Actualmente en la Ciudad de México así como en casi todo el territorio mexicano, a excepción de los estados de Coahuila, Sonora, Guerrero y Quintana Roo, las corridas de toros son espectáculos lícitos sin tener prohibición alguna para su ejecución; lo cual provee todas las facilidades jurídicas, económicas y administrativas a los empresarios taurinos para llevar a cabo los festejos en la afamada Monumental Plaza de Toros, con la participación de toreros mexicanos de fama internacional como “El Payo” oriundo de Querétaro, Héctor Gutiérrez y Joselito Adame ambos de Aguascalientes, Alejandro Talavante Badajoz España, Diego Silveti Casa Vieja España y Pablo Hermoso de Mendoza Estella España, por mencionar a algunos.
La Monumental, es la plaza de toros más grande del mundo y la cuarta a nivel internacional, construida en 1944, a cargo del ingeniero Modesto C. Rolland ostentando sus fachadas con las esculturas del maestro valenciano Alfredo Just, la cual, cuenta con capacidad de albergar en un solo evento a 41.000 personas; es así; que su dimensión, arquitectura e historia han hecho de este espacio un lugar de análisis sociojurídico, llevando el tema de las corridas de toros a debate nacional, lo cual puede advertirse en los diversos amparos que se han logrado llevar a instancias federales, uno de ellos es el expediente 910/2022 iniciado a petición de la Asociación Civil Justicia Justa, el cual busca la prohibición de las corridas de toros en la Monumental, siendo el Juez primero de Distrito en Materia Administrativa Jonathan Bass Herrera quien ordenó como medida cautelar la prohibición de los espectáculos taurinos mientras se lleva a cabo la determinación.
Esa decisión orilló al gremio taurino a anunciar la cancelación de la Temporada Grande 2022-2023, por lo que el 15 de mayo del 2022 se celebró la última corrida en dicho recinto, sin embargo el 3 de diciembre del 2023, durante sesión privada, los integrantes de la Segunda Sala de la Suprema Corte acordaron aprobar el proyecto presentado por la ministra Yasmín Esquivel Mossa, qué inquirió la posibilidad de revocar la suspensión definitiva que mantenía frenada la realización de los espectáculos taurinos, dicha decisión dio paso nuevamente a los espectáculos taurinos.
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La remoción de la medida cautelar derivó en el amparo 152/2024, promovido por la Asociación Civil “Todas y Todos por Amor a los Toros” recayendo en manos del Juzgado Quinto en materia administrativa de la Ciudad de México, lo que alentó al el gremio empresarial taurino a promover una queja ante dicha medida, dando como resultado el regreso de las corridas de toros, esto a 20 meses después su suspensión, lo cual se anunció con bombo y platillos por parte de la afición taurina, y puede observarse en su publicidad, ostentando la locución “...¡Regresan los Toros a la México!...” siendo lidiados los toros de Villa Carmela propiedad de Eduardo Arena Barroso.
La permanencia de las corridas de toros en la Ciudad de México, así como en el resto del país, es un tema que ya ha llegado a las manos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien considera la Consulta Popular como el mecanismo idóneo para definir su futuro, como lo expresó en la Mañanera del 8 de diciembre del 2023 “…Yo estoy seguro de que participaría mucha gente y eso le daría mucha fuerza. No es nada más un asunto legal, es un asunto moral y político, para que no tengan que estar decidiendo sobre estos temas, que son de interés de mucha gente, solo unos servidores públicos. Que dependa del pueblo, no hay que tenerle miedo al pueblo, hay que confiar…”. (Sic.)
¿Es posible la prohibición de espectáculos que utilicen animales como blanco de diversión?
El camino de la abolición de espectáculos en los que se involucre el maltrato animal, ha ido avanzando cada vez más, dejó de ser una lucha de unos pocos, a ser una lucha de toda la sociedad.
