XALAPA, VER.- Este viernes 5 de diciembre Senado de la República aprobó por unanimidad —con 94 votos a favor— declarar el 3 de mayo de cada año como el Día Nacional de la Prevención de Desastres Químicos. El decreto aprobado fue tras una iniciativa de la senadora Laura Itzel Castillo Juárez y tuvo el respaldo de la presidenta de la Comisión de Seguridad Pública, Jesús Lucía Trasviña Waldenrath.
La elección de la fecha no es fortuita: conmemora la explosión ocurrida el 3 de mayo de 1991 en la planta de plaguicidas de la empresa Agricultura Nacional de Veracruz S.A. (ANAVERSA), en Córdoba, Veracruz — considerada la tragedia química más grave en la historia del país.
Tragedia en ANVERSA hace 28 años
En 1962 comenzó a operar en el barrio La Estación, en Córdoba, Veracruz, la planta Agricultura Nacional de Veracruz S. A., dedicada a la formulación de plaguicidas. El establecimiento se ubicó en una zona habitacional rodeada de escuelas, comercios y viviendas populares, pese a que manejaba sustancias de alta peligrosidad. Aunque oficialmente producía cinco pesticidas, su fachada anunciaba más de 20, lo que revelaba almacenamiento y posible elaboración de químicos no autorizados.
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El 3 de mayo de 1991, un incendio seguido de una explosión liberó una densa nube tóxica que cubrió parte de la ciudad. La emergencia fue atendida sin información clara sobre los compuestos liberados, lo que dejó a miles de habitantes expuestos. Los vecinos de las calles aledañas fueron los más afectados.
La combustión de los plaguicidas generó dioxinas y furanos, compuestos extremadamente tóxicos y persistentes. A lo largo de los años se han documentado efectos en la salud como cáncer, alteraciones hormonales, daños reproductivos y problemas en el desarrollo. La Asociación de Afectados estima que más de 1,500 personas han fallecido por secuelas vinculadas al siniestro, aunque las autoridades nunca reconocieron oficialmente esos daños, salvo algunas intoxicaciones agudas atendidas el mismo día.
Ante la falta de respuesta institucional, los pobladores acudieron a la CNDH, que emitió la Recomendación 99/1991 para exigir reparación del daño, atención médica especializada y vigilancia epidemiológica. Pese a ello, las medidas nunca se cumplieron. En el docuemento se pidió a los entonces titulares de Salud (Jesús Kumate Rodríguez) y de Desarrollo Urbano y Ecología (Patricio Chirinos Calero) reparar los daños.
Memoria nacional
El decreto recién aprobado señala que esta conmemoración tiene como propósito mantener viva la memoria de las víctimas, reconocer su sufrimiento y, sobre todo —subrayan los legisladores— impulsar una cultura permanente de prevención, inspección y vigilancia en el manejo de sustancias químicas peligrosas.
Al justificar la medida, los legisladores destacaron que los desastres químicos tienen consecuencias graves e irreversibles para la salud humana —incluyendo efectos crónicos como cáncer o daños al sistema inmunológico— y para el medio ambiente, contaminando agua, suelo y aire.
Con esta aprobación, el Senado espera que cada 3 de mayo se convierta en una jornada de reflexión, prevención y concientización sobre los riesgos químicos, así como un recordatorio del deber del Estado y la sociedad de proteger la vida, la salud y el entorno.
En memoria de la tragedia ambiental y de salud pública provocada por la explosión en la empresa Agricultura Nacional de Veracruz S. A., conocida como ANAVERSA, en 1991; el Senado aprobó declarar el 3 de mayo como el “Día Nacional de la Prevención de Desastres Químicos”.
fm