La Copa Mundial de la FIFA 2026 será una oportunidad histórica para nuestro país. No solo porque por tercera vez en nuestra historia seremos sede de la máxima fiesta del fútbol, algo que ningún otro país ha logrado, sino porque esta vez lo haremos con una nueva visión, de la mano de gobiernos que han apostado por la innovación, el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas.
Jalisco y Nuevo León, gobernados por Movimiento Ciudadano, serán dos de los grandes protagonistas en esta fiesta del mundo. Para nosotros representa mucho más que una agenda deportiva, es la oportunidad de mostrarle al planeta lo que México puede lograr cuando hay talento, planeación y buenos gobiernos.
Pablo Lemus y Samuel García, encabezan hoy dos de las administraciones más jóvenes, modernas y comprometidas con las políticas públicas que dan resultados. Cuando en 2026 el silbato declare el inicio de la Copa del Mundo, Jalisco y Nuevo León no solo vibrarán con goles: se convertirán en epicentros de alegría, cultura y dinamismo económico, gracias a gobiernos ciudadanos que apuestan por el futuro.
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El Mundial no solo se trata de números también es identidad, es cultura y una ocasión para compartir con el mundo la riqueza de nuestras tradiciones, nuestra gastronomía, la calidez de nuestra gente y la pasión que el fútbol despierta en millones de mexicanas y mexicanos de todas las edades.
Jalisco será epicentro de emociones, cultura y modernidad. La capital jalisciense no solo ofrecerá un estadio de clase mundial como el Akron, también brindará una experiencia urbana que combina historia, gastronomía, tecnología y tradición. Desde el mariachi hasta las nuevas rutas aéreas internacionales, pasando por la renovación de su infraestructura hotelera y urbana, Jalisco ha hecho lo necesario —y más— para que el balón ruede en un entorno a la altura del evento deportivo más importante del planeta.
Del lado norte, Nuevo León no se queda atrás. El Estadio BBVA, uno de los más modernos del continente, será el punto de encuentro para miles de visitantes de todo el mundo. Pero más allá del estadio, lo que destaca es una ciudad que se ha preparado en todos los frentes: inversión en servicios, conectividad aérea, fortalecimiento de la seguridad y una oferta cultural que complementa la experiencia deportiva. Nuevo León ha entendido que un Mundial no solo se organiza, se diseña con inteligencia y se proyecta como legado.
Ambas entidades han sido ejemplo de lo que significa planear a largo plazo. En Jalisco, las estimaciones oficiales apuntan a más de 2 millones de visitantes durante el torneo, con una derrama económica de más de mil millones de pesos para el sector turístico y de servicios. En Nuevo León, los cálculos prevén más de 375?000 visitantes y beneficios directos superiores a los 120 millones de dólares. Pero más allá de las cifras, lo que importa es lo que dejan: empleos, inversión, posicionamiento internacional y sobre todo, orgullo ciudadano.
Lo que está ocurriendo en Jalisco y Nuevo León es reflejo de gobiernos que han puesto a las personas en el centro. Que han entendido que el deporte también es una herramienta de desarrollo económico, de integración social y de proyección cultural. Que no basta con tener estadios: hay que tener proyecto, visión, equipo y disciplina.
Y así, mientras el mundo espera con emoción la llegada del Mundial, en Jalisco y Nuevo León la fiesta ya comenzó. Porque los gobiernos de Movimiento Ciudadano no improvisan: trabajan. Y porque cuando se gobierna bien, se puede mirar al mundo con la frente en alto, sabiendo que lo que viene será mucho más que fútbol: será historia.
Mtro. Agustín Torres Delgado
Secretario General de Acuerdos
Movimiento Ciudadano
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