Uno de los grandes ejemplos es el amparo revisión 163/2018, resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el cual se determinó la constitucionalidad de la prohibición las peleas de gallos en el Estado de Veracruz, amparo que abrió paso a los demás estados del país en busca de la dignidad y protección de la vida de los animales, lo que significa qué, el análisis jurídico sobre la utilización de ellos se ha abierto desde el tribunal más importantes del país, es decir, ahora se habla de que el uso de los animales, en espectáculos conlleva una estrecha relación con la protección de los derechos humanos de cualquier persona, como lo podría ser el derecho a una vida libre de violencia, el derecho a un medio ambiente sano por mencionar algunos. Abriendo la oportunidad de concebir que toda actividad cultural, social, exhibición, show, desfile, ceremonia etc… no sea a consumado a través del sufrimiento y maltrato a la vida animal
¿Las corridas de toros tienen futuro en México?
El estatus actual de la tauromaquia ha sido el resultado del trabajo disciplinado de la sociedad civil, el cual ha sido llevado a cabo desde diferentes frentes, como el arte, la educación, la investigación y actualmente desde la política y el litigio estratégico. La abolición de las corridas de toros ha llegado a ser un tema de interés público nacional, reconociendo que el camino para su pronta prohibición aún es incierto, ya que son diferentes actores y factores son los que pueden dar fin a esta actividad.
La prohibición de actividades que permeen violencia es una responsabilidad del Estado y de la sociedad misma, al exigir su desaparición, así como solicitar que los espacios públicos no sean utilizados para la práctica de tales barbaries.
¿Es ética la tauromaquia?
De acuerdo al Glosario de Términos Taurinos el toro de lidia es aquel que se cría en el campo para el toreo, el cual se ocupará para la lidia que implica el conjunto de suertes que de forma ordenada dan sentido a la corrida, en dicha corrida el toro realiza embestidas que a decir del glosario taurino es la acción propia del toro bravo cuando acomete al bulto o al engaño, en dicha lidia el torero utiliza su banderilla, la cual es un Palo delgado de 70 a 80 cm de largo, armado de una lengüeta de hierro en uno de sus extremos. Lo anterior es solo la mención de algunas palabras y acciones reconocidas en la fiesta brava, la cual es mucho más elaborada y no es deseo de una servidora omitir todo el procedimiento de la lidia, sin embargo, la misma descripción de esta actividad, conlleva utensilios que han sido elaborados para dar muerte al animal, a través del engaño, el cuál fue criado exclusivamente para ser utilizado en una lidia y la muerte es el único final que le puede esperar al toro seleccionado.
A decir de José Enrique Zaldívar, investigador y veterinario fundador y presidente de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal, ubicada en España, refiere; “el toro sufre una enorme agonía durante la lidia”. Además de provocar lesiones anatómicas como son la rotura de músculos, de ligamentos, tendones, vasos, y nervios, a causa de los instrumentos empleados por los toreros, también se producen fracturas de estructuras vertebrales, de costillas y de sus cartílagos de prolongación. Las puyas insertadas en el animal durante la lidia le limitan su movilidad, ya que afectan al plexo braquial, que se ocupa de la inervación del tercio anterior”. “Como consecuencia de las puyas el toro puede perder entre un 8 y un 18% de su volumen sanguíneo”. La estocada le provocará la muerte por una profusa hemorragia en la cavidad torácica. “En sólo el 20% de las ocasiones la espada va a seccionar los grandes vasos del tórax, lo que haría la agonía más corta”, comenta Zaldívar.
La puntilla le provoca la asfixia por cortarle el bulbo raquídeo. Según las analíticas sanguíneas realizadas por los veterinarios, existen graves alteraciones orgánicas durante la corrida.
“El 93% de los toros lidiados presenta acidosis metabólica, compatible con el sufrimiento, y la incapacidad del organismo para regular sus constantes vitales”, señala Zaldívar.
Dentro de las posibilidades y responsabilidades que tiene la sociedad mexicana, está el decidir y apostar por una sociedad más justa, en donde los animales sean tratados con respeto, en donde la violencia no sea utilizada con fines económicos y mucho menos justificándola en un supuesto arte, que solo radica en la muerte y tortura de un animal, la sociedad sabe perfectamente el camino que desea tomar, sabe que la violencia en cualquiera de sus manifestaciones no es opción, sabe que las futuras generaciones merecen un México en pacificación, justo y encaminado a la dignidad de la vida misma.
Ahora la respuesta es simple, las corridas de toros, no son éticas, no son justas, no son arte, no son economía, no son diversión, no son lo que este país merece llamar arte ni cultura.
mb