XALAPA, VER. - Para Javier León Colorado y productores de la región centro en Coatepec, Veracruz, los efectos del cambio climático se pueden corroborar en el cultivo del café. Alertan que, desde hace algunos años, hay evidencias de que las temperaturas más altas alteran la floración, el crecimiento del grano y las cosechas del aromático.
Javier, de 53 años, se ha dedicado “desde chiquillo” a cultivar café y sostiene que en las últimas tres cosechas se registró un desajuste ecológico, lo que también reportan otros productores preocupados por esa situación.
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Comenta que el cultivo del café en su familia se remonta al trabajo de sus abuelos y gracias a toda esta experiencia a la fecha se dedica a recolección y beneficiado, es decir, al despulpado del café cereza, aparte de realizar el proceso de tostado y molido del grano en pequeña escala sirviendo como proveedor de locales como “Cafés de Orígenes”.
Apasionado de esta actividad, Javier relata que años atrás trabajó en Agroindustrias Unidas de México (AMSA) y por esta trayectoria en el campo dice coincidir con la voz de alarma que caficultores de Coatepec y de otros municipios vecinos están lanzando respecto a los posibles efectos del calentamiento global en Veracruz.
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“En el campo nunca se puede decir que ya aprendiste todo ni te debes de cerrar a los cambios, si es por mejorar la calidad, uno nunca sabe (…). Pero definitivamente vemos que el cambio climático ya afecta en esta región, esto se puede comprobar en la lluvia y la temperatura, pero también en la planta del café”, opina León Colorado.
A la par integrantes del Consejo Regional del Café sostienen que la floración de las plantas se está adelantando, de ahí que la calidad del grano se vea perjudicada porque no se desarrolla como es característico en la zona. A lo anterior se suma que cada vez son más los campesinos que tumban sus fincas para sembrar cultivos que reciben apoyos del gobierno o que tienen un mejor precio en el mercado, como en el caso del limón y los cultivos beneficiados por el programa Sembrando Vida.
Ello pese a que después de Chiapas, Veracruz es el estado que lo produce en mayor cantidad de café con un 24 por ciento del total nacional. Además, en el año 2000 el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) publicó la declaratoria que prepara la denominación de origen del Café Veracruz; aunque fue hasta 2002 que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Solo Veracruz y Chiapas tienen denominación de origen a pesar de que hay otros 12 estados que lo producen.
NO NOS ESTÁ LLOVIENDO
Javier comenta que cada vez son menos las precipitaciones que se registran en la región, hasta el punto de que debe de realizar el riego de forma manual para evitar que las plantas o que el cultivo se sequen. En su opinión las lluvias constantes, la neblina y el frío característico de las zonas montañosas se están volviendo un recuerdo para los campesinos.
“No es lo mismo regar las plantas que reciban el agua de la lluvia. Antes esto era natural, los climas hace años eran de templando a nublado, en noviembre y diciembre había neblina y chipichipi, pero esto cada vez se ve menos (…), todo esto está impactando, incluso con las abejas que se requieren para que se puedan fertilizar las plantas”, sostiene.
De esta manera, los cambios en la cantidad de lluvia que cae, las temperaturas cambiantes, el retraso o adelanto de los aguaceros, todo ha sido resentido por el grano de café. Por ejemplo, el campesino señala que conoce varios productores que están optando por cambiar a productos como el limón, aunque esto solo asegura la supervivencia temporal.
“Sí está impactando. El limón es un buen producto, pero lo que va a pasar es que se va a saturar el mercado y va a bajar el precio”, auguró.
Recordó que hace unos dos años, el precio del café tuvo un repunte importante debido a heladas en regiones de Brasil, pero una vez que se recuperó, el costo del kilo para los productores en Veracruz volvió a caer.
Pese a que tiene muchos factores en contra, señala que producir café tiene futuro, pero es necesario explorar mejores mercados y, como en su caso, hacer el proceso por su cuenta, pues vender el café en cereza es barato y nada redituable.
“Es una forma en que ya debemos de adaptarnos. Por parte del clima nosotros tenemos la culpa por regar pesticidas y quemar basura; nos estamos 'alocando' porque hay frutas bien adelantadas. Este es solo el principio”, opina.
A las condiciones climáticas que ya han impactado al grano se agregan otros factores como la falta de apoyos parejos a los productores del aromático.
Ello, puesto que, si bien el programa Producción para el Bienestar apoya a productores del café, el programa no es propiamente destinado a este sector.
Por ejemplo, las reglas de operación de este para el 2022 precisaron que se destinarían 6 mil 200 pesos, aplicable a cafeticultores de pequeña y mediana escala.Sin embargo, el mismo programa también apoya a cañeros a quienes dan cantidades más altas, a partir de 7 mil 300 pesos.
