XALAPA, VER.- - Jorge Luis tiene una porción de masa en la mesa donde prepara el pan, toma pequeñas bolitas y les da forma de hueso para ponerlas sobre otro montículo de masa que tiene en decenas de charolas de aluminio que están alrededor de su área de trabajo.
El joven de 29 años no pierde el tiempo, pues mientras platica la historia de la panadería de la que se hizo cargo hace cuatro años, sigue amasando, pone azúcar y clara de huevo a la masa. A las 2:00 debe meter las charolas al horno.
La vieja casona ubicada en la calle Constituyentes del Centro de Coatepec, es una panadería desde hace 140 años. Su abuelo materno, Juvencio Báez fue quien le enseñó el oficio desde que era pequeño, y hoy trabaja al menos 18 horas, junto con otras seis personas, para preparar cinco mil piezas de pan al día.
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El panadero está en la incertidumbre, no sabe qué pasará con el predio donde está la panadería, pues los dueños, que viven en la Ciudad de México, mandaron a colocar una lona que anuncia la venta de la propiedad donde se encuentra el legendario negocio.
Esa misma incertidumbre es compartida en la comunidad, ya que un usuario de redes sociales compartió una fotografía de la panadería anunciando su cierre, lo que generó alerta entre sus consumidores y habitantes de Coatepec, considerada la capital del café. Las personas lamentaron la posibilidad de que el legendario negocio pueda cerrar sus puertas.
¿Cómo se enteró Jorge Luis del cierre de su negocio?
El panadero comenta que fue una compradora la que le preguntó a dónde reubicaría la panadería, pues el predio se puso en venta. José Luis dice que no tiene plan B, pues a más de una semana que se colocó el anuncio promocional, los dueños no le han llamado para hablar sobre el posible cierre.
“Una señora vino y nos preguntó que a dónde nos íbamos a ir, y le dije, no, pues por lo mientras aquí vamos a estar. Y nos comentó que estaba un letrero (de venta) afuera (…) ya fue que nos asomamos y vimos el anuncio que se vendía el predio.
“Nos tomó por sorpresa, de hecho, todavía no sabemos nada del dueño, no ha venido a decir nada. Él es de la Ciudad de México y no hemos tenido contacto con él”, cuenta a La Silla Rota Veracruz.
José Luis dice que la publicación en redes sociales, sobre la posibilidad de cierre de uno de los primeros negocios del Pueblo Mágico, generó que muchas personas regresaran a comprar pan, incluso, medios de comunicación los han buscado, lo que les sirve de publicidad.
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La historia de la casona
Junto a la panadería, cuenta, estaban unos baños públicos, incluso en la casona vieja -donde trabaja a diario- está “la calera” que les servía para calentar el agua. Cerca, platica, pasaba el tren y la gente llegaba a la calle Constituyentes a bañarse y consumir pan de leña.
“Dicen que atrás eran unos baños, cuando pasaba el tren aquí paraba y la gente se pasaba a bañar, ahí está la calera y ahí calentaban el agua. Y venían aquí, la panadería siempre ha existido”, dice el entrevistado.
José Luis comenta que desde que era pequeño acompañaba a su abuelo al trabajo, fue observando cómo preparaba la masa y los panes. Es así como aprendió la labor que hoy también le enseña a uno de sus tres hijos. “Es por sentimentalismo, porque me enseñó mi abuelo, pero es un oficio muy bonito”.
“El siempre fue panadero, lo aprendió de su familia, todos los años aquí trabajo”, dice y comenta que murió hace cuatro años, que fue cuando él se hizo cargo del comercio.
En la actualidad, comenta, hay mucha competencia de panaderías en Coatepec, pero su producto es distinto, pues ellos los preparan en horno de leña, lo que le da otra sazón, “tenemos dos hornos que son de leña, entonces si cambia un poquito el sabor”, cuenta mientras otro de los trabajadores corta la leña para el horno de las dos.
Al día, dice Jorge Luis, se preparan al menos unas cinco mil piezas de pan. Los que más se venden son los chamucos y el resobado, lo que le da nombre al local; además de la venta al público, reparten su producto en 20 tiendas del municipio.
“Ahí en la entrada hay canastas, son las que usamos para surtir a las tiendas. Son como 15 o 20 de aquí de Coatepec”.
Dice que para poder surtir a sus compradores asiduos y a las panaderías trabajan desde las cinco de la mañana hasta las 11 de la noche. Son siete personas las que apoyan en la panadería El Resobado, cuenta que uno es el encargado de preparar las masas, los demás preparan los panes y los meten a los dos hornos que prenden al menos dos veces al día.
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Además, la persona que despacha el pan, “a veces vienen mis hijos a ayudarme; tengo tres, y el de 13 es al que le gusta la panadería. A las cinco de la mañana entramos, a las 2 ya está todo lista para repartir, tenemos que echarle ganas, porque repartimos, para que salga el panecito”.
Comenta que algunos de los trabajadores de la panadería están ahí, incluso, ante de que él naciera y lo conocieron de niño, “hay un señor que tiene 25 años, y el más viejito tiene 30, y el que tiene menos trabajando lleva aquí 12 o 13 años”.
José Luis platica que los precios son accesibles al bolsillo de sus clientes, “la pieza chica, la tradicional, es de 2.50; el chamuquito es de tres pesos, algunas piezas de anís, que ya son más grandes, valen seis pesos; y el de requesón vale 12 pesos (…), no hemos bajado ni tamaño, ni nada, creo que estamos en un precio accesible, hemos estado a punto de subirlo, pero no”.
Reconoce que algunos compradores se han sorprendido de los costos de los productos que él vende, especialmente quienes van desde Xalapa, donde dice que un pan llega a costar desde cinco hasta nueve pesos la pieza, “nos dicen que aquí estamos en la gloria”.
El panadero comenta que, además de generar fuentes de empleo, también apoyan a la economía de Coatepec, pues todos los insumos los compran en negocios locales, por lo que el cierre de El Resobado afectaría a varias personas.
mb