y hay personalidades que se complementan. En este caso, lo que se complementa es un trastorno narcisista de la personalidad y un trastorno de personalidad sociopática, esas dos hacen un constructo que se llama pseudología fantástica”.
“La pseudología fantástica es el mentiroso profesional, o sea, el que vive en la mitomanía”, quien, añade Abrego, al creer sus mentiras “vive en una realidad distorsionada”.
Con frustración y algún nivel de vergüenza, Abrego admite que Yanet es “vieja conocida” no sólo porque hace 15 años le dio clases, sino porque en el 2018 -según recuerda- Yanet trabajó en la Clínica de Salud Mental ubicada en el fraccionamiento Costa de Oro en la ciudad de Boca del Río, la cual ya no opera, pero continúa registrada en Google Maps.
El lugar era manejado clínicamente por un grupo de psiquiatras veracruzanos, Yanet se encargaba de manejar un “aparato novedoso” de estimulación magnética transcraneal utilizado para enfermedades mentales, algo que explica Abrego cualquier persona podría hacer; además de brindar consulta médica a sus propios pacientes y organizar las guardias de los enfermeros.
Puesto que Yanet llegó “recomendada” por otro psiquiatra, su título no fue requerido para su contratación. En cuanto a su cédula profesional, explica el doctor Antonio Abrego, sólo recibían largas.
“Había cosas muy raras, nos decía ‘oiga, por favor hágame esta receta’. ‘Oye, y tu cédula profesional, ¿cuándo te la entregan?’ -le preguntaban- ‘no, ya merito’, ‘está en trámite’, ‘yo creo que no tarda’”, respondía Yanet.
“Pero llega un momento determinado en el que tú…, pues no andas tan insistente en esas preguntas porque andas en lo tuyo. Llegas, das consulta, te vas y se te olvida. (Ahí) fue cuando nosotros tuvimos la sospecha que… que hubo alguien que se inquietó, que entró a la página de la Secretaría de Educación Pública y se dio cuenta que no tiene cédula”.
A pesar de ello, no fueron estas sospechas las que terminaron con la Clínica de Salud Mental, si no aquellas relacionadas con una posible malversación de dinero. “A veces se nos hacía muy raro porque entregaba cuentas pobres, pero… la gente dio por sentado que no se había manejado adecuadamente de forma administrativa el aparato”.
Al finalizar la unión entre los psiquiatras, cuenta Abrego, Yanet se quedó con la clínica debido a que la había registrado a su nombre. Los médicos, explica el psiquiatra, como no tenían la necesidad económica de reclamar el centro, lo dejaron pasar.
Y ahí, en el fraccionamiento Costa de Oro, Yanet estuvo desde el 2020 hasta alrededor del 2021, cuando posteriormente se cambió a la calle Alaminos de la ciudad de Boca del Río, con el nombre “Clínica Integral de Salud Mental”.
Sin embargo, a diferencia de lo que marca Google Maps, La Silla Rota confirmó que la clínica ya no se encuentra en esa ubicación desde el 2022, sino en el fraccionamiento Jardines de Virginia, en la calle Bugambilia número 649, casi esquina calle Invernadero, en donde constatamos que se encuentran pacientes internados.
Seis meses después, recuerda el doctor Abrego, pacientes que buscaban una segunda opinión llegaron a su consultorio con recetas que tenían su firma falsificada, por lo que, al pasar el tiempo, el Colegio Veracruzano de Psiquiatras decidió exponer públicamente el caso de Yanet.
De acuerdo con el médico Antonio Abrego Ruiz, él y un conjunto de psiquiatras se encuentran en trámites de levantar una denuncia ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Una vez levantada, asegura, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) emitirá un comunicado.
”Tu salud mental en la mano de expertos”: expacientes de la Casa de Salud Floresta
De acuerdo con la pasante de enfermería que en el 2023 trabajó con Yanet y Margarita, su madre, en la Casa de Salud Floresta ubicada en Paseo de Las Flores en el fraccionamiento Virginia, el ambiente vivido en la clínica solía ser hostil.
Entre lo mal pagado del turno, la presencia de un policía que escoltaba a un paciente psiquiátrico y el miedo constante que, dice, tenía ante una posible violación al ser en su mayoría pacientes varones, la enfermera tenía que enfrentarse a los malos tratos de Margarita, quien fungía como doctora y tampoco cuenta con cédula profesional.
La joven recuerda que las irregularidades las notó desde que envió un mensaje a la página de la Clínica Integral de Salud Mental (https://www.facebook.com/share/UM1U6JcoWVyT77WP/) -la cual ya no existe- para trabajar, sin embargo, la contrataron para la Casa de Salud Floresta, centro donde en aquel momento Yanet y Margarita trabajaban juntas.
Datos que, de hecho, confirma Marlen García, una joven de 20 años que internó en aquella clínica a su madre en el 2023 por un intento suicida y su problema con el alcohol.
