XALAPA, VER.- El próximo 1 de diciembre entrará en funciones una nueva administración estatal en Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez entregará la estafeta a su sucesor y también dejará algunos pendientes, como lo es la deuda pública con instituciones bancarias, proveedores y prestadores de servicio, entre otros.
Este lunes 26 de febrero el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, dio a conocer los detalles de la deuda pública, que se reportó en el Cuarto Informe Trimestral del 2023, que asciende a 66 mil 935 millones de pesos.
Sin embargo, Lima Franco destacó que parte de ese monto será heredado a la nueva administración que inicia el 1 de diciembre; además, tendrá alrededor de 7 mil millones de pesos para hacer frente al pago de obligaciones de fin de año, sin tener la necesidad de pedir un préstamo a corto plazo.
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En conferencia de prensa detalló que cuando inició la administración de Cuitláhuac García Jiménez recibieron una deuda total de 87 mil 207 millones 374 mil pesos de pasivo circulante, pasivo no circulante, deuda a largo plazo, provisiones a largo plazo, operaciones en proceso de aprobación y patrimonio de fideicomiso.
Explicó que la deuda más grande era con la banca privada con la que se tenía pasivos de 41 mil 854 millones de pesos que se debían a instituciones privadas y así como con el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras).
En su exposición detalló que como parte de la contratación de bonos cupón cero, en la época de Fidel Herrera y Javier Duarte de Ochoa, se tenía pasivos por 5 mil 900 millones de pesos; sin embargo, ese dinero se tenía en cuentas de orden. Los bonos cupón cero era dinero por adelantado que recibía el gobierno estatal a cambio de pagar el interés de ese pasivo.
Esta administración, dijo, logró reestructurar alguno de los créditos obtenidos a través de la figura de bono cupón cero, y fue lo que llevó a incrementar la deuda con la banca privada a 47 mil 228 millones de pesos.
“La deuda bancaria pasó de 41, que traíamos en 2018, a 47 (mil millones), pero esto se debe a que los 5 mil 900 que traíamos acá, del bono cupón cero, reestructuramos una parte y lo pasamos a deuda bancaria normal que ya paga capital cada mes, y ya forma parte de la deuda a largo plazo.
“¿Por qué no se pudo reestructurar todo? Aquí, una parte de estos créditos que se hicieron fueron en el periodo de Fidel Herrera y eran para la reconstrucción (del Huracán Karl), mil 200 millones no fueron comprobados ante Banobras, pero no se comprobó que se ejercieron y no se dejó que se pudiera reestructurar ese crédito”, explicó.
El funcionario insistió que el incremento de la deuda se movió al concepto de pasivo no circulante a largo plazo, y la idea de dar a conocer la información es para transparentar el informe trimestral, con la idea de que la oposición no use la información para golpear al gobierno del Estado.
Desde diciembre del 2018 a la fecha, la Sefiplan liquidó adeudos por más de 22 mil millones de pesos de pasivos. De esos 15 mil millones correspondían a pagos pendientes con el Servicio de Administración Tributaria y el ISSSTE, que se dejó de pagar a nombre de la Universidad Veracruzana (UV).
También se liquidaron tres mil 500 millones por sentencias que pagaron a proveedores y prestadores de servicios que se debían de pasadas administraciones; mil 341 millones de pesos de laudos laborales; y dos mil 580 millones de pesos que se dejaron de ministrar a municipios en 2016 y se la Suprema Corte ordenó al Estado entregar el dinero.
Lima Franco explicó que, al cierre del 2023, el Estado tenía pasivos (deuda) por 56 mil 66 millones de pesos, por pasivo circulante y no circulante que incluye deuda a largo plazo y provisiones a largo plazo; además de 10 mil 868 millones de pesos por operaciones en aprobación y patrimonio de fideicomisos y bono cupón cero, lo que hace un total de 66 mil 935 pesos.
De ese total, explicó que a lo largo del 2024 se podrá bajar unos 200 o 300 millones, por lo que la próxima administración recibirá una deuda por 66 mil 700 millones de pesos, entre deuda bancaria, provisiones a largo plazo, operaciones en proceso de aprobación y lo que se debe por el bono cupón cero que no se logró reestructurar.
“A lo mejor podemos bajar algo de previsiones a largo plazo para el 2024, y de cuentas de orden lo veo complicado, ya prácticamente hicimos todo de ir depurando, tal vez le podamos bajar unos 200 o 300 millones menos de esos 66 mil 900 millones (…) es el monto de deuda que se estaría dejando y destacar los 22 mil millones que les bajamos”.
mb