VERACRUZ, VER. - En el puesto de billetes de lotería “Patolli” un moño negro fue pintado en el letrero ya desgastado. Marco Antonio Rosas, uno de los vendedores de lotería conocido por muchos jarochos, falleció en junio del 2023, por lo que ahora su esposa, Matilda Báez Reyes, continúa su legado.
Expendio de billetes “Patiolli” tiene 28 años de estar en los bajos del edificio Trigueros, donde se encuentran las oficinas del ayuntamiento de Veracruz, pero la historia de sus vendedores se remonta a varios años atrás.
Marco Antonio Rosas fue un vendedor de billetes de lotería reconocido por los jarochos que al diario paseaban por el Centro Histórico de la ciudad, desde que iniciaba el día siempre se colocaba frente a su puesto con su silla de ruedas y su gorra roja.
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De acuerdo con su esposa, desde que tenía 2 años se enfermó del virus que provoca la poliomielitis, por lo que dejó de caminar, debido a la escasa información que se tenía en ese entonces sus padres no pudieron hacer mucho por su salud, pero su discapacidad no impidió que tuviera una vida laboral activa.
Una vida de vender billetes de lotería
Matilda cuenta que su esposo era originario de Puebla, pero desde los 10 años se vino a vivir a la ciudad de Veracruz, primero comenzó como vendedor de periódicos, hasta que a los 14 se interesó por la venta de lotería.
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“Él no tenía una silla, estaba en un carrito, ahí vendía. Antes estaba en el Café de la Parroquia, aquí en la avenida Independencia. Ahí la gente pasaba comprando su billete o checando la lista. Nunca dejó de trabajar, él ya estaba hecho a salir, a que la gente lo saludara, que lo vieran”, cuenta Matilda.
Para el año de 1995 le dieron un pequeño puesto para que vendiera en el edifico Trigueros, en este lugar Marco vio pasar a varias administraciones municipales y gobernadores, uno que otro le brindaba apoyo económico.
Matilda también estuvo junto a su esposo vendiendo los billetes y gracias a eso lograron sacar adelante a su familia e hijos y hasta logró comprar una casa donde hasta ahora viven. Marco murió en junio de este año a los 71 años de edad por un infarto, pero desde antes había presentado complicaciones en su salud.
Una venta que disminuye por las nuevas tecnologías
Pero los años mozos de la venta de billetes de lotería con el paso de los años ha disminuido hasta 60 por ciento, asegura la vendedora. Esto se debe en gran medida a la llegada de las nuevas tecnologías y el Internet que desplazó la compra en los locales y ahora las nuevas generaciones lo hacen de manera virtual.
Pero los clientes de antaño no abandonan la tradición de comprarlos en los puestos de lotería que abundan en la zona centro de la ciudad y en gran parte de las colonias de Veracruz, gracias a ellos es que los vendedores como Matilda aún existen.
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“Cuando iniciamos era súper, se vendía mucho billete. Actualmente como un 60 por ciento bajó. Ahora ya está todo en electrónico, hasta en su celular pueden comprarlos, más que nada los jóvenes, porque los adultos hay unos que todavía vienen hasta aquí”, dice.
A pesar de estas dificultades, muchos puestos de billetes de lotería siguen vigentes, en gran medida por la tradición que representa para las familias jarochas, quienes vieron en este negocio de la suerte un trabajo para salir adelante, dice Matilda.
8 Premios mayores ganados
Durante esos 28 años en este lugar las personas han ganado el premio mayor 8 veces, asevera Matilda. La primera vez que sus clientes lograron ganar el gran premio no lo recuerda Matilda, pero al segundo año la suerte les volvió a favorecer y el boleto con el número 45934 salió de nueva cuenta premiado y de ahí le siguieron otros más, esto les beneficia a ellos como vendedores, pues asegura que así las personas tienen más confianza de que logren ganar.
“Un viejito apenas se sacó 500 mil pesos y no tiene mucho que lo fue a cobrar. La última salió en el mes de mayo fue el número 53520 fue el número ganador”.
A pesar de la muerte de su esposo, Matilda sigue con la venta de billetes de lotería, por la tradición y cariño que representa para su familia.
mb