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Biblioteca Carlos Fuentes, baluarte de la lectura en el corazón de Xalapa

El entonces edificio de apartamentos abandonado es ahora un centro en el que estudiantes de todos los niveles y ciudadanos comunes, acuden para leer y consultar libros

Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- El próximo 23 de noviembre la biblioteca Carlos Fuentes cumplirá 20 años de operación en el edificio ubicado en la esquina de la calle J.J. Herrera y Úrsulo Galván, en el corazón de la ciudad de Xalapa. El espacio, que fue adecuado para estudiantes preuniversitarios, tuvo su origen en el sótano del inmueble.

La pequeña Biblioteca Central, que tenía cabida para 12 lectores y 4 empleados, se transformó en un espacio de reconocimiento al escritor Carlos Fuentes (1928-2012), en el que se invirtieron más de 8 millones de pesos del erario.

El cronista de Xalapa, Vicente Rafael Espino Jara, refiere que el edificio albergó en el pasado las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Pesquero (Sedarpa) que hoy se ubican en la calle Salvador Díaz Mirón, cerca del estadio Xalapeño.

Las antiguas oficinas de la Sedarpa contaban con un sótano, ahí estaba la Biblioteca Central, un espacio adecuado para la consulta y la lectura de mil 750 publicaciones. Formaba parte de la dirección General de Educación Media Superior y Superior (DGEMSyS), lo que hoy se conoce como la dirección General de Bachillerato (DGB).

El edificio que se construyó en la década de los 1950, estuvo abandonado por al menos 3 años (1999-2002). Fue entonces que se convocó a presentar un proyecto para ocuparlo. En mayo del 2002, el gobierno del estado que en ese entonces estaba administrado por Miguel Alemán Velasco, convocó a la DGEMSyS a presentar un proyecto educativo. La idea era darle uso al inmueble frente al Parque Juárez, explica Espino Jara.

“Este proyecto se le destina a la Coordinación de Bibliotecas de la DGEMSyS y comienzan las negociaciones entre Gobierno y autoridades de la Coordinación de Bibliotecas encabezadas por su Coordinador, Sergio Suárez Rebolledo”, platica a La Silla Rota Veracruz.

Tras una larga negociación de 2 años, se determinó desocupar el edificio de tres pisos. Ya en la recta final del gobierno de Miguel Alemán Velasco, en el mes de agosto del 2004, se anunció de parte de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) que el espacio se habilitaría para la consulta de libros, retomando a la Biblioteca Central, que operaba en el sótano.

También se informó que la biblioteca llevaría el nombre del reconocido escritor Carlos Fuentes, una de las figuras del llamado “Boom Latinoamericano” de la literatura y quien nació en Panamá por la posición que ocupaba su padre en el cuerpo diplomático de México, pero que tenía ascendencia veracruzana.

El espacio hoy cuenta con al menos 23,000 volúmenes, tendría: recepción, galería, auditorio, área de consulta, acervo general, fotocopiado, hemeroteca, área de cómputo, cafetería, y mirador.

Fue la esposa del exgobernador, Miguel Alemán Velasco, la entonces presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia (DIF), Christiane Magnani de Alemán, la que asumió la supervisión de la obra.

El arquitecto Bernal Lascuráin hizo las adecuaciones del edificio público que hoy sigue resguardando el acervo bibliográfico Anneliese Roesch (geb)Dietlen, donado por la Comunidad Alemana del Estado de Veracruz y el que entregó Christiane Magnani de Alemán. 

El cronista recuerda que fue el 23 de noviembre del 2004 cuando se inauguró la Biblioteca con la presencia del escritor Carlos Fuentes. Solo 7 días antes de concluir la administración del priista Miguel Alemán.

¿Cómo opera en la actualidad?

El edificio está ocupado por una veintena de trabajadores, entre encargados de la seguridad, recepcionistas, bibliotecarios y administradores que, de lunes a sábado, entre las 9 de la mañana y las 8:45 de la noche, conviven con los estantes llenos de libros.

En cada área, como la galería, las salas de lectura que están en la segunda y tercera planta, hay al menos dos o tres trabajadores. Que, al lado de un escritorio con termos de café, leen un libro o checan su celular.

En la recepción, un grupo de al menos cuatro trabajadores platican, comparten una coca y se ríen a carcajadas. El sonido se percibe en todos los pisos del edificio.

Una empleada del segundo piso confirma que la mayor afluencia de la biblioteca se da de lunes a viernes, personas de todas las edades, incluso, adultos mayores acuden a leer o a consultar los libros que se muestran en los estantes amarillos y morados.

El público objetivo son estudiantes de bachillerato, pero, comenta, también acuden universitarios en búsqueda de fuentes de información. Reconoce que por varios años la biblioteca estuvo abandonada por falta de presupuesto; sin embargo, ya le dieron “una manita de gato”.

El cuarto piso lo ocupa la sala de cómputo. La oferta para los asistentes es pagar 7 pesos por conectarse todo el día a la red de Wifi, y sólo incluye un dispositivo. Si se conecta celular y computador el costo se duplica.

En la planta baja del edificio, de cuatro pisos, está el patio central que se utiliza para presentaciones de libros, conferencias, conciertos y exposiciones. En el mismo nivel está la Galería y el Auditorio, con capacidad para 50 personas.

Hay al menos cuatro salas de lectura en el segundo y tercer nivel del edificio que cuentan con diccionarios, enciclopedias, códigos, leyes, mapas, globos terráqueos y anuarios. Además, hay literatura de toda Latinoamérica y áreas para lectura colectiva.

En la sala Christiane Magnani hay una colección de cocina, diseño, arte, cine, historia universal, literatura y biodiversidad. Las obras se encuentran en francés, inglés y español.

También hay unas oficinas de la Dirección de Bachilleratos y el área de cómputo, así como una terraza que no tiene acceso por el momento.

El origen

Datos de la Asociación Civil Xalapa Antiguo refieren que el inmueble que ocupa la Biblioteca Carlos Fuentes se construyó como un edificio de departamentos, en 1950. Fue el arquitecto Alberto Mendoza Bridat quien lo diseñó.

El edificio que se ubica frente al Parque Juárez generó una gran polémica y la movilización de xalapeños como el antropólogo Roberto Williams y la pintora Silvia de Rosa, quienes pedían demoler parte de la estructura.

El edificio tapaba la vista al Cofre de Perote, fue que surgió el movimiento que tenía como lema: "Tuércele el cuello al cisne".

mb