XALAPA, VER.- La ciudad de Xalapa esconde muchas historias de lucha, entre ellas la de Pedro Morales, un hombre que está por llegar a la tercera edad y que se enfrenta a diario a la adversidad para subsistir. Pedro, como muchos otros adultos mayores en Veracruz, vive en una situación de desatención y abandono, pero busca salir adelante sin pensión gubernamental ni cuidados.
Él ha pasado la mayor parte de su vida en la calle en Xalapa, sorteando el tráfico. Antes se ganaba la vida limpiando vidrios, hasta que fue atropellado. Ahora lleva letreros con mensajes religiosos en un crucero del Circuito Presidentes, en donde recoge las monedas que algunos automovilistas le arrojan a un bote de “Chocomilk”.
Pedro no siempre vivió en Xalapa. Proveniente de Tabasco, llegó a la ciudad después de ser arrollado por una camioneta y de la muerte de su esposa a causa del cáncer. Fue la iglesia cristiana pentecostés quien le tendió la mano en ese entonces y cuyos integrantes le recomendaron mudarse a Xalapa para rentar un cuarto en la colonia Revolución.
Te podría interesar
Pedro se convirtió en un sobreviviente en los cruceros de la ciudad, aunque le aterroriza “quedar muerto” en la carretera por otro accidente. Con letreros en mano, evocando versículos de la Biblia, pide caridad y a veces las personas también le comparten alimentos, aunque Pedro prefiere cocinar y también ayuda a los vecinos de la colonia haciendo mandados “a cambio de un taco” o de algo para beber.
Pedro es sólo uno de los muchos adultos mayores que experimentan situaciones similares en México y en la entidad. Una de cada 10 personas de la tercera edad experimentó maltrato al cierre de diciembre de 2018 en Veracruz y por lo menos un 10 por ciento de las personas de 60 años o más requieren la asistencia de un cuidador, pero según especialistas, el abandono que padece este sector de la población se está convirtiendo en un problema social en Xalapa.
A pesar de su situación precaria y las dificultades que tiene para caminar, él mantiene una actitud positiva y trata de mantener la esperanza de que las cosas mejorarán. Sabe que nadie está exento de un accidente y que cualquier día puede ser su último día en las calles de la capital, pues ya lo vivió de primera mano.
“Yo antes limpiaba vidrios y después del accidente no fue lo mismo (…), desde niño he estado trabajando en los cruceros, toda mi vida ha sido en los cruceros. Por el destino, unos viejos borrachos estaban tomando, me alcanzaron (arrollaron) y se fueron, pero ya me dijeron que a ellos después los mataron porque eran gente mala”.
Lo ayudan gracias a la biblia
En su jornada sorteando vehículos, Pedro lleva letreros en donde evoca versículos de la Biblia, entre estos el Salmo 33: “Jehová es mi pastor, nada me faltará” y el Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”.
“Y ya la gente cuando lo lee pone unas monedas y me dice ‘Dios te bendiga’, ‘Dios te ama’, ‘Bendiciones’. La gente, al momento de leerlo, dice ‘ah, este señor quiere el dinero para bien, no lo quiere para mal, no lo quiere para el vicio, es para comer, para vivir', porque lo que yo gano es para sostenerme’”.
En el caso de Pedro, su sustento proviene de la solidaridad de los conductores y de vez en cuando, las personas le comparten alimentos o bien, se cocina para sí mismo, sin tener acceso a los apoyos de los Programas del Bienestar porque no alcanza la edad.
“Me hago de comer mi huevito con jamón, ya con lo que yo sé hacer, a veces la señora de una fonda me regala un taco cuando puede. Yo le hago mandados y le traigo sus tortillas, siempre compra tres kilos”, menciona.
Con su esposa, que falleció por cáncer de mamá hace 11 años, Pedro tuvo una hija, misma que nació con una discapacidad al no desarrollar por completo su fémur y por lo tanto se ve obligada a usar silla de ruedas. Actualmente ella vive con su abuela materna, aunque Pedro prefiere no decir en qué ciudad.
Su día a día inicia en la Colonia Revolución, en el norponiente de Xalapa, en donde aborda un camión de la ruta Campo de Tiro con rumbo a Los Sauces y de ahí, transborda una ‘combi’ para trasladarse a Circuito Presidentes. “A veces llego aquí a las ocho y cuando me duelen mis pies, que ya no aguanto, me voy a la una o a las dos, porque está fuerte el sol y no aguanto”.
Tras su accidente en Tabasco, una familia de cristianos le recomendó mudarse a Xalapa “porque está más tranquilo”. La entrevista con don Pedro transcurre en medio del tráfico del Circuito Presidentes y a mitad de la conversación, un vehículo perdió una llanta en medio de un ruido seco y ensordecedor de la ponchadura llenándolo de miedo.
“A esto es que me arriesgo para tener un taco, una moneda, como ya estoy asustado, tengo miedo de que un día quede aquí y ya, me da cosa que un día de estos yo quede aquí, ese es mi temor, mi miedo. Nadie está exento, nadie está seguro” expresa con la voz cortada.
Con maltrato, uno de cada 10 adultos
En 2018, la Encuesta sobre Salud y Experiencias de Vida de Personas Adultas Mayores exhibió que al menos el 16.8 por ciento de las personas de la tercera edad en el municipio de Xalapa sufrió un episodio de maltrato en su contra.
En términos generales, entre los tipos más recurrentes de maltrato destaca el psicológico, con 14.4 por ciento de los casos; además del económico, físico, negligencias e incluso el abuso sexual. Adicionalmente, el 10 por ciento de los adultos de 60 a 69 años en promedio requieren un cuidador y de los 70 a 79 años dicha necesidad aumenta a un 15 por ciento entre el 25 por ciento de los adultos mayores de 80 años.
Sin embargo, dicho cuidado implica un costo en promedio de los 300 pesos por ocho horas de cuidados en horario diurno a los 500 pesos para cubrir el turno de noche. De acuerdo con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), de 2018 a 2021 hubo un descenso en el país de casos de abandono y de violencia contra las personas de la tercera edad.
Asociado al maltrato, la persona en tercera edad puede atravesar por episodios de soledad, abandono y un distanciamiento de su esfera social, en muchos casos su familia, alertó el médico geriatra Gerardo Ruiz Moya, quien es presidente de la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría en Veracruz.
El especialista advierte que el abandono se genera de manera gradual, primero, con la muerte de la pareja, luego de los amigos o familiares y de repente el paciente se va quedando solo “como en el pico de una pirámide”. A lo anterior, advirtió que a una persona con abandono se le dificulta pedir ayuda debido a sus principios, a sus características psicoemocionales o a su idea de autosuficiencia.
El especialista recalca que aparte de la difusión, es necesario incidir y promover en la sensibilización con las personas de la tercera edad y enfatiza que minimizar las quejas o sentimientos de los adultos mayores es una expresión de violencia contra ellos. Por lo anterior, recomendó darle lugar a los principios de moralidad y recuperar el amor brindado a las personas mayores al interior de los hogares.
Explicó que de los tres tipos de pacientes que atiende dicha especialidad, la geriatría se enfoca a las personas que en un punto de su vida enferman o experimentan un daño estructural en los órganos por diabetes, hipertensión o problemas del corazón y tienen que ser intervenidos por el sistema de salud.
Sin embargo, enfatizó en la necesidad de más espacios en las ciudades dirigidos a personas de la tercera edad, aunado a establecer un marco normativo a nivel institucional para brindar atención inmediata a las personas con un tipo de enfermedad o patología.
vtr