XALAPA, VER.- Veintidós años después de haber iniciado su negocio, que da sustento directo a cinco familias además de la suya, Justino Hernández Quiroz, “Tino”, enfrentó una acusación grave que puso en riesgo su fuente de ingresos: lo señalaron de vender carne de perro.
La versión surgió en redes sociales y tras hacerse viral pegó fuerte al local “El Sumidero”, ubicado en la colonia del mismo nombre en Xalapa. El taquero, orgulloso de su negocio, reconoce que los primeros días bajó la afluencia, pero los clientes que se ha ganado durante 2 décadas poco a poco comenzaron a llegar para mostrarle su respaldo y expresarle su confianza.
“La verdad nunca me imaginé que muchos clientes iban a venir a darme su apoyo. Me dicen que confían y que no creen en lo que se dijo en redes; son ellos los que nos están salvando”, comenta en entrevista.
La acusación surgida el 20 de diciembre llevó a Tino a allegarse de un cuerpo de abogados para defenderse, analizando proceder por la vía legal.
Sin embargo, actualmente no pide una indemnización a la usuaria de redes sociales que lo exhibió. Únicamente espera que tenga el valor de retractarse al no mostrar pruebas de que una torta que compró la enfermó supuestamente por ser de perro.
Te podría interesar
DÍAS DIFÍCILES
“Esto ha sido mi fuerte y me quiero mantener y seguir en este negocio", dice un convencido Hernández Quiroz mientras pica la carne rápidamente y atiende sus pedidos, los cuales han empezado a repuntar.
El hombre se sincera y refiere que las ventas fueron difíciles luego de que el 20 de diciembre una mujer, identificada en la red social Facebook como Leonor, afirmó haberse enfermado tras comer en la local de quien hasta ese momento era de sus taqueros favoritos.
La mujer relató que se compró una torta que decidió comerse en su casa. Leonor refiere que era cliente frecuente del lugar, por lo que no esperaba encontrarse entre la carne con un trozo diferente.
La usuaria aseguró saber sobre animales, de ahí que no le convenció que el trozo de carne de su torta correspondiera a un cerdo.
Añadió que dos especialistas le habrían asegurado que lo que comió era carne de perro, lo que se difundió en redes sociales y medios de comunicación.
Tino se defiende de todas las acusaciones sobre el negocio que le ha permitido mantenerse 22 años e insiste en que siempre va a estar dispuesto a dar la cara.
Han sido sus clientes y vecinos los que le han dado ánimos para salir del bache. Actualmente no hay ninguna evidencia o estudio que avalen las acusaciones contra su negocio.
CLIENTES Y EMPLEADOS LO DEFIENDEN
Tino es defendido por sus clientes y trabajadores, quienes piden que antes de atacar o de “linchar” a un negocio primero se cercioren de una acusación, pues no es justo actuar sin pruebas.
Rafael Altamirano lleva casi diez años trabajando con Tino y contó que la joven llegó al negocio molesta, exigiendo pagos por más de 9 mil pesos por supuestos estudios que se realizó tras la intoxicación que supuestamente sufrió por comer la torta.
“Era nuestra clienta de toda la vida, pero tenía muchas contradicciones. Empezó a decir que se enfermó super mal, gravísima y la torta -que compró y donde supuestamente encontró la carne de perro- estaba intacta en la imagen que compartió en redes”, observó.
Debido a que los taqueros no quisieron ceder a las condiciones que planteaba, optando por establecer también sus condiciones, la mujer dijo que los iba “a quemar” en redes sociales, lo que finalmente hizo.
“A eso vienen muchas consecuencias. Es un problema bien canijo. Tenemos 22 años aquí y la gente lo dice, no se han enfermado. Ese día tuvimos mucho trabajo y gracias a Dios ni un enfermo más y dices ‘bueno, algo está pasando´”, relató.
El empleado mencionó que en todo momento la taquería estuvo a favor de apoyar a la comensal con sus gastos, siempre y cuando fueran supervisados, sin embargo, Leonor insistía que era un dinero ya gastado y que se le debía recuperar.
“Da coraje e impotencia. Muchas veces uno se queda callado cuando es verdad, pero con esto no (…), hay que comprobar antes de decir algo. Es la primera vez que nos pasa algo así”.
En el local, una clienta de casi 20 años, también defiende a Tino, pues en todo el tiempo que llevan consumiendo nunca ha presentado una sola molestia; ni ella ni sus familiares.
Edith, de 42 años, refiere que la taquería “El Sumidero” goza de toda su confianza:
“Sabemos que si un problema tenemos en la calle, podemos acudir a él (don Tino). A todos nos conoce, a todos nos ayuda”, señala.
La clienta refiere que cuando leyó sobre la supuesta venta de tacos de carne de perro se preocupó, pero no por suponer que era cierto, sino por las consecuencias que tendría para el negocio de su vecino.
“No se dejen llevar porque nosotros no podemos saber la realidad. La clienta puede señalar mediante un medio electrónico pero no tiene ninguna credibilidad”, acota.
Para quienes lo han apoyado como Edith, Tino está sumamente agradecido: “No hay palabras para esas personas. Es muy chido”, menciona el taquero.
am