NANCHITAL, VER. – Tras 20 días de espera, Gustavo Cruz pudo reencontrarse con los restos de su esposa Celia Reyes y su hija Addison Cruz, de 12 años. Las dos mujeres fallecieron en un accidente carretero en el estado de Tamaulipas; la camioneta en la que viajaban cochó con un tráiler y el siniestro cobró la vida de 27 personas.
Cansado y afligido, Gustavo agradece a Dios y a sus paisanos por ayudarlo a que su esposa e hija regresaran a su natal Nanchital, en la zona sur de Veracruz. Su esposa hoy es velada en un féretro color blanco; su hija descansa en ataúd rosado, su color favorito.
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“Yo quería estar con mi esposa y mi niña aquí en Nanchital aquí en Veracruz. Hoy están aquí en su domicilio. Esa era mi mentalidad no dejarlas allá (en Tamaulipas) para nada, lo demás sale sobrando”, expresa Gustavo.
Ambas mujeres son veladas en el que fue su domicilio particular, ubicado en un callejón de la colonia Primero de Mayo. En la entrada hay dos moños, uno blanco y otro negro, después un camino de flores que rodean los féretros.
Celia le dijo a Gustavo que viajaría a Monterrey dónde lo esperaba su hijo mayor, buscaría una cita con un médico especialista en el estado del norte, ya que presentaba una lesión en la columna vertebral. De igual forma aprovecharían para buscar un centro de atención para Addison y recibiera un mejor tratamiento. Partieron de Nanchital a Coatzacoalcos dónde abordaron el autobús, que sufrió una falla en Tamaulipas y fueron cambiados a una vagoneta dónde finalmente murieron.
Los cuerpos llegaron a Nanchital la madrugada de este viernes dos de junio. Gustavo no tuvo otra opción que esperar 20 días para velar a sus familiares. Las autoridades del estado de Tamaulipas tuvieron que identificar a cada una de las 27 víctimas del accidente. El padre de familia se preparó con café y pan para ofrecer a los vecinos que acudieron a dar el ultimo adiós a Celia y Addison. Ellos eran muy conocidos por dedicarse a la venta de pollo crudo en el mercado municipal.
“El trámite sí fue cansado, porque nos dijeron veinte días son y pues órale, no había de otra, este tiempo estuvimos en Ciudad Victoria porque mi esposa viajaba hacia Monterrey, pero ya están aquí”, señala Gustavo.
Addison soñaba son ser chef
Una niña muy alegre, de cuerpo robusto y con mucha energía, así es como describe Gustavo a su pequeña Addison, la segunda hija que procreo con Celia. La menor era de lento aprendizaje y se encontraba en terapia para superar ese trastorno.
Soñaba con ser chef de grande, por lo que siempre buscaba recetas para tratar de hacerlas con su madre, incluso le gustaba ver programas de cocina.
“Era una niña especial, de lento aprendizaje y no hablaba bien. Ella quería ser chef, de hecho ya cortaba su tomate y sus manzanitas en cuadritos, era una de las cosas que soñaba. Además buscaba recetas con su mamá”, lamenta Gustavo.
Antes de que Addison muriera, en el Centro de Atención Múltiple (CAM) de Nanchital le dedicaron un mural como reconocimiento a su esfuerzo a pesar de su discapacidad. Incluso la menor acudió a la develación y en redes sociales se distribuyó la imagen.
Addison siempre sonreía y con ese recuerdo se queda su padre y hermano, quienes sufren su partida. Atrás quedan sus sueños y alegrías.
Celia y Gustavo cumplieron 31 años de matrimonio 4 días antes de su muerte
El pasado 10 de mayo, Gustavo y Celia cumplieron 31 años de casados, sin imaginar que cuatro días después la esposa moriría “de una forma tan fea”.
Siempre se les veía juntos en el mercado popular de Nanchital, les caracterizaba su buen humor y trato a las personas, en especial con sus clientes.
“Como en todo matrimonio había diferencias en ocasiones, pero éramos una familia de cuatro que se caracterizaba por estar unidos, aunque no nos fuera bien económicamente siempre estábamos unidos y eso es algo que enseñábamos a nuestros hijos. Creo que siempre tratábamos de estar bien y luchábamos de la mano”, expresa Gustavo.
Asegura que su esposa siempre fue una guerrera, a pesar de que padecía un problema en la columna vertebral. “Ellas viajaron aquel día para buscar opciones de tratamiento y se llevó a Addison porque también buscarían un especialista en su terapia”, relata Gustavo.
La agencia de viajes no se hizo responsable de nada
Tras el siniestro donde murieron 27 personas surgen muchas incógnitas: ¿Cómo es que metieron a tantas personas en una camioneta tipo Van?; ¿Quién causó el accidente?; ¿Por qué la agencia de viajes no ha respondido por esas pérdidas?
“Pullman Costa Blanca”, agencia responsable de los viajes, se ubica sobre la avenida Juan Osorio López a un costado de la central camionera de Coatzacoalcos, lugar donde salieron los primeros pasajeros que murieron, entre ellos Celia y Addison.
Primero viajaron en un autobús con destino a Monterrey, pero en Tamaulipas, la unidad sufrió una falla por lo que todos fueron pasados a una camioneta tipo Van que rentó la agencia de viajes como emergencia. Continuaron unos metros hasta que chocaron contra un trailer.
Gustavo acusa que a la fecha, la empresa no ha respondido por los gastos y tampoco se ha acercado a los familiares de las víctimas para dar una indemnización.
“De la empresa no sabemos nada, los únicos que nos apoyaron son del gobierno del estado, el ayuntamiento de acá y sobre todo tuvimos mucho apoyo de mis paisanos de Nanchital a quienes agradezco su apoyo incondicional a través de donaciones”, expresa.
Este sábado 3 de junio, Addison será sepultada junto a su madre, dejando un vacío en su familia y el pueblo de Nanchital que se conmovió con su caso.
mb