PAPANTLA, VER.- Construida en el año de 1966, la iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús fue edificada con el esfuerzo de los habitantes de la localidad Cerro del Carbón, sin embargo, la furia del huracán “Grace” derribó la estructura por completo y dejó en ruinas este templo católico. A dos años de este fenómeno meteorológico, la estructura sigue sin recuperarse.
Adrián Santiago Gómez, ex agente municipal de la localidad, señaló que además de que colapsaran el techo y la barda, se dañaron las bancas, por lo que debido al riesgo que esto representa, la estructura se tuvo que demoler y a la fecha se ha improvisado un tinglado de lámina, mismo que es muy endeble y podría sucumbir ante la llegada de la temporada de lluvias y huracanes.
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“Cuando venimos a ver cómo quedó la iglesia nos llevamos tremenda sorpresa, tuvimos sentimientos encontrados, primero fue mucha tristeza, pero después nos invadió una gran alegría al ver que la imagen de la Virgen estaba en perfectas condiciones, al igual que un crucifijo y desde entonces hemos estado trabajando para reconstruir todo”, señaló Guillermo Molina Zárate, encargado del coro.
"Es una muestra del amor que Dios nos ama, nos guía y nos acompaña, no hay una explicación de ver todo en ruinas y las imágenes intactas”, afirmó Molina Zárate.
Por su parte Gabriela Vázquez Pérez, quien es integrante del coro desde los 12 años, dijo haber sido testigo del esfuerzo con el que se edificó la iglesia por lo que hizo un llamado a las autoridades y a toda la comunidad para poder levantar nuevamente la iglesia.
En la localidad San Lorenzo Tajín, ocurre una situación similar, ahí la fuerza del huracán "Grace" arrasó con todo a su paso, a la fecha los feligreses continúan a la espera de ayuda para poder reconstruir su iglesia, misma que sufrió las consecuencias de las fuertes ráfagas de viento que derrumbaron todo el techo de este templo.
La iglesia, se construyó con el esfuerzo de los pobladores, sin embargo, la obra quedó inconclusa. El techo se hizo de forma rústica, con un tinglado de madera y láminas. La fuerza devastadora del huracán derrumbó en minutos el trabajo de meses, sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los pobladores, no pudieron más que rescatar algunas de las láminas retorcidas y volver a colocarlas en su sitio.
Ahora los habitantes de esta comunidad esperan que las autoridades les brinden apoyo para poder llevar a cabo la reconstrucción de este espacio, pero esta vez con concreto y varilla, para que no vuelva a sucumbir ante los embates de las inclemencias de la naturaleza, además de ser un espacio seguro para que los feligreses puedan rendir su culto con tranquilidad.
mb