XALAPA, VER. - Don Guillermo se abre paso entre las vallas metálicas que instalaron en el hospital Dr. Miguel Dorantes Mesa —en Xalapa—, previo a la visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. El hombre de 69 años pide a dos guardias de seguridad que le permitan permanecer en este lugar. Hace tres años que no cobra su pensión —les explica— porque las autoridades extraviaron su tarjeta. “Solo quiero entregarle mi folder a la presidenta”, solicita con voz baja y ablanda el corazón de los oficiales.
Guillermo se apoya con su bastón de madera y carga en su mano derecha varios folders color amarillo donde ha resumido su problema; sacó varios juegos de copias por si es necesario. Hace unos días se enteró de la visita de la presidenta Sheinbaum a Xalapa —donde él reside desde hace seis décadas— y decidió que intentaría por última vez conseguir una solución al pago de su Pensión del Bienestar.
“Dicen que la esperanza muere a lo último, entonces estamos esperando que no muera y hay que pedalearle, no nos queda de otra”, comparte Guillermo Antonio Corona Jiménez, quien llegó cuatro horas antes del arribo de la presidenta. Esperar para él no es problema; lo ha hecho desde hace tres años.
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Mientras se ataja del sol junto a un puesto de dulces, explica que actualmente está inscrito en el Programa de Adultos Mayores, pero, a diferencia de su esposa Nohemí y sus conocidos, no ha podido cobrar un solo pago de su pensión. En julio de 2021 entregó su documentación y los servidores de la Nación le pidieron esperar. Así lo hizo hasta noviembre de ese año cuando le notificaron desde la Delegación de Bienestar de Xalapa que aún no había antecedentes suyos por lo que debía volver a inscribirse.
“Lo hice en diciembre de 2021. En el 2022 regresé a la Secretaría del Bienestar y me dijeron seguía sin aparecer en del padrón. En marzo (2022) regresé a las oficinas —voy desde entonces al menos dos veces por mes— y en abril me avisaron que ya aparecía en el padrón de beneficiarios, que solo debía esperar a que llegara mi tarjeta. Pasó abril, mayo, junio y todos los meses hasta la fecha y la famosa tarjeta no ha llegado”, dice Guillermo mientras se acomoda su cachucha color roja.
Los minutos pasan y el cielo comienza a nublarse en la voluble Xalapa. El adulto mayor confiesa que simpatiza con el partido en el gobierno y que durante todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) veía a diario las conferencias mañaneras. Hace una semana pasó por su mente viajar a la Ciudad de México para contar su problema en el mismo espacio, ahora con Sheinbaum Pardo, hasta que se enteró que la oportunidad le quedaría más cerca.
Lo último que le dijeron a Guillermo es que su tarjeta bancaria está extraviada; pero el sexenio de López Obrador concluyó y ahora le hablan de la posibilidad de solicitar un nuevo plástico. Ante la incertidumbre por no contar con su pensión presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y desde la Ciudad de México se comunicaron con él en días recientes para notificarle que su caso ya está siendo analizado.
“La verdad algunas personas no tenemos ingresos suficientes para costear gastos que tenemos, por ejemplo para medicamentos; es sabido que en los hospitales públicos no hay el servicio que se requiere ni las medicinas”, comparte el entrevistado.
Guillermo nació en el estado de Tamaulipas pero desde hace 60 años radica en la capital de Veracruz. Vive con su esposa Nohemí, de 72 años, quien lo anima a perseverar hasta que goce con un derecho que hoy aparece en la Constitución. “Estoy esperando a que me digan “de plano ya no te vamos a dar nada” o ya te va a llegar tu pago, espérate otro poco”.
Hace unos meses Guillermo se entrevistó con Manuel Huerta Ladrón de Guevara, exdelegado de los programas del Bienestar y hoy senador por Veracruz. “Fui a su oficina y me recibió; le mostré mi documento y él le delegó mi caso a otra persona, la cual únicamente me llamó para saludarme una vez y jamás volvió a contactarme”.
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Son poco más de las tres de la tarde y las personas que han acudido a saludar a la presidenta se solidarizan con don Guillermo. “Ahí viene Claudia”, le dicen y le permiten acercarse en la primera fila detrás de la valla, aunque esto le cueste llevarse algunos empujones. La espera dio frutos. La presidenta detectó al señor del bastón con su foldercitos amarillo y le pidió entregarlo a sus asistentes. También entregó una copia al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y a la gobernadora electa, Rocío Nahle García.
“Esta es prácticamente mi última esperanza porque he acudido a varias instancias y no veo claro. Este es el cintillo de solicitud y anexo un documento que le dirigí al coordinador del programa del Adulto Mayor en Veracruz el cual lo entregué desde junio de 2023 y estamos en noviembre del 2024 y no he recibido respuesta”, dijo Guillermo a las autoridades. Minutos más tarde tres funcionarios de la delegación del Bienestar le piden la dirección de su domicilio le prometen una solución a la brevedad.
Don Guillermo se dice contento y satisfecho, porque “al menos me escucharon”. Son las cuatro de la tarde yes tiempo de regresar a casa, a platicarle su anécdota y a enseñarle los sellos de recibido en sus cuatro oficios. Pronto cumplirá los 70 años y solo le resta esperar. La palabra de la primera presidenta de México está empeñada.
mb