XALAPA, VER. - Vecinos de la colonia Zippor, en Xalapa, se manifestaron desde el martes 27 de junio para exigir una explicación sobre la tala de árboles en la zona de Arco Sur, donde se construye el estadio de básquetbol, que será el nuevo Nido del Halcón.
Durante el plantón de los colonos se denunció que la obra, que realiza Espacios Educativos, no cuenta con permisos de impacto ambiental y existe un riesgo para la población, por lo que lograron parar la construcción.
Desde el fin de semana del 24 de junio se inició con la tala de árboles y la apertura de un camino en dónde se va a colocar un colector pluvial que permitirá la captación de agua de lluvia y el drenaje del Nido. En solo una noche se dio el derribe de los árboles lo que alertó a los pobladores de la zona, pues esa área verde estaba protegida, al ser de los pocos pulmones de la ciudad.
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Tras la manifestación se conoció que la obra a cargo de la empresa Checa SA de CV., propiedad de Manuel Fernández Chedraui, no cuenta con los permisos para realizar los trabajos de deforestación, ni un plan para reforestar el área verde.
Al respecto, Beatriz Torres Beristain, integrante del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana (UV), consideró que muchas de las obras que se están realizando, lo mismo que el crecimiento de la ciudad, carecen de planeación.
La experta valoró como un foco rojo que la obra, que lleva al menos dos meses en construcción, no cuente con los permisos de impacto ambiental y de daño al entorno, cuando deben son la base para cualquier edificación.
“Es muy preocupante la situación que se está dando (en Arco Sur) y en otras partes (de la ciudad). Se está ampliando la mancha urbana sin ninguna planeación, eso es lo que a nosotros nos parece, porque vemos estás acciones”, dijo en entrevista con La Silla Rota.
La especialista comentó que se está padeciendo un grave problema de agua, pues del liquido que se debería llegar a las casas el 40 por ciento se desperdicia por las fugas en tuberías, y se quiere satisfacer el agua, pero se están talando árboles.
“Hay un desprecio a los servicios ambientales y lo que dan los árboles y su ecosistema. Tenemos que dejar de pensar que se trata solo de árboles, a su alrededor hay todo un ecosistema, de flora y fauna”. Dijo la especialista.
Torres Beristaín comentó que la tala también pone en riesgo a las casas en la zona baja de donde se están cortando los árboles, pues la lluvia podría arrastrar la tierra que está suelta, “no sólo es un ecocidio, hay riesgo para la gente cercana si la tierra se empieza a deslavar, es probable que vengan lluvias torrenciales en lo que resta del año, tenemos un suelo desnudo”.
La proyección de las grandes obras no se socializa con los vecinos, denunciaron, "no se explica los efectos ni la manera de remediar los daños y todo se hace en lo oscurito, y la gente reacciona cuando ya es demasiado tarde (...) nos tratan como menores de edad”. Dijo Torres.
fm