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Más que una Ley Silla necesitamos jornadas de 8 horas y vacaciones: Rubén, mesero de Veracruz

Rubén de Jesús, mesero de Veracruz, opina sobre la Ley Silla, aprobada en la Cámara de Diputados y que busca mejorar las condiciones de trabajo de empleados que pasan largas jornadas de pie

Más que una Ley Silla necesitamos jornadas de 8 horas y vacaciones: Rubén, mesero de Veracruz.
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Cuando Rubén Jesús cumplió 20 años le dijo a su mamá que, al igual que ella, trabajaría como mesero. Con una gran sonrisa le respondió: “¡Qué bueno. Ya sabes en lo que te metes”. Este empleo sacó adelante a Rubén y a sus dos hermanos y, si bien, es una labor agotadora, para su madre también es “muy bonita”. 

Rubén de Jesús, jarocho de nacimiento, sólo pudo concluir la secundaria y decidió ser mesero ante la necesidad de un ingreso económico. Aunque ya había tenido empleos informales siguió el ejemplo de su madre, en donde además de compromiso, vio mucho estrés. 

“Mi mamá fue mesera parte de su vida y ya sabía más o menos cuánto ganaba y a qué iba. (Como mesero) son jornadas muy largas la verdad, es lo físico y mental que te cansas ahí. Sí imaginaba, pero no comprendía en lo que me estaba metiendo”, admite. 

“Llegaba adolorida, que le dolían sus pies, sus piernas... En el tema de mujeres sí es mucho el tema de várices, ella sufre de eso; los pies siempre le mataban por su pie plano -condición que él también padece-; cuando comienzas a laborar y no estás acostumbrado y tienes el pie plano, es un dolor insoportable”. 

Para Ruben, las jornadas extensas, el estar de pie, cargar entre 5 y 8 kilos de vajilla y comida en cada pedido, el dolor de brazos, de espalda y“no tener vida”, son razones por las que cree que la Ley Silla no sería aplicable y suficiente en el oficio que practica desde hace 8 años.  

La Ley Silla, aprobada por unanimidad el pasado 2 de octubre en la Cámara de Diputados, busca reformar los artículos 133 y 138 de la Ley Federal del Trabajo para mejorar las condiciones laborales de los empleados de servicio, comercio y centros de trabajo análogos y, así, garantizar espacios, sillas con respaldo y lapsos de descanso para las jornadas que muchas veces superan las 48 horas a la semana. 

“Más de 8 horas no las aguanto” 

Rubén Jesús, un hombre delgado y acostumbrado a moverse ágilmente entre las mesas y sillas, cuenta que, para ser mesero, primero debes ser garrotero, por lo que durante un año se acostumbró a siempre tener las manos ocupadas y los dolores de muñecas, brazos y hombros que esto le ocasionaba, los cuales “sentía como piedras”. 

Hasta hace unos años, Rubén solía usar zapatos de 600 o 700 pesos, los cuales le ocasionaban intensos dolores de talón al no ser lo suficientemente cómodos para estar de pie, al menos, 8 horas. Por eso, ahora utiliza zapatos Flexi de punta redonda, los cuales le costaron 1,500 pesos. 

“Tú te haces en tu cabeza que ya después de 8 horas es más, tu cuerpo dice ‘ya, esto es mucho, ya no lo aguanto’”, explica. Actualmente, Rubén trabaja en un establecimiento seis días a la semana, de 6:30 de la mañana a 3 de la tarde (ocho horas), donde le dan el desayuno, pero no tiempo de descanso

“Ningún trabajo es fácil, pero éste te pide muchas cosas físicas también, entonces sí entiendo por qué algunos lo dejan de la nada; no es fácil aguantar los pies, las piernas, la espalda, el hombro, el brazo, la mano”, opina. 

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, hasta el segundo trimestre del 2024, en el estado de Veracruz había 35,500 personas que ejercían la profesión de meseros, de los cuales, según Rubén, muchos tienen el empleo a la par de la escuela, por lo que, al enfrentar las molestias físicas, dicen “no, yo no tengo que aguantar esto” y se van. 

Para los dolores, Rubén explica que entre compañeros suelen tallarse los hombros “porque el estrés también se siente ahí” y así relajarse un poco, “pero ¿cómo le haces para los pies? Ni modo que te los talles ahí”, explica. Por esto, a veces y a escondidas, se quitan un zapato para estirar y descansar el pie. 

“Yo no lloro por la Ley Silla, creo que sería mejor si reforzaran las leyes que ya están” 

Rubén Jesús menciona que, para él, imaginarse una silla con respaldo para los meseros puedan sentarse, es casi impensable, ya que a veces ni tiempo les da para sentarse a comer. “Donde antes trabajaba ponía mi comida en el pasillo que entraba hacia la cocina y picaba y picaba. A veces lo demás se te ponía frío y ni comías”, explica.  

Sobre las sillas, menciona que en su trabajo existen 2 que a veces son tomadas por el personal de cocina y repostería, por lo que no siempre tienen la oportunidad de sentarse “algunos segundos y minutos y relajarte, no pensar en nada”. 

Para él, tener una silla significaría colocarla en la zona de los comensales, ya que en otro lugar no sería práctico ni cómodo como meseros. “Si quieren poner sillas debería ser afuera, pero para ellos que estés sentado afuera se ve mal. Yo siento que nunca se aplicará (la Ley Silla) en los restaurantes porque es mal visto que estés sentado. Siento que hay muchas otras cosas que discutir antes de llegar a una Ley Silla”. 

“Yo creo que todos hemos sentido culpa por sentarnos unos segundos y minutos, incluso hay compañeros que ni sienten o disfrutan esos segundos por pensar en los pedidos o en los pendientes”, explica. 

Por esto, él opina que sería mejor respetar la media hora de comida de los meseros “porque es tu sagrado alimento, y que no puedas sentarte y disfrutarlo caliente, algo debe estar mal en este mundo”; así como permitir que estos tomen sus vacaciones de ley y respetar las jornadas de 8 horas.

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