Además, el 53 por ciento de los apoyos necesariamente serían destinados a comunidades indígenas.
SEQUÍAS AFECTAN CAFETALES
A detalle, Cirilo Elotlán, integrante del Consejo Regional del Café, explica que la sequía y el aumento de temperaturas en la región ya se refleja en la flor del grano de café, del cual un porcentaje importante ha dejado de ser útil.
De esta manera, los cambios que han resentido las plantaciones de café han impactado de manera severa a cientos de familias que aún se dedican a la siembra, cultivo y procesamiento del grano, lo que se puede atribuir a que la sequía en la región se ha prolongado de manera atípica y afecta en gran medida a los cafetales.
“La falta de lluvia hace que casi un 40 por ciento del café que todavía existe en mata no llegue a madurar, es más, se está marchitando por falta de agua”, menciona.
Señaló que el segundo factor que está afectando a las plantaciones es que las ramas que ya tuvieron una primera floración y que no dieron café ya no se logran recuperar, de ahí que ve “una distorsión” en el ciclo natural del café.
“En la misma mata encontramos que hay café verde, hay café maduro, hay floración y no hay que dudar que, dentro de poco, un mes a más tardar va a haber café tierno, pequeñito. Entonces eso nos está preocupando porque finalmente si antes dábamos cuatro o seis recolecciones por cosecha, hoy vamos a dar diez, quince recolecciones porque va madurando lentamente y disparejo”, lamenta.
Añade que las pérdidas en casos como este devienen en que la recolección se retrasa de manera considerable, puesto que hace una década más o menos en un solo corte salían hasta 80 kilos de café y actualmente la cifra es de unos 30 kilos, por lo que recolectar menor cantidad no resulta, sobre todo si el kilo se paga a 4 pesos a los jornaleros.
Indicó que el impacto del calor que se ha presentado en los últimos meses se traduce en un mayor agotamiento de los trabajadores, que no soportan las altas temperaturas que ha traído consigo el cambio climático.
El último factor tiene que ver precisamente con las altas temperaturas, que han ocasionado que las plantas se deshidraten de manera severa con la falta de lluvias. Este fenómeno se viene observando desde el año pasado, cuando prácticamente después del mes de abril no volvió a llover y la floración fue aislada, por lo que la producción fue baja.
“Es una distorsión, ya no sabemos en qué momento vamos a recolectar ese café que ahorita desde finales de febrero ya dio floración”, dijo.
Para el experto, todos estos factores han impactado al café. El alto precio de los fertilizantes también tiene cabida en esta ecuación que está causando que al menos un 15 por ciento del grano ya no crezca, situación que únicamente favorece a empresas como Nestlé, a quienes conviene desaparecer lo antes posible, la siembra de café arábigo en Veracruz para incentivar el café robusta, de menor calidad y mayor producción.
TEMPERATURAS MÁS ALTAS
Un análisis del Observatorio de la Cafeticultura Veracruzana, de la Universidad Veracruzana (UV), detalla que el clima sí ha variado considerablemente en Xalapa y Coatepec. El artículo, que estudió los datos de variación del clima por 50 años, de 1960 a 2010, concluye que el cambio climático que se ha dado en la zona de Xalapa y Coatepec difiere a los promedios globales.
Así, se indica que del periodo 1961 al 2010 se ha tenido un aumento significativo en las temperaturas mínimas, mientras que el aumento es muy tenue para las temperaturas máximas y si bien se indica que anualmente hay más precipitación total anual, esta sucede en menos días, es decir, las lluvias son fuertes y en abundancia, pero no se distribuyen en las fechas históricas, sino que se centran en períodos menores.
De seguir la tendencia así, se indica que las temperaturas máxima y mínima, en Xalapa se podrían incrementar 0.24 °C y 0.70 °C para el 2050 y 0.61 °C y 1.79 °C para el 2100. En Coatepec el aumento sería de 0.28 °C y 0.82 °C y de 0.72 °C y 2.11 °C, respectivamente. La precipitación anual incrementaría 17.3 por ciento y 44.3 por ciento en Xalapa y un 7.3 por ciento y 18.6 por ciento en Coatepec, para los mismos años.
“Las variaciones de la temperatura reflejan que, si bien no se experimentan incrementos de los periodos cálidos, si están disminuyendo los periodos fríos en la zona.
“La tendencia de la precipitación representa una mayor disponibilidad de agua para las partes altas, sin embargo, la presencia de eventos de lluvias intensas podría generar el incremento de escurrimiento y erosión del suelo y asolvamiento en zonas bajas”, concluye.
mb