“La puerta de la entrada tiene dos o tres seguros para evitar las fugas y hay un enfermero vigilando para que nadie intente escaparse. El lugar es muy frío, tienen aires acondicionados demasiado helados, con los que, me contó mi mamá, los torturan cuando intentan pedir ayuda o algo así, haciendo que esté muy helado sin la posibilidad de cobijarse”.
La experiencia que Marlen y su mamá experimentaron, en su mayoría, fue con Margarita, ya que nunca conocieron a Yanet. “El lugar es exageradamente limpio, ordenado, muy profesional. De verdad uno llega y dice ‘no pues sí, este lugar es de confianza’, con los certificados falsos colgados en la pared, los enfermeros… y el policía que está resguardando a una persona”.
A pesar de nunca conocer a Yanet, a Marlen le emitieron una hoja de cobro de 7,885 pesos, en los que se incluía una consulta con la doctora Yanet y 6 tipos de medicamentos, la cual estaba membretada con el logo de la Clínica Integral Salud Mental, correspondiente a Yanet.
“A mí me comentó Margarita que mi mamá pasaría con la psiquiatra Yanet para que le hiciera la evaluación. Pasó supuestamente con Yanet y mi mamá (ya fuera de la clínica) me comentó que jamás conoció a Yanet, que jamás la llegó a ver en su vida y nunca la evaluó ni nada por el estilo”.
Esta fue la segunda cantidad que pagó Marlen, ya que cuando internó a su madre el 13 de junio del 2023, pagó la mitad de la mensualidad de estadía, equivalente a 17 mil pesos.
De acuerdo con la pasante de enfermería que trabajó seis meses para ellas, en la Casa de Salud Floresta Yanet fungía como la directora, realizaba los ingresos, las altas de pacientes y además daba consultas particulares, recetaba y administraba medicamentos controlados.
Por su parte, Margarita -al igual que Yanet, buena oradora, pero “muy grosera” a su comparación- se encargaba del personal, de brindar terapias grupales, de hablar con los familiares de los pacientes y de también dar indicaciones médicas.
“Llegué directo a la oficina de Margarita y lo primero que hicieron fue ponerle una inyección en el brazo para sedarla antes de hacerme cualquier tipo de pregunta. Lo primero que pensé fue ‘está en buenas manos, a lo mejor la sedaron porque ella puede alterarse’. Ella estaba enojadísima conmigo y pensé que era lo mejor para ella porque intentó suicidarse, tiene problemas…”.
Sin embargo, cuando Marlen visitó a su madre por primera vez el 23 de junio, una semana después de haberla ingresado, encontró a su madre con moretones en ambos brazos, desde los codos hacia el cuello.
Al darse cuenta de que las señales de auxilio que su mamá le había mandado a Marlen hasta ese día, ella lo entendió todo: tenía que sacarla de ahí. En compañía de amigos mayores que ella, Marlen explica que sacó a su madre “completamente drogada”.
“Toda la casa está llena de cámaras. Están en las dos oficinas, en las recámaras, en la recepción, en la parte de afuera y en el patio trasero. A mí incluso me llegaron a enviar vídeos de las cámaras funcionando, pero ya los perdí. Esas las usa Margarita para monitorear a los pacientes”.
“Me acuerdo que mi mamá me comentó muy asustada que, entre todas las drogas que le pusieron, intentó despertar y escuchó a través de una bocina: ‘Isabela se está despertando, inyéctenla otra vez’. Ella por ahí ve todo”.
Al haber pagado más de 20 mil pesos por un tratamiento y un internamiento inconcluso, y de que su mamá le contara las ocasiones en que les reducían las porciones de comida, cuando no los alimentaban y cuando los amarraban a las camas “por mala conducta”, Marlen acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz para denunciar a Margarita y Yanet.
“Yo dije: ‘no puede ser posible que haya este par de personas haciéndose pasar por médicos dañando a las personas, no se puede quedar así’, por lo que fui a denunciar porque yo no les tengo miedo”.
Sin embargo, explica, en el primer -y único, hasta donde sabe- citatorio que expidió la FGE, solamente se solicitó la presencia de Yanet. Hasta el momento, puntualiza, no ha recibido más información por parte de la Fiscalía General del Estado de Veracruz.
“Mi mamá quedó bastante traumatizada, no quiere saber nada de ese lugar. No quiere mencionarlos. Yo tontamente no la quería meter a un anexo porque dije ‘no, ahí les pegan y los maltratan’, y por eso la metí a una supuesta clínica profesional”.
“Al final volvió a caer en el alcohol después de la clínica, la metí a un anexo y pues, ya tiene un año limpia”, cuenta con una sonrisa irónica. Aunque Marlen haya sido la única persona que pudo contactarse con medio para contar su experiencia, en el hilo de Charlatanes México https://x.com/CharlatanesMed/status/1860075508572258498?t=BbMW1L8fVkx-6uVrIRFJaw&s=08 hay por lo menos otros tres testimonios de expacientes de Yanet, en donde, incluso, adjuntaron sus recetas médicas.
Para la elaboración de este artículo, La Silla Rota buscó a Yanet "N" para una entrevista y darle su derecho de réplica, sin embargo, no hubo respuesta.
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