XALAPA, VER.- “La práctica regular de actividad física puede llegar a disminuir la presión arterial al menos un 15 %, lo que se asocia con la reducción aguda del riesgo cardiovascular”, afirmó el especialista Carlos Manuel Chacón Rodríguez durante la charla “Hipertensión bajo control: el ejercicio como tu mejor medicina”.
La sesión educativa –en modalidad virtual– fue llevada a cabo por la Coordinación Médica del Sistema de Atención Integral a la Salud de la Universidad Veracruzana (SAISUV).
Hipertensión es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales cuando es impulsada por el corazón y representa uno de los principales problemas de salud pública, al afectar a cerca de mil millones de personas en el mundo. Chacón Rodríguez advirtió que es un factor de riesgo para padecer enfermedades cerebrovasculares, cardiovasculares y renales.
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Explicó que los valores normales de presión deben ser menores a 120 sobre 80 milímetros de mercurio; para considerar a una persona hipertensa no basta con una sola toma de presión arterial, ya que esta puede variar por factores como el “síndrome de la bata blanca”, que se presenta cuando se eleva únicamente en consulta por nerviosismo.
El incremento de apenas dos milímetros de mercurio aumenta —válgase la redundancia— el riesgo de cardiopatía en 4 % y de accidente cerebrovascular en 6 %; por ello, recomendó adoptar hábitos saludables que incluyen la pérdida de peso corporal, la mejora en la alimentación, la reducción del consumo de alcohol y la práctica constante de ejercicio físico.
Enfatizó que el ejercicio aeróbico puede disminuir entre cuatro y ocho milímetros de mercurio en personas hipertensas, de ahí que el Colegio Americano de Medicina del Deporte, la Asociación Americana del Corazón y la Sociedad Europea de Cardiología recomiendan realizar de tres a cinco días por semana actividad física moderada o vigorosa.
Sobre la duración, precisó que, si la intensidad es moderada, deben ser al menos 30 minutos al día, que pueden dividirse en tres segmentos de diez minutos cada uno; si es vigorosa, bastan 20 minutos. Entre los ejercicios sugeridos están caminar, trotar, bailar, andar en bicicleta o remar, que son actividades cíclicas y continuas.
En la segunda parte de la plática, Carlos Manuel Chacón habló del efecto hipotensor post-ejercicio físico, que definió como la disminución aguda y significativa de la presión arterial después de una sola sesión de ejercicio. Durante la práctica la presión aumenta, pero al finalizar el cuerpo activa el sistema nervioso parasimpático, baja el cortisol y se libera óxido nítrico, lo que relaja las paredes arteriales y permite que la presión descienda, apuntó.
Distinguió tres tipos de ejercicios con distintos beneficios: el dinámico, como caminar o nadar; el isométrico, en el que se mantiene una postura como las planchas o sentadillas, y el concurrente, que combina fuerza y ejercicio dinámico.
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“Este último puede mantener el efecto hipotensor hasta por 24 horas o más; mientras que el dinámico dura de dos a 22 horas, y el isométrico unos 45 minutos”, reiteró.
Recomendó practicar preferentemente por las mañanas para aprovechar durante todo el día el efecto hipotensor post-ejercicio, y subrayó la importancia de acercarse con un profesional de las ciencias del movimiento humano o educador físico, porque es quien debe indicar la intensidad, frecuencia y tipo de ejercicio más adecuados.
Advirtió evitar movimientos que eleven los brazos o las piernas por encima de la cabeza, ya que esos movimientos aumentan la presión arterial; y sugirió suspender temporalmente la práctica si los valores de presión no son normales.
Finalmente, destacó que el ejercicio “es una herramienta poderosa, no farmacológica, que debe formar parte del tratamiento y no solo de la prevención, que se complementa con cambios en el estilo de vida, cuidar el sueño, evitar los alimentos ultraprocesados y eliminar el consumo de alcohol”.
