COATZACOALCOS, VER. - A bordo de su combi blanca, Pablo Cruz Miranda llega todas las noches a la zona donde descansan los migrantes varados en Coatzacoalcos, Veracruz, para otorgarles ayuda. Una labor altruista que realiza por iniciativa propia, desde hace casi un año, como parte de su vida cristiana.
Trata de llegar todos los días, y decidió hacerlo porque asegura que es una forma de demostrar el amor a su prójimo, y practicar las enseñanzas de la biblia.
“El trabajo aquí esta, no solo en las iglesias, y mi trabajo es este, yo trato de hacerlo con palabras de aliento, porque ellos vienen pasando una crisis, de por si es difícil desde que salen de su casa despegarse de su ser querido, y les es más difícil porque vienen sufriendo”, expresa el altruista, que asegura lo hace sin pedir nada a cambio.
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Sin importar la lluvia o el frío, Pablo les lleva café, pan, agua embotellada, ropa y dulces a los migrantes pequeños. Trata de repartir todo en cada entrega, incluso les da la oportunidad de volver a agarrar alimentos y bebidas.
Todo lo compra con el dinero que gana trabajando o donaciones de familiares y amigos. En cada entrega, siempre tiene una palabra de aliento.
“Casi siempre les traigo de comer y beber, aunque no siempre puedo mucho, pero lo que Dios me da lo comparto con ellos”, afirma.
”Pablo es una esperanza para nosotros”: migrantes
Se queda durante dos horas compartiendo alimentos y palabras de aliento con sus “hermanos extranjeros”, como él los llama.
Los migrantes que llevan varios días en los bajos del puente de la avenida Uno, agradecen la ayuda de pablo, a quien califica como un gran ser humano.
“No todas las personas tienen ese buen corazón, por eso puedo decir que dios lo siga bendiciendo grandemente por lo que hace por nosotros; si yo creo que es bueno para nosotros porque es muy difícil, muy complicado”, señala Kendra, originaria de Venezuela.
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Enrique, otro migrante de Ecuador, asegura sentirse, “agradecido con ello, porque venimos sufriendo, nosotros venimos deportados de estados unidos y todo el tiempo nos han ayudado estas personas”.
El oriundo de la Ciudad de México, asegura que realizará esta labor hasta que Dios se lo permita.
“Cada día es diferente, cada día dar es más porque dice la biblia que hay más alegría en dar que en recibir, por eso cada día que vengo aquí de plano me llevo algo nuevo”, finaliza Pablo.
mb