POZA RICA, VER.- José de Jesús Hernández Martínez, mejor conocido como "Chuy" por sus familiares y amistades, es un joven oriundo de Poza Rica, un municipio ubicado al norte del estado de Veracruz. Este fin de semana, presentó unos de los más grandes retos académicos de su vida, el examen de ingreso a la Universidad Veracruzana (UV) la máxima casa de estudios de Veracruz.
Con nervios y determinación, antes del amanecer de este sábado, "Chuy" salió de su casa en compañía de su papá y su mamá para presentar su examen de admisión en la Facultad de Derecho de la UV. A las seis de la mañana, José de Jesús ya se encontraba frente a las puertas de la universidad. La fila para ingresar al aula asignada era larga, y muchos rostros reflejaban la misma mezcla de ansiedad y esperanza que él sentía. Chuy observaba a su alrededor, reconociendo a algunos de sus compañeros de la preparatoria. Compartieron algunas palabras de aliento antes de que el silencio se apoderara del ambiente, preludio de la prueba que estaba por comenzar.
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Los meses previos al examen habían sido intensos. Chuy dividía su tiempo entre sus estudios, los entrenamientos de artes marciales y las responsabilidades familiares. Las noches de estudio, los fines de semana dedicados a resolver guías de exámenes y los momentos de duda se desvanecían frente a la imagen de su madre y su padre sonriendo con orgullo.
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Cuando finalmente ingresó al aula, tomó asiento y respiró profundamente. El examen comenzó y con él, las horas de preparación se desplegaron en cada pregunta que respondía. Los conocimientos adquiridos, las noches en vela y el apoyo incondicional de su familia lo acompañaron en cada respuesta que marcaba. Terminó la prueba con una mezcla de alivio y expectativa.
Al salir del aula, el sol de mediodía lo recibió con su calor. Chuy buscó a sus padres entre la multitud de rostros ansiosos, los encontró esperando, con los ojos llenos de esperanza y orgullo. Al abrazarlos, supo que, sin importar el resultado, había dado lo mejor de sí. Juntos caminaron de regreso a casa, compartiendo impresiones sobre el examen y haciendo planes para el futuro, mientras advertía estar hambriento después de la prueba.
Sabía que aquel sábado era solo el comienzo de un largo camino. Independientemente del resultado del examen de la UV, su determinación y esfuerzo eran inquebrantables. Poza Rica, su querido municipio, ha visto crecer a un joven valiente y disciplinado, listo para conquistar sus sueños y demostrar que, con trabajo y dedicación, todo es posible.
La preparación de Chuy para este momento había sido ardua. Desde pequeño, sus maestros reconocieron en él una disciplina inusual para su edad, por lo que esta dedicación le ha valido varios reconocimientos académicos a lo largo de su vida escolar. En su hogar, su madre Luz Celene Martínez, guarda con orgullo cada uno de sus diplomas y medallas.
Chuy también un apasionado deportista, desde los seis años, practicó las artes marciales y su dedicación lo llevó a ser cinta negra de karate, avalado por la Federación Mexicana de Karate. Su coach motivaba a Chuy al decirle que tenía el corazón de un guerrero. Es perseverante, respetuoso y disciplinado, cualidades que aplica en todas las facetas de su vida. Es amante de la música de los 70s y 80s como su papá Pascual Hernández, habla inglés de manera autodidacta, es apasionado de la lectura, incluso, su autor preferido es Arthur Conan Doyle, creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes.
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