XALAPA, VER.- Ricardo Arturo Lagunes Gasca tenía un futuro prometedor como abogado en el Poder Judicial de la Federación, pero decidió renunciar y convertirse en activista. Durante los últimos 15 años, ha defendido ciudadanos, principalmente de comunidades indígenas en Oaxaca, Yucatán, Chiapas, Colima y Michoacán. Sin embargo, su labor se interrumpió cuando desapareció el pasado 15 de enero. Ahora, decenas de organizaciones, incluyendo la ONU, exigen su regreso con vida.
Desde niño, Ricardo Arturo tuvo la disposición de ayudar a la gente de escasos recursos, cuenta su padre, el veracruzano Arturo Lagunes Moreno. El activista estudió una licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un posgrado en España, además de que actualmente cursa una maestría en derecho penal.
Ricardo nació en la Ciudad de México y pasó toda su infancia en Veracruz, en el municipio de San Andrés Tuxtla. Sin embargo, los estudios superiores lo llevaron a migrar a la Ciudad de México y al graduarse de la universidad sus aptitudes rápidamente le abrieron camino en el sector público, pero fue precisamente como trabajador de la justicia federal que pudo constatar los abusos del gobierno o en la iniciativa privada con las tierras de campesinos y de indígenas.
Te podría interesar
“Él prefirió trabajar para el otro lado, para las personas que necesitan de alguien que los defiendan (…), siempre ha buscado una forma de equilibrar las cosas ante tanta injusticia que hay en nuestro país, sin importar el dinero, porque sus clientes muchas veces le pagaron con gallinas o naranjas”, presume su padre.
Antes de desaparecer, Ricardo estaba gestionando acuerdos incumplidos por la multinacional minera Ternium en Aquila, empresa que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York y que se especializa en la extracción de hierro en el estado de Michoacán. Desde 2011, comuneros en de esa comunidad habían estado luchando por lo que consideran un pago justo de regalías para la extracción de hierro en la mina Ternium Aquila, y Ricardo era su representante legal.
Ricardo Arturo Lagunes, de 41 años, desapareció junto con el líder comunitario Antonio Díaz Valencia, quien buscaba dirigir a su comunidad en la próxima asamblea y continuar con las negociaciones con Ternium. Entre sus demandas, estaban el pago mensual justo por tonelada de hierro extraída de la mina, la apertura de un hospital para los comuneros, la construcción de puentes peatonales y el pago mensual por la ocupación de las tierras.
A la fecha la ausencia de Ricardo y Antonio ya supera los dos meses. Mientras tanto, decenas de organizaciones y la ONU exigen su regreso con vida. La empresa Ternium se ha deslindado de la desaparición de Ricardo y Antonio, asegurando que ya cumplen con los acuerdos pactados.
La familia de Ricardo Arturo Lagunes destaca que la Fiscalía General de la República (FGR) ha atraído el caso y solicitan que se investigue la posible responsabilidad de la compañía minera en los hechos. El padre del abogado confiesa tener su corazón roto porque no hay indicios de su paradero y sostiene que la actividad de Ternium ha causado una ruptura en el tejido social, lo que ha derivado en violencia en Michoacán y Colima, lo anterior porque la Ternium Aquila está ubicado entre esos dos estados, aunque legalmente pertenece a Michoacán.
Además, señala que el cargo que estaba por conseguir Antonio Díaz Valencia, con quien Ricardo tuvo una reunión el día que ambos desaparecieron, es peleado o pretendido por actores que podrían tener nexos con la delincuencia organizada, lo que también debe ser investigado.
La situación se complica aún más debido a la dispersión de la familia de Lagunes. Mientras que su padre vive en Xalapa, Veracruz, la esposa del abogado está en Colima, su madre y sus hermanos en la Ciudad de México y Tabasco. A pesar de haber buscado respuestas ante las autoridades de Colima y Michoacán, no han encontrado ninguna información que ayude a esclarecer el caso.
Además, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, no ha recibido a Arturo Lagunes Moreno para tratar de resolver el asunto o dar su apoyo. "Nadie parece hacer caso", lamenta el padre del abogado desaparecido, quien agradece el apoyo que ha recibido de la prensa y organizaciones de derechos humanos.
El lado equivocado
Ricardo ha realizado trabajos humanitarios obteniendo logros destacables en diferentes casos. Su padre afirma que su estilo es primero atender el caso y después ver sus honorarios. Así rescató más de 10 mil hectáreas que estaban en situación irregular en el sureste del país, en las entidades de Campeche, Yucatán y Chiapas.
