XALAPA, VER.- En Tlacotalpan, municipio Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, no solo podrás disfrutar del son jarocho, un paseo en bicicleta a lo largo de la cabecera municipal o en lancha por el río Papaloapan, también, podrás deleitar el tradicional torito de limón -y otros sabores- en uno de los lugares más representativos de la ciudad.
En el primer cuadro de la ciudad, donde se encuentra el Ayuntamiento, el Santuario de la Virgen de la Candelaria, su kiosco y la impecable arquitectura al estilo colonial, también se ubica un bar muy emblemático del municipio y no solo por como preparan las tradicionales bebidas a base de alcohol que nos dejaron nuestros ancestros, sino por quienes las visitan y han visitado.
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Se trata de bar Blanca Nieves, ubicado a unos cuantos pasos del palacio municipal, en el pasaje que le llaman localmente "los portales", un sitio que alberga comercios de diferentes giros dentro de casonas construidas antes de los años 1900. Este lugar es un referente histórico de Tlacotalpan por la permanencia de más de 70 años y por el recuerdo memorable que le dejó el poeta veracruzano Agustín Lara al cambiarle de nombre.
Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso Rojas Canela del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, mejor conocido como Agustín Lara, nació el 30 de octubre de 1897 en la ciudad Patrimonio Cultural de Tlacotalpan. El poeta y músico veracruzano, recordado por sus canciones de bolero, visitó en 1965 el bar Blancanieves y le cambió de nombre por esta razón.
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En entrevistas que ha dado Tobías Carvajal Domínguez, actual dueño del Bar Blancanieves, cuenta siempre con entusiasmo a los turistas, historiadores, medios de comunicación, personajes de la política y artistas que visitan este lugar, que Agustín Lara fue quien bautizó este lugar con ese nombre "Blancanieves"
De acuerdo con el relato, el cual también es público en su página de Facebook Bar Blancanieves, este bar, en un principio, fue llamado "El Encanto de Tobi" y abrió sus puertas el 16 de abril de 1948 por su padre, don Tobías Carvajal Rivera. Desde siempre, tuvo un buen auge, donde políticos, artistas y gente común de aquella época llegaban a sus butacas para deleitarse de alguna bebida alcohólica y pasar el rato escuchando buena música.
Carvajal Domínguez recuerda que cuando él tenía 9 años, en marzo de 1965, conoció a Agustín Lara, pues se lo presentó su padre junto con una de sus hermanas, sin embargo, un mes después, en abril, el poeta veracruzano regresó a tomar su copa de coñac y en ese entonces, Don Tobías Rivera le presentó a dos más de sus hijas.
Para ese momento, Agustín Lara -comenta- le preguntó a Carvajal Rivera que cuántos hijos tenía, pues eran caras nuevas de las que ya le había presentado un mes anterior. El dueño y fundador del bar en aquel entonces le comentó que eran 7 hijos. De inmediato, Agustín Lara le contestó "desde hoy ya no eres Tobías, sino Blancanieves, por los siete enanos" haciendo referencia a los 7 hijos que don Carvajal Rivera tenía. Desde entonces, "El Encanto de Tobi" pasó a ser Bar Blancanieves.
“En marzo le presentó mi papá a una de mis hermanas y a mí, en abril le presentó a dos de mis hermanas, en ese entonces el bar se llamaba El Encanto de Tobías. A la siguiente visita mi papá le presentó a dos más de mis hermanas y Agustín Lara le dijo, ¿cómo, otra cara?, ¿entonces cuántos son? Y le contestó: son siete y le dijo: "ah, pues ya desde hoy, ya no eres Tobías, sino Blanca Nieves, por los siete enanos, los siete hijos", y a raíz de eso mi papá le cambió el nombre a Blanca Nieves”, comentó Tobías Carvajal Domínguez en un relato publicado en la cuenta oficial del bar.
Actualmente, el Bar Blancanieves cuenta con 76 años de trayectoria, historias y vivencias que encierran cada uno de sus portales y recuerdos plasmados en sus paredes. En el establecimiento, podrás encontrar algunas prendas originales del músico Agustín Lara, las cuales las tienen colgadas a la vista del público en cajas de cristal para que no sean maltratadas.
También, se pueden observar fotografías del Flaco de Oro y de otras celebridades que han visitado este lugar emblemático y que diariamente ofrece los mejores y tradiciones toritos, de cacahuate, pistache, almendra, jobo y de limón, además, ha sido escenario de películas y telenovelas.
Tobías Carvajal Domínguez dio a conocer que los artículos personales de Agustín Lara que se encuentran en este establecimiento, fueron donados por Rocío Durán, la última esposa del Flaco de Oro.
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