“Las manifestaciones del pensamiento deben ser sagradas para un gobierno liberal de verdad; la libertad de palabra y de prensa no deben tener restricciones que hagan inviolable al Gobierno en ciertos casos y que permitan a los funcionarios ser indignos y corrompidos fuera de la vida pública.” Ricardo Flores Magón.
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En la revista Llave Empresarial del 30 de mayo del 2006, Año XV No. 363/Segunda época, que entonces coordinaba el maestro de los maestros de los periodistas veracruzanos, Luis Velázquez Rivera, publiqué un artículo de nombre “A mayor corrupción mayor pobreza” (págs. 42 y 43).
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Aparecen en el texto sendas fotografías de “BEJARANO Y AHUMADA. Rostros de la corrupción en México”. Hoy el señor René Bejarano, mejor conocido en el bajo mundo de la política como “el señor de las ligas”, es parte del elenco estelar de la 4T.
Esto me llevó al libro “EL GRAN CORRUPTOR”, escrito por Elena Chávez González, Grijalbo, Noviembre de 2023, donde se lee en capítulo 3, llamado El compló de Ahumada y los fantasmas del pasado, página 59, lo siguiente:
“Hay fantasmas que nunca se van. Y no me refiero a algo sobrenatural, sino a personas vivas que son una pesadilla para otros.
"Uno de ellos es Carlos Ahumada Kurtz, el empresario argentino que convulsionó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador hace casi dos décadas en el Distrito Federal (2000-2005). López Obrador ha negado conocerlo personalmente, a pesar de que sus colaboradores cercanos, René Bejarano, Gustavo Ponce y Carlos Imaz, fueron evidenciados recibiendo dinero en efectivo en sobres y maletas, lo que originó los famosos videoescándalos de 2004”.
En el año 2006 expliqué que existe una relación irrefutable entre corrupción y pobreza: a mayor corrupción mayor pobreza. En la geografía del Tercer Mundo abundan los ejemplos de pobreza lacerante asociada a gobiernos corruptos, pero no tenemos que ir muy lejos para señalar un prototipo de esta situación, lo tenemos en casa. La lacerante y brutal corrupción del pasado en nuestro país es lo que originó el cambio de gobierno en 2018, si bien, a juzgar por lo que ahora ocurre, nos está saliendo más caro el caldo que las albóndigas.
Cuando un país pobre se endeuda mucho con el resto del mundo y usa los préstamos para invertir en capital productivo, no tendrá problemas con la deuda, siempre y cuando los proyectos en que se inviertan los recursos tomados en préstamo ofrezcan tasas de rendimiento superiores al crédito de la deuda.
En cambio, los países que obtienen préstamos del resto del mundo y usan los recursos en proyectos sin justificación económica cuyo único fin pareciera ser el enriquecimiento ilícito de una clase gobernante corrupta, son los que se ven abrumados por la deuda.
Durante la década de los años setenta, y ante el aumento significativo de los precios de las materias primas, nuestro país se endeudó enormemente. En diciembre de 1970, la deuda externa era de 3 mil millones de dólares mientras que, en 1982, después de 12 años de incontenible corrupción, el país debía casi 80 mil millones de dólares.
Este periodo donde dos gobiernos populistas, que tanto admira el Presidente AMLO y a cuyas políticas retrogradas está regresando a pasos agigantados, obligaron al país a dar un giro al que cotidianamente condena el jefe del ejecutivo.
No se puede negar que en la década de los 80 cayeron los precios de las materias primas y que las tasas de interés aumentaron de manera significativa, debilitando a los países pobres, pero es también incuestionable que las crisis históricas que ha sufrido nuestro país de ninguna manera hubieran sido tan dolorosas, si los gobiernos de la república hubieran sido eficientes y honestos, situación que parece no entender o no quiere entender AMLO, quizá porque fue parte de dichos gobiernos.
El 09 de diciembre de 2023, en Pungarabato, Guerrero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador en un tono iracundo, soez, impropio de su investidura, afirmó: “Pues ese modelo es el que querían de nuevo mantener eternamente en nuestro país, nada más que el pueblo dijo ‘basta’ y se acabó ese pinche modelo”. ¿Será que siente pasos en la azotea?
Si revisamos el epígrafe, que tomé del “Programa del Partido Liberal y Manifiesto a la nación que se dio en St. Louis, Mo., julio 1 de 1906, (uno de los documentos históricos que más admiro), nos damos cuenta de que nos gobierna un conservador, que se aparta completamente de las ideas liberales de Ricardo Flores Magón a quien dice admirar.
Del texto mencionado reproduzco el siguiente párrafo:
“Llegamos a la última parte del Programa, en la que resalta la declaración de que se confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos en la presente época de tiranía. … Las riquezas de los actuales opresores, desde la colosal fortuna del Dictador hasta los menores capitales de los más ínfimos caciques, provienen sencillamente del robo, ya de los particulares, ya de la nación.”
Las metástasis del cáncer de la corrupción de nuestro país, que han proliferado y que acertadamente ha documentado, desde las entrañas del monstruo, Elena Chávez González, en “EL GRAN CORRUPTOR” generan un par de preguntas:
¿Los infractores de la 4T recibirán el castigo que merecen al terminar su fatal sexenio?
¿Serán confiscados sus bienes como recomendaba Ricardo Flores Magón?
Concluyo con una buena noticia, Xóchilt Gálvez la precandidata a la presidencia por el movimiento Fuerza y Corazón por México, el 21 de diciembre 2023, incorporó a su equipo de trabajo a Max Kaiser Aranda, quien es un verdadero experto en políticas anticorrupción, además de ser un severo crítico de la administración de AMLO.
Pero esa es otra historia.
fm