Otro logro de la carrera de su hijo, añade, lo consiguió en Oaxaca, en La Ventosa, cuando empresarios que llegaron supuestamente con el espíritu de cuidar el ambiente con la energía eólica también incumplieron con acuerdos y “agandallaron” tierras a los campesinos. Fue esta experiencia la que lo llevó a enlazarse con los familiares y sobrevivientes de la masacre de Acteal, en Chiapas, con quienes pudo gestionar un acuerdo reparatorio en 2020 como representante peticionario de las víctimas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Desde estudiante Arturo incursionó en el Ámbito del Poder Judicial de la Federación; estuvo un año 2 meses y de un momento a otro se trasladó a Tapachula, Chiapas, al Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova (CDHFMC) para prestar servicio por un menor salario. Le cuestioné por qué hizo eso, se fue y no tenía donde vivir, con un salario bajo, pero me dijo que era lo que le gustaba porque estaba trabajando en el lado equivocado”.
A Ricardo le pagaban aproximadamente 5 mil pesos al mes y le cobraban 2 mil de renta, pero esto no le importó. Además de trabajar continuaba estudiando y consiguió una beca por parte de la UNAM en España, estudiando en Alcalá y recientemente está a 3 meses de concluir otro posgrado en Derecho Penal.
“Recuerdo cuando renunció a su trabajo en el Poder Judicial. Yo fui a verlo y vimos cómo comprar un colchón porque ni eso tenía. Siempre ha sido una persona que le gusta valerse por sí sólo; una persona que vale en oro su peso porque es de la que equilibran tanta injusticia”, agrega Arturo, quien está orgulloso de la trayectoria de su hijo desaparecido.
Refiere que antes del caso de Acteal, y del conflicto con la mina de Ternium, en Michoacán, Ricardo también llevó un caso en Los Altos de Chiapas, en donde además de aprender distintos dialectos para defender a sus clientes también logró conseguir una distribución equitativa de pagos para permitirles a hoteleros el paso de negocios a sitios naturales por las tierras de los lugareños.
“Él aprendió 4 dialectos; por eso vio la necesidad de estudiar Derecho Penal a través de una maestría porque necesitaba elementos para poder apoyarlos a ellos. También sacó a mucha gente que estaba encarcelada injustamente por años, pues no les habían puesto un traductor en sus juicios; pero el caso que generó mucha difusión fue el de Acteal, hace poco más de 2 años, así como el de la Mina Ternium Aquila, en Michoacán”.
Añade que la labor de su hijo fue importante para alcanzar el acuerdo indemnizatorio a las víctimas de Acteal, consiguiendo también que a la comunidad les asignaran construcciones de puentes, caminos, carreteras, escuelas y hospitales.
“Ese fue un logro que él gestionó con Alejandro Encinas en la Subsecretaría de Derechos Humanos; el programa se enlazó a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque él trabajaba mucho para ellos, hizo relaciones internacionales y eso ayudó a desatorar la situación.
Gracias a esa gestión Ricardo fundó un despacho llamado Defensa Legal del Sureste con sede en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en donde su labor también motivó a otras personas. Al defender a la familia de Julián Vázquez comenzó una amistad con el joven, quien se hizo abogado al ver su trabajo y tras graduarse se convirtió en socio de su bufete.
“Esto pasó defendiendo a una familia por unas tierras; al líder de esa comunidad lo asesinaron y uno de sus hermanos, llamado Julián Vázquez, se motivó por el trabajo de mi hijo. Él lo ha expresado públicamente; ‘mi motivación para estudiar Derecho fue Ricardo, porque yo he visto que él, sin ser originario, se ha tomado como propios los problemas’. Gracias a eso ya terminó su carrera de Derecho y mi hijo lo hizo socio”.
Nudo Chino
Arturo Lagunes Moreno califica la desaparición de su hijo como “un nudo chino”. Destaca que la FGR ya atrajo el caso, pero lamenta que las investigaciones se han atrasado por la lentitud de las Fiscalías de Colima y de Michoacán, que demoraron aportar las pruebas que se han recabado en los dos meses transcurridos.
“Es un nudo chino de tocar puertas ante autoridades estatales; hemos mandado cartas al presidente Andrés Manuel López Obrador y hablado con la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, pero desafortunadamente no se ha concretado nada (…); todos en México sabemos que si el presidente ordena aclarar un caso esto se hace, pero con el de mi hijo no ha ocurrido”.
El padre del abogado desaparecido considera que la extracción de hierro se convirtió en una maldición en Michoacán, pues por esta razón se ha codiciado el cargo de representante comunal debido a que los lugareños consideran que se pueden manejar los recursos que la empresa Ternium les otorga con base en los convenios para establecerse.
“De 3 años y medio a la fecha el recurso comenzó a asignarse al líder y se reparte o distribuye; el trabajo de Ricardo estaba enfocado en buscar que cada comunero, son 470 comuneros, tengan una cuenta y que la empresa les deposite directo, sin intermediarios”, menciona.
Detalla que la minera tiene su sede en Luxemburgo, pero sus operaciones en México se encuentran en Michoacán, Colima y Jalisco. Concretamente opera las minas Las Encinas y Peña Colorada, pero el complejo Las Encinas es completamente de su propiedad, conformándose por las minas Aquila, Palomas y El Encino, una planta peletizadora y Embarques Tecomán.
“A mi hijo le tocó llevar o legalizar la representación comunal en San Miguel Aquila, donde han estado extrayendo el hierro. Empezaron con 70 hectáreas y ya llevan 380 ocupadas. Actualmente están buscando expandirse y el candidato Antonio Díaz Valencia, quien contaba con más de 400 votos, era el más viable para quedar como representante”, añade Arturo.
Tras la desaparición de Ricardo y de Antonio, trabajadores de la empresa minera, la mayoría de los comuneros de Aquila suspendieron labores para exigir a las autoridades agilizar la búsqueda del líder comunitario y del asesor legal. También expertos de la ONU han exigido respuestas debido al contexto del conflicto que existía previo a la desaparición.
“El Gobierno de México debe de investigar la desaparición de Ricardo Lagunes y Antonio Díaz, cuya suerte y paradero aún se desconocen”, declararon expertos de la ONU, exigiendo que Ternium aporte toda la información disponible. El conflicto legal continúa y no se ha hecho la convocatoria para renovar al líder comunitario, reteniendo pagos y depositando el dinero correspondiente ante el Tribunal Agrario.
Que AMLO de la orden
Arturo fue director del CBTIS 13 "Dr. José María Cos y Pérez" hasta su jubilación. En los últimos dos meses no ha dejado de buscar a su hijo, aunque reside en Xalapa. En la capital de Veracruz, ha organizado manifestaciones para solicitar la ayuda del gobierno estatal, pero no ha logrado obtener una audiencia con Cuitláhuac García Jiménez, a pesar de que ambos comparten la misma vocación como profesores.
"Los primeros días son fundamentales; nadie tiene la experiencia para enfrentar algo así, y cuando traes el alma rota es aún más difícil. Pedimos ayuda a todos, incluso al gobernador. Tal vez, por ser colega o veracruzano, pueda hacer algo por nosotros (...). Lo que buscamos es que el presidente se involucre; cuando se interesa por un caso, puede haber avances si lo solicita", dijo Arturo.
Arturo ha residido en Xalapa durante los últimos 20 años y agradece la ayuda que ha recibido de IDHEAS Litigio Estratégico en Derechos Humanos A.C. Mencionó que su hijo lamentablemente trabajaba en una de las zonas más conflictivas del país debido a la violencia generada por el crimen organizado.
"A pesar de todos estos obstáculos, vamos a encontrarlo", asegura Arturo.
La desaparición de Ricardo y Antonio fue reportada el 15 de enero en la región de la Sierra-Costa de Michoacán. Antes de ese hecho, ellos participaron en una asamblea en la comunidad de Aquila y se dirigían a Tecomán, Colima, cuando tuvieron su última comunicación.
Según la información recopilada, después de la asamblea, Antonio Díaz iba a llevar a Ricardo Lagunes al municipio de Tecomán, y una persona identificada como Guadalupe "Lupillo" Magaña le pidió un aventón al municipio aledaño de Coahuayana. Sin embargo, se sabe que esta persona tiene vínculos con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En relación con estos hechos, Ternium expresó su oposición a cualquier forma de violencia y rechazó "toda especulación y/o difamación que intente relacionarla con cualquier tipo de actividad ilícita". También expresaron su solidaridad con las víctimas y aseguraron contar con todos los permisos y cumplir con los convenios alcanzados con la Comunidad de San Miguel de Aquila.